Aldi y Lidl, liderazgo basado en la productividad
Las dos enseñas alemanas se encuentran entre las que más eficientes y que más pagan a sus empleados en Reino Unido.
Los discounters tienen varios ingredientes que les permiten ofrecer precios más bajos: son muy eficientes y diseñan sus procesos para que muy pocos empleados puedan hacer mucho de manera más fácil. Por eso consiguen elevados índices de productividad. Retail Navigator ha analizado los datos financieros de las cadenas británicas (las de comercio minorista en general, no las de gran consumo en exclusiva), y ha publicado un ranking con varios comentarios interesantes.
Han establecido una tabla midiendo la relación entre las ventas y los costes laborales. Del top 30, la mitad son empresas de gran consumo, y Aldi y Lidl lideran la lista, con Iceland en la sexta posición, Morrisons la séptima, y más abajo Sainsbury’s, Asda y Tesco.
Una de las razones por las que el gran consumo está tan bien posicionado en esta tabla es porque, al ser un negocio de bajo margen y alta rotación, las operaciones tienen un peso muy importante en los costes, y tienen que ser lo más eficientes posible.
Desde hace veinte años se ha puesto mucho foco en agilizar los procesos. Además han tratado de contener la subida de precios absorbiendo costes, y así seguir teniendo el favor de los consumidores. Además, han recortado en otros gastos menos indispensables, y las ventas de otras cadenas de comercio minorista se han visto más afectadas que las del gran consumo.
Entre las principales iniciativas que hemos visto este último año para reducir costes podemos citar:
- El cerrar la gran mayoría de puntos de venta asistida en las tiendas (que han sido transformados en puntos de venta de libre servicio con un aspecto algo premium, pero sin tener empleados siempre pendientes de ellos);
- Dotación de herramientas digitales al personal de tienda, que les permite hacer las consultas o enviar peticiones más rápidamente, y por lo tanto se necesita menos personal en tienda;
- Reducir las operaciones nocturnas, que atraían un plus en el pago por hora trabajada, o por ejemplo la reestructuración de los turnos, para permitir que los empleados hagan sus horas semanales en cuatro días en vez de en cinco;
- La introducción de más cajas de autocobro y escáneres en las tiendas para que los clientes se escaneen ellos mismos la compra;
- La reducción de las plantillas en oficinas centrales y en los servicios de atención al cliente, junto con la adopción de puestos de trabajo híbridos (parte de las horas de ciertos puestos se trabajan en casa), con el consiguiente ahorro de espacio de oficinas;
- La compra de empresas en otros eslabones de la cadena de suministro, para integrar mejor las operaciones y así reducir fricciones y tiempos muertos;
- Se espera que cada vez veamos más aplicaciones de la inteligencia artificial en todos los aspectos del negocio para aumentar la eficiencia y reducir costes (desde la gestión de los productos a punto de caducar en las tiendas para venderlos antes de que no sea posible, la relación con los clientes a través de chats y redes sociales, la optimización de rutas y otros procesos en la cadena de suministro, etc.).
- Aldi y Lidl lideran la tabla, pero es que además están entre las cadenas que más pagan a sus empleados, y por encima de sus compañeros en la lista de empresas de gran consumo.
Y por lo que parece que nos trae el futuro, el foco en la eficiencia todavía va a tener que ser mayor. Algunas de las partidas de costes quizá se hayan reducido un poco, la energía por ejemplo, pero la mayoría sigue creciendo, e incluso los costes laborales van a seguir aumentando en virtud del incremento del sueldo mínimo interprofesional que llegará el mes que viene.
A todo esto se une la dificultad de encontrar personal con las habilidades necesarias para operar en entornos más automatizados y algo más complejos que los habituales en las tiendas.
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