Inversiones y sostenibilidad. Atención a la cadena

Horacio González Alemán nos habla de la taxonomía verde y sus implicaciones legales en Europa.

Taxonomía verde / Redacción FRS
Ontier

21 de septiembre 2021 - 12:02

La sostenibilidad se ha convertido desde hace años en un empeño del que nadie escapa. Y lo que en un principio era una corriente social, seguida de una reacción por parte de las empresas, acaba siendo una obligación legal - o más bien un paquete de medidas legales, que es lo que está promoviendo Bruselas.

En esta línea, también las finanzas se han centrado en la sostenibilidad, y la Comisión Europea lleva años trabajando en lo que se ha venido a llamar las “finanzas verdes” o taxonomía ( green taxonomy).

La idea es bien sencilla: utilizar la financiación para que las empresas sean más sostenibles en su actividad, dirigiendo sus inversiones a aquellos ámbitos de mejora que sean necesarios.

Para conseguir este objetivo la estrategia es estandarizar definiciones y contar con un concepto común de “sostenibilidad”, así como unos criterios que permitan definir el impacto de la actividad económica sobre el medio.

Los criterios para la definición de la sostenibilidad los estableció el Reglamento 2020/852, y se resumen en 6 ámbitos:

Ahora se trata de definir, por códigos de actividad NACE, su aplicación concreta a los sectores económicos. Incluidos agricultura, industria, distribución comercial y restauración. Nadie se escapa.

¿Cuáles son las implicaciones de esta “taxonomía verde”? Pues simplemente, que a medio plazo las empresas habrán de pensar que la financiación de sus proyectos e inversiones se verán bajo la lupa de estos criterios - ya sean préstamos o créditos, emisión de bonos, tomas de participación o adquisición de empresas...-, y dependiendo del tipo de sector, empresa e inversión, los agentes financieros - banca, fondos de inversión y otros -, así se modulara la financiación.

Los trabajos en Bruselas se encuentran aún a medio camino ya que falta detallar el contenido de esos seis ámbitos más arriba mencionados, pero progresan rápidamente.

De hecho, la Comisión cuenta con la ayuda de una Plataforma de organizaciones y expertos, básicamente del mundo financiero, que trabaja en este empeño…plataforma que ha sido duramente criticada en Bruselas por la falta de participación de los sectores en sus debates, entre ellos, el agroalimentario - no parece lógico tampoco que los interesados últimos queden fuera de juego...-.

Sea como fuere, la maquina está en marcha y las finanzas se están convirtiendo en otra de las palancas para impulsar la sostenibilidad: lo que hoy el mercado vende como voluntario (bonos verdes, ESG...), en poco será obligatorio.

Vale la pena seguirlo.

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