Fideliza a tus clientes desde el mismo punto de venta: el supermercado
¿Cómo atraer a los clientes y, sobre todo, cómo fidelizarlos con un surtido más reducido de productos? ¿Qué debemos hacer para que el cliente quiera volver a nuestro súper? Las respuestas a estas preguntas se irán desarrolando en este post.
Cuidar el punto de venta es la clave para ganar, pero también hay que tener en cuenta que el cliente busca:
- Comodidad a la hora de realizar el acto de compra.
- Seguridad en la calidad del producto que está comprando.
- Encontrar lo que busca en el momento y que haya stock en buenas condiciones, lo cual aúna las dos características anteriores.
¿Qué debemos hacer para que el cliente quiera volver a nuestro súper? Fidelizarlo es sencillo de decir pero difícil de llevar a la práctica. Un supermercado es una tienda de proximidad pero hoy en día hay varios supermercados en un radio asequible para el cliente donde la distancia no supone un problema. Entonces, ¿qué más hacer para que el cliente vuelva?
Las claves son las siguientes:
1. Surtido de productos, dentro el portfolio de la cadena, adecuado a las necesidades y gustos de la zona en la que se ubica el supermercado. El seguimiento de las ventas y las preguntas a los consumidores nos darán la sensibilidad necesaria para elaborar una correcta gama. Mover los de baja rotación a través de promociones locales que les vayan dando salida (huir de las bajadas de precio por caducidad próxima).
2. Cuidar la presencia de los productos en los lineales. Debe de haber producto suficiente, en buen estado de conservación (cuidar la acumulación de polvo en los envases), retirando el producto deteriorado o con propiedades organolépticas mermadas. La imagen del producto es la de nuestra tienda e indica el cuidado y atención que se pone en el trabajo. Además los pasillos deben estar limpios y recogidos.
3. La atención del personal de la tienda. Siempre con una sonrisa, atentos sin agobiar al cliente, ayudando cuando se ve que lo necesita o lo solicita. Pasando por los lineales cuidando el detalle, la disposición y colocación del producto en el lineal, tomando nota de todo lo que solicita el cliente y no hay en el surtido; haciendo por tanto de la experiencia de compra un tiempo agradable.
Queremos que los clientes salgan del supermercado queriendo volver. Un profesor mío de marketing lo expresaba como clientes “babeantes” por volver (similar al experimento de Paulov).
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