¿Cómo crear equipos emocionalmente inteligentes en grandes superficies?
Hoy estamos más comunicados que nunca, y sin embargo nos relacionamos peor que nunca. Con más de 15 años de sólida experiencia multidisciplinar y multinacional en Unilever, un claro perfil empresarial y emprendedor del Coaching; actualmente entreno a los altos directivos en los secretos de la relación interpersonal y la comunicación efectiva con resultados inmediatos.
Comenzamos hoy una andadura con este, vuestro blog, donde encontraréis temas de actualidad, como en este post donde explicaré la creación de equipos emocionalmente inteligentes en las empresas de distribución, y donde os atenderé en lo que me querías comentar.
Hay cinco componentes en la inteligencia emocional: autoconocimiento, autocontrol, motivación, empatía y habilidades sociales; y lo más importante es que todas se pueden trabajar y llevar a su máximo desarrollo. Practicar, obtener feedback de los compañeros y un entusiasmo por querer cambiar son etapas esenciales para convertirse en un eficaz líder de equipo.
Hemos hablado de cuáles son las características de un gran líder desde el punto de vista de la Inteligencia Emocional (IE), pero también debemos considerar las tres características generales para que un grupo de personas se conviertan en un equipo efectivo: confianza mutua, sensación de identidad y sensación de eficacia dentro del equipo. Pero tenemos que considerar que el hecho de contar con individuos emocionalmente inteligentes, no significa que el equipo también lo sea.
Para crear equipo, primero debemos haber creado el equipo siguiendo lo indicado anteriormente, después podemos pensar en hacer que el grupo sea emocionalmente inteligente. Pero antes de pasar a conocer cómo crear este tipo de equipos, debemos saber para qué queremos hacerlo. Un equipo emocionalmente inteligente fomenta la participación, la cooperación y la colaboración entre sus integrantes y con relación hacia las demás personas, departamentos y equipos de la organización. Además consigue adoptar decisiones más creativas y alcanzar una mayor productividad.
Para crear un equipo de estas características, hacen falta cuatro etapas:
1. Conocimiento grupal de las emociones de sus integrantes. Aquí se produce la aceptación plena de cada persona del equipo, se muestra empatía interpersonal y se otorga cabida a la expresión de los sentimientos y objetivos de cada uno de los miembros del equipo.
2. Gestión grupal de las emociones de los integrantes. Se establecen las normas de relación aceptadas por todas las personas que forman parte del equipo y se conocen las consecuencias de su incumplimiento, no permitiendo que ningún integrante pueda situarse fuera de ese marco de actuación. A través del feedback efectivo-constructivo se afronta el conflicto interno y construyen las relaciones interpersonales.
3. Conocimiento y gestión emocional a nivel de grupo. El equipo se autoevalúa e intercambia información sobre cómo lo están haciendo a nivel grupal y cómo los resultados del equipo son percibidos por cada uno de los integrantes del equipo. Se crean los mecanismos para trabajar con emociones, se maneja un lenguaje positivo hacia las dificultades y se resuelven los problemas de forma activa, anticipándose a ellos y fluyendo la información entre los individuos del equipo.
4. Conocimiento y gestión de la comunicación externa (cross boundaries). Aquí se conecta el equipo con el resto de la organización y se comienzan a construir nexos de unión con otros estamentos dentro y fuera de la organización. Se conocen las necesidades de otros equipos, personas o departamentos y se busca ofrecer y obtener cooperación y colaboración con ellos para conseguir un rendimiento excepcional que alimente la sensación de eficacia e identidad dentro del grupo.
Nuestro equipo así desarrollado ha alcanzado altos niveles de productividad y eficacia, pero ahora nuestro siguiente paso será hacerlos también resilientes, aunque éste será el tema de otro post.