La importancia del enfoque. De corregir a motivar. "Las gafas mágicas”
Aprovechando la benevolencia y el ambiente más receptivo que estas fechas suelen conllevar, me permito escribir este post en forma de relato distendido, sobre la importancia del enfoque ante cualquier reto que se nos plantee, y que he titulado “Las gafas mágicas”
Asistía a una reunión de amigos y en un momento determinado de la misma, movido en principio por necesidades fisiológicas, me encaminé a la búsqueda de ese habitáculo que suele estar en el pasillo, la segunda puerta a la derecha.
Digo en principio pues la deformación profesional hacía que aprovechase cualquier ocasión para realizar desde mi punto de vista investigación de mercado sobre productos de gran consumo, para el común de los mortales cotillear los hábitos y costumbres de tus amigos.
Por cierto, y hago un pequeño paréntesis: no se pueden imaginar lo que el contenido del típico armario de un cuarto de baño dice de nosotros como consumidores, (válido también para las cocinas). Muchas veces tenemos la realidad tan cerca que no somos capaces de verla. Les invito a hacer el ejercicio. Eso sí, este pequeño muestreo no debe interferir en las relaciones con nuestros familiares o amigos ni sus comentarios, quedando en el más absoluto de los anonimatos.
Todos podemos identificar a ese amigo que siempre nos dice que su buen aspecto es natural, genético, que está en un espléndido estado de forma, que no hace ni toma nada especial y que al realizar una primera inspección ocular del armario de su cuarto de baño, no contamos menos de 5 productos con la leyenda anti, por no hablar de esas pastillitas de forma romboide y color azul y que no combaten la artritis precisamente, ¿o sí?
Bien en esa búsqueda del desahogo por una parte y del conocimiento por otra, dependía de la urgencia el anteponer una a otra, como era previsible no di con la puerta acertada, yendo a parar a un pequeño despacho, sobre la mesa del cual se encontraban ejercicios de escritura de alumnos de primaria. He de decir que mi amiga y anfitriona se dedica a la enseñanza.
Lo que llamó poderosamente mi atención fue lo que yo creía correcciones y el color con las que estaban hechas. En primer lugar no eran correcciones, resaltaban palabras que tenían aparentemente una buena caligrafía y, en segundo lugar, lo hacían en un color verde, no en el habitual color rojo con el que a todos nos han ido remarcando los fallos o errores en nuestra etapa escolar.
En esta tesitura pudo más mi intriga por el significado y objetivo de aquellos círculos verdes que mantener en el anonimato mi actividad analista, por lo que excusándome como pude, le pregunte a mi amiga acerca de estas correcciones.
Me contó que no hacía mucho que estaba poniendo en práctica una estrategia pedagógica, que había descubierto en las redes sociales, utilizada por una madre con su hija, denominado el método del bolígrafo verde y, según me indicaba, con resultados muy gratificantes.
En síntesis, buscaba la automotivación de sus alumnos. Estamos acostumbrados y vemos como normal que nos remarquen lo negativo, los errores. En un texto de 100 palabras se nos señala los 4/5 errores cometidos y para que no pasen desapercibidos y focalicemos la atención, en color rojo, olvidando el resto. ¿Por qué no cambiar el enfoque? Busquemos lo positivo. Mira qué bien has escrito esta palabra, sabes hacerlo, ahora se trata de repetirlo, de hacerlo un hábito.
Lo que ella estaba haciendo, no era otra cosa que cambiar el enfoque, de corregir a motivar y con ello la actitud de sus alumnos. Había decidido cambiar su punto de vista, de gafas y con ello las de sus alumnos. Es lo que tienen lo que en este relato denominó “Las gafas mágicas”, todos tenemos unas y según queramos, según nuestra predisposición, veremos los temas de una manera u otra, por eso son “mágicas”.
Cuando nos enfrentamos a un reto, a una situación distinta, a una oportunidad, podemos afrontarlo asentándonos en nuestros puntos fuertes, o por el contrario fustigándonos por los de mejora, con el riesgo de que estos tapen o, incluso peor, hagan desaparecer nuestras fortalezas.
En absoluto discuto que ambos caminos, asentarnos en lo positivo y solucionar las debilidades, sean incompatibles, ni por supuesto que la mejor práctica puede ser mezclar ambos, eso sí, en un justo equilibrio. Ahora bien, desde el punto de vista de la realización personal, siempre va a ser más gratificante y a la larga suele ser más productivo basarse en lo positivo que en lo negativo, en las posibilidades de éxito que en las de fracaso.
Es nuestra decisión, donde unos solo ven el vaso medio vacío consecuencia de nuestros errores, otros ven el vaso medio lleno desde donde poder dar el impulso necesario. Nada es verdad ni mentira, todo depende del color de “las gafas mágicas“ con las que se mira. Depende de nosotros elegir las gafas apropiadas y utilizarlas adecuadamente.
Desearos que acertéis con el enfoque adecuado, tanto a nivel personal como profesional. ¡Feliz Navidad!.