El precio es un asunto de siempre
El paraíso de las damas es una novela de Emile Zola que se publicó en 1833.
En ella, Octave Moret es propietario de unos grandes almacenes que pretende, además de atraer por precio a las damas, hundir -ya entonces- al pequeño comercio con "modernas estrategias comerciales":
"Perderemos unos pocos céntimos en este artículo, lo reconozco. ¿Y qué? ¿Dónde está el daño si atraemos a todas las mujeres, si las tenemos así a nuestra merced y conseguimos que pierdan el seso ante nuestras montañas de mercancías y vacíen los monederos sin llevar la cuenta? Lo que hace falta es encandilarlas; y para eso necesitamos un artículo que encuentre su punto flaco (...). Luego ya podremos vender los artículos tan caros como en cualquier otra parte (...).¡Enterraremos a todos esos chamarileros que andan reventando de reuma en sus sótanos!".
Aristide Bocicaut, hijo de sombrerero y que entró de dependiente en un comercio conocido como 'Au Bon Marché', convenció al poco tiempo a sus propietarios para remodelar el almacén y disponer en su interior de departamentos para suministrar un montón de lo que el consideró necesidades de los clientes.
El éxito de la idea no se hizo esperar y propició el encargo a Louis Eiffel (sí, sí, el de la Torre) de un nuevo y enorme local de hierro y cristal en la rue de Sèvres, distrito séptimo, de un ambicioso y novedoso comercio, con el mismo nombre que el anterior y que aún continua abierto.
Las clientas podían ver, comprobar los precios, tocar, extasiarte ante los carteles publicitarios y comprar sin regatear después de haber sido asesoradas por los hábiles dependientes.
Mientras, sus maridos podían descansar en un pequeño café, fumando o tomando una copa.
Boucicaut debía ser un genio porque, además de la nueva y extensa tienda, se inventó la venta por catálogo, construyó un hotel para sus clientes, generalizó la baja por maternidad retribuida y facilitó clases de idiomas a sus trabajadores.
Existe la teoría de que el retail es una especie de rueda que gira constantemente en la que el nuevo entrante busca siempre una diferenciación por precio. En 1958 McNeir -su autor- sitúa los grandes almacenes al final del ciclo. Confirma así la teoría de que el precio es el principal elemento de los nuevos operadores.
El Corte Inglés debió también ser precio. Y en su origen Lafayette, Harrods, Woolworth’s, Bloomingdale’s o Macy’s se debieron situar en la tesitura de enemigo de los pequeños tenderos.
¡Y eso que la batalla del precio suele situarse en el discount!
Archivado en
No hay comentarios