Fusiones y adquisiciones en el retail de alimentación: impacto en retailers, marcas y consumidores

Las operaciones se han incrementado durante los últimos años. Siro Descrovi, analista de dunnhumby, analiza los riesgos y oportunidades.

FRS.

El sector del retail de alimentación está experimentando una transformación significativa, impulsada por diversos factores, incluida una ola de fusiones y adquisiciones (M&A). 

Acuerdos recientes, como la venta de una parte de las tiendas de Grupo Casino a Intermarché, la adquisición de las tiendas Supercor por parte de Carrefour en España, la adquisición de las tiendas Minipreço, propiedad de Dia, por parte de Auchan Retail Portugal, y la intención de Aldi de comprar casi 400 supermercados Winn-Dixie y Harveys en EE. UU., son solo algunos ejemplos de este cambio dinámico. 

Si observamos ejemplos como la fusión de gigantes como Kroger y Albertsons, queda claro que la industria se está consolidando a un ritmo sin precedentes. La pregunta es: ¿qué está impulsando esta tendencia de M&A y qué podría significar para los principales interesados: retailers, fabricantes y clientes?

¿Por qué ahora? Principales factores tras las fusiones y adquisiciones

Varios factores convergen para crear un entorno propicio para las fusiones y adquisiciones en el sector de la alimentación:

Oportunidades: el lado positivo de la consolidación

La actividad de fusiones y adquisiciones presenta varios beneficios potenciales para el sector:

Riesgos: los inconvenientes de un mercado consolidado

Sin embargo, la ola de consolidación no está exenta de riesgos:

Tres pasos para seguir centrado en el cliente tras una fusión o adquisición

Después de que todo vuelva a su cauce tras una operación de fusión y adquisición, es crucial que los retailers se aseguren de seguir centrados en su misión de dar prioridad al cliente. He aquí tres pasos esenciales a tener en cuenta:

  1. Revisar y actualizar la propuesta de valor y las promesas a los clientes: tras la fusión, los retailers deben revisar y replantear cuál es su posición a los ojos de los clientes, teniendo en cuenta las nuevas compensaciones, el conjunto de la competencia y cómo varía en función de los mercados y las regiones, para asegurarse de no diluir el valor de la marca mientras se expanden y minimizar las pérdidas financieras que puedan derivarse de ello. Este proceso no debe limitarse únicamente al equipo de marketing, sino que debe implicar a los empleados de todos los departamentos para identificar su propósito, las necesidades clave de los clientes y garantizar que todos estén alineados con los valores de la empresa, los KPI’s de clientes y las prioridades. De este modo, la nueva organización podrá seguir cumpliendo sus compromisos con los clientes al tiempo que se adapta a sus capacidades ampliadas.
  2. Maximizar el valor de los datos de clientes: con la fusión de diferentes bases de datos de clientes, los retailers tienen una oportunidad única de crear una visión única y completa de sus clientes. Esto significa consolidar los datos procedentes tanto de los sistemas heredados como de la empresa recién adquirida para mejorar la segmentación de los clientes y desarrollar una comprensión más matizada de sus comportamientos y preferencias. Una base de datos de clientes unificada puede servir de base para esfuerzos de marketing más personalizados, un mejor servicio y una mayor fidelización de los clientes.
  3. Evaluar y mejorar las capacidades: cada fusión reúne diferentes puntos fuertes, ya sea una herramienta de precios superior, un sistema de CRM más eficaz o un programa de fidelización bien establecido. Los retailers deben llevar a cabo una revisión exhaustiva de las capacidades para evaluar qué funciona bien y qué no en ambas organizaciones. El objetivo debe ser crear sinergias ampliando las soluciones más eficaces y armonizando los procesos en todos los ámbitos, para garantizar que la nueva organización funcione a pleno rendimiento desde el primer día.

Conclusión: un arma de doble filo

La actual ola de fusiones y adquisiciones en el sector de la alimentación presenta un arma de doble filo. Por un lado, una mayor escala y eficiencia podría racionalizar el sector, reducir el despilfarro y aportar valor a los clientes. Por otro, si este poder se ejerce únicamente en busca de beneficios, podría conducir a un mercado menos competitivo, lastrando la innovación y reduciendo la diversidad de opciones disponibles para los consumidores.

El futuro del sector de retail de alimentación depende de cómo se gestione este equilibrio. Si se centran en promesas claras a los clientes, aprovechan los datos completos de los clientes y optimizan las capacidades, los retailers pueden sortear estas oportunidades y riesgos manteniendo un mercado vibrante, competitivo y centrado en el cliente.

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