Digitalización e innovación: las claves del soñado PERTE Agroalimentario

El sector agroalimentario está viviendo una etapa de adaptación a nuevos escenarios normativos y de tendencias de consumo en el mercado. Y lo está haciendo a partir de una situación poco ventajosa en digitalización e innovación frente a sus competidores europeos y con el gran desafío como es la lucha ante el cambio climático.

Ante esta tesitura, a principios del mes de febrero, el Consejo de Ministros aprobó el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) del sector agroalimentario para poder conseguir un cambio tractor en el sector a corto y medio plazo con el objetivo de seguir dando respuesta a las necesidades de obtener alimentos saludables, sostenibles y seguros.

La publicación del PERTE Agro es una buena noticia para las empresas del sector, ya que financiará esta transformación y dinamización de la cadena agroalimentaria tan necesaria gracias a iniciativas que constituyan nuevos proyectos para impulsar la modernización, la sostenibilidad y su digitalización. Por el momento, sólo se ha dado un primer paso y aún queda mucho trabajo por hacer hasta que las ayudas sean una realidad. Se necesitará, por parte de los Ministerios, una gestión rápida y eficiente para que la inversión se materialice en las empresas cuanto antes.

Dentro de este PERTE, cabe destacar dos puntos muy positivos: el carácter estratégico del sector y el modelo de gobernanza que apuesta por la colaboración entre organismos públicos y representantes del sector privado. No hay que olvidar que el sector agroalimentario es un sector muy heterogéneo y atomizado, constituido en su mayoría por pymes. Por lo que, con este modelo de gobernanza, se espera que las ayudas lleguen a las pequeñas y medianas empresas, las cuales representan el 96% del sector de las 30.500 empresas agroalimentarias del país.

¿Cuáles son las principales medidas del PERTE y potenciales beneficiarios del sector?

En el PERTE Agroalimentario se han definido una serie de medidas que benefician a grandes empresas, PYMES y autónomos, y generan sinergias entre ellos con unos objetivos claros: promover un uso eficiente de los recursos naturales y de la energía en la producción agroalimentaria a través de la digitalización de todos los procesos productivos de la cadena alimentaria. Consta de tres ejes prioritarios que abordan actuaciones transformadoras sobre la cadena de valor industrial, medidas de apoyo a la digitalización del sector agroalimentario y a la investigación científica.

Así mismo, para las PYMES de hasta 49 trabajadores, una de las medidas más útiles será el Kit Digital, que tiene como objetivo la digitalización de sus procesos o puesta en marcha de una tienda en línea. En el procedimiento se realiza un test de autodiagnóstico de madurez digital para poder identificar aquellas soluciones más adecuadas para ellos. Por ello, es importante que, en este punto, las empresas se evalúen con detalle para asegurar el cumplimento de las condiciones establecidas en las bases de la convocatoria.

Por último, una de las líneas del PERTE está destinada a la inversión de la I+D+i que se realizará de la mano de las comunidades autónomas y permitirá avanzar, a través de varios proyectos prioritarios, potenciando el crecimiento del sector hacia la innovación. En este sentido, adelantarse a las convocatorias para la ideación de nuevos proyectos en base a los retos estratégicos del sector ayudará al éxito en la convocatoria.

¿Cuál es el siguiente paso para las empresas?

Ante este escenario de oportunidad, es aconsejable realizar un punto de situación inicial en la definición de las líneas de intereses por parte de las empresas, priorizando dichas inversiones y determinando sus presupuestos teniendo en cuenta los tres grandes bloques de actuación: competitividad, sostenibilidad y trazabilidad, y seguridad alimentaria.

Es reseñable comentar que el PERTE es una "dotación complementaria" al "gran instrumento" que es la Política Agraria Común (PAC) dotado con 4.700 millones de euros del fondo marítimo y la pesca, y de los fondos de recuperación, que van destinados específicamente al sector primario, agricultores, ganaderos y pescadores.

Ahora, nuestro papel como consultora dedicada única y exclusivamente a la financiación de la I+D+i, debemos reforzar nuestra ayuda a las empresas por ofrecer el mejor asesoramiento en toda la estrategia de innovación e inversión de las compañías: desde pensar líneas a futuro y ayudar a las conceptualizaciones de proyectos, al acompañamiento soportando toda la vida del proyecto y la alineación con los fondos Next Generation, para consolidar la innovación y la sostenibilidad en este sector.

Carmen Ovejero, Sectorial Leader de Agroalimentación en FI Group