El futuro energético de la industria alimentaria: un salto hacia la innovación

Nos encontramos en un momento de emergencia económica y medioambiental que hace necesario apostar por la máxima eficiencia en el consumo de energía.

Planta de cogeneración de Neoelectra en Les (Arán) / Redacción FRS
Firma invitada

06 de abril 2021 - 13:00

La gestión de la energía en el sector agroalimentario se ha convertido en un reto fundamental por dos razones básicas y complementarias: la sostenibilidad y el ahorro económico. Nos encontramos en un momento de emergencia económica y medioambiental, que hace necesario apostar por la máxima eficiencia en el consumo de energía, en beneficio de la competitividad de las empresas y del cuidado del medio ambiente.

En el caso del sector agroalimentario, impulsar esta eficiencia es especialmente importante. La industria de alimentación y bebidas es uno de los sectores productivos con mayor demanda de energía en España, situándose en segunda posición en cuanto a consumo energético (solo por detrás de la siderurgia) y consumiendo el 14% del total de la energía empleada por la industria.

Otra peculiaridad de este sector es su gran dependencia del gas y la electricidad, ya que una importante cantidad de subsectores alimentarios (azucarero, lácteo, oleícola, productor de huevos, etc.), tienen procesos productivos intensivos en uso de electricidad y calor. Por tipos de energía, los datos del IDAE correspondientes a 2019 señalan que el mayor consumo de esta industria corresponde al gas (929 ktep), seguido de la electricidad (915 ktep), los derivados del petróleo (281 ktep), energías renovables (218 ktep) y carbón (25 ktep).

En los últimos años se ha realizado un importante esfuerzo de innovación en las principales fuentes energéticas para esta industria, que ha repercutido positivamente en su eficiencia. De hecho, el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico asegura que, en el sector industrial, la principal opción para incrementar la sostenibilidad del sistema energético es precisamente el aumento de la eficiencia.

Además, este concepto también está íntimamente ligado al ahorro económico, imprescindible para la competitividad de las empresas. No olvidemos que, en subsectores intensivos en uso de energía eléctrica y térmica, como el lácteo o el oleícola, el gasto energético supone entre el 1 y el 3% del coste final del producto.

Hacia dónde se encamina la innovación energética para la industria

Como hemos visto, la innovación en energía, sobre todo la más especializada en el sector industrial, debe basarse en dos grandes pilares: eficiencia y tecnologías renovables. Estas últimas tienen la particularidad de depender del clima y de las horas del día para funcionar, por lo que es necesario que se complementen con otras tecnologías gestionables como la cogeneración, es decir, que puedan regular a voluntad la cantidad de energía emitida según las necesidades. La ventaja añadida de este sistema es que genera paralelamente electricidad y calor, una opción muy adecuada para las empresas de alimentación intensivas en uso de energía térmica.

Todas estas tecnologías se encuentran en pleno proceso de innovación y mejora, para continuar ofreciendo back up energético a la industria de manera sostenible. En el caso de la cogeneración, se ha sustituido paulatinamente el uso de fueloil por gas natural y biomasa, apuntando en un futuro próximo a la hibridación con tecnologías renovables como la fotovoltaica y el uso del hidrógeno u otros combustibles sintéticos.

La industria de alimentación y bebidas es uno de los sectores productivos con mayor demanda de energía en España, situándose en segunda posición en cuanto a consumo energético

La sostenibilidad desde la economía circular también juega un rol fundamental en la cogeneración. Un ejemplo de ello es la actividad de Carboneco, empresa de Grupo Neoelectra, especializada en la recuperación y comercialización de CO2 alimentario de pureza superior al 99,99 % evitando la emisión de CO2 a la atmósfera procedente de procesos industriales. Las soluciones innovadoras, firmemente basadas en el I+D+i, tienen mucho que aportar a la sostenibilidad de la industria.

Actualmente, la producción de hidrógeno a gran escala está siendo impulsada como la solución sostenible para la energía del futuro, que nos llevará hacia un escenario de bajas emisiones de carbono en los procesos industriales y energéticos. Durante este periodo de transición, cada vez tendrán más relevancia las iniciativas que conlleven mejoras en la eficiencia energética, como combustibles con menor factor de emisión o recuperación de CO2 entre otras. Y que se alineen siempre con las necesidades de la industria, lo que conlleva innovación permanente en cuanto a la gestión de las tecnologías para asegurar competitividad y sostenibilidad al sector.

Antonio Cortés, CEO de Grupo Neoelectra.

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