2024, menor incertidumbre y mayor atonía
Un artículo de José Manuel Cansino, profesor de San Telmo Business School, incluido en exclusiva en el Anuario Perspectivas 2024 de Food Retail & Service.
Los expertos en Estadística advierten de que siempre es mejor moverse en una situación de riesgo que en una de incertidumbre; de la primera nos podemos cubrir y a eso nos ayudan los contratos de seguro. Sin embargo, las situaciones de incertidumbre no son modelizables matemáticamente y resulta imposible calcular una prima o precio por un seguro que nos proteja de sus contingencias negativas. Entre 2022 y 2023 la economía mundial ha pasado de la situación VUCA (Volatility, Uncertainty, Complexity and Ambiguity) a otra en la que persisten algunos riesgos y han debutado otros nuevos. Desde esa perspectiva, hemos mejorado el escenario.
El pulso económico previsto se corresponde con una situación de atonía. La previsión de cierre para el año 2023 es de un crecimiento económico en torno al 2,4%, notablemente superior en términos relativos al que se espera para el año próximo; el 1,5% según la proyección del servicio de estudios de FUNCAS.
El Euribor a 12 meses se espera que acabe en torno al 4,2% en 2024. El freno del sector industrial y de la construcción van a ser considerables, mientras que el sector servicios -donde se incluye el comercio al por mayor y al por menor- sigue siendo un buen salvavidas; por cierto, con cada vez más peso del sector económico que mueven nuestros mayores. A lo anterior se debe añadir que posiblemente nos tomaremos las uvas con un déficit público del 4,15% y esto va a obligar a acelerar la retirada de ayudas que se pusieron en marcha para aliviar los efectos de la crisis energética y de subida generalizada de la inflación.
Puerto de montaña para los tipos
Parece que hemos llegado si no a la cima sí al menos a un importante puerto de montaña con la subida de tipos de interés. Pero cuidado: no esperemos bajadas significativas para los próximos años. Hoy mismo sigue siendo difícil imaginar tipos de interés de intervención del Banco Central Europeo por debajo del 3,5 % para el año próximo a pesar de existir abundancia de liquidez en el sistema financiero. Mi consejo es -principalmente para las economías domésticas-: Si no lo han hecho ya, muévanse a hipotecas mixtas con no menos de tres años a tipo de interés fijo y dejen el retorno al Euribor para después.
Pongamos ahora el foco en lo que están haciendo las grandes corporaciones en España y usemos para este análisis los Índices de Gestores de Compras o PMI por su acrónimo en inglés. Estos índices toman el valor 50 como valor neutro; si me lo permiten, equivaldría en medicina a mostrar una situación de estabilización del paciente. Por encima del valor de 50, el paciente comienza a mostrar mejoría; por debajo de 50, hay que preocuparse porque las perspectivas son de empeoramiento.
El último dato del que disponemos cuando escribo este artículo corresponde a octubre y, de manera agregada, esto es, para todos los sectores de la economía española, el valor del PMI compuesto -que así se denomina- es precisamente de 50, ni una décima más, ni una décima menos.
Pulso económico en España y el mundo
Hagamos una breve excursión al resto del mundo para ponernos en perspectiva; el servicio de estudios de S&P Global cifra en 46,1 puntos el PMI compuesto para la zona euro. Para el caso de nuestros principales socios comerciales, los datos actualizados al pasado mes de octubre son Alemania (45,9), Francia (44,6) e Italia (47). Vistas estas comparaciones, los 50 puntos de España ofrecen un mejor pronóstico que el que se deriva de nuestros socios.
Pero pongamos las luces largas y miremos más allá. Analizando el mismo valor para las principales economías del mundo, nos encontramos con los siguientes registros; 50,7 para EEUU, el mismo valor para China, pero atención a los 58,4 puntos para India.
Sin embargo, decir que para el conjunto de la economía tenemos un PMI de 50, nos aporta relativamente poca información sobre el sector particular en que cada cual opera. Por eso, recordando que siempre hemos de hablar con prudencia, debemos intentar desgranar al máximo la información y acercarla a nivel sectorial.
Disponemos de información desagregada de los Índices de Gestores de Compras o PMI para el sector de las manufacturas, para el de los servicios y para la construcción. Para las manufacturas tenemos un preocupante valor de sólo 45,1 puntos, teniendo además en cuenta que en sólo un mes ha perdido 2,6 puntos. Afortunadamente, el sector servicios nos da un respiro volviendo a valores por encima de 50 después de haber caído tras la finalización del verano. Actualmente el valor es de 51,1. No es esta una cuestión menor, pues el sector representa casi el 68% del PIB nacional.
Para el sector de la Construcción es muy escasa la información sobre el PMI, por lo que nos vemos obligados a sustituirla por datos alternativos como el que ofrece el indicador de clima de la construcción. Los datos no son buenos si los vemos en tasa de variación anual. También aquí hay que desagregar porque el sector es heterogéneo; así, el clima de confianza entre octubre de 2022 y octubre de 2023 cayó en 14,4 puntos para la construcción de edificios, en 0,4 puntos para la obra civil y en 3,2 para las actividades especializadas.
Bajando al detalle
Sin embargo, quedarnos en esta lectura sería conformarnos con una visión epidérmica de una realidad mucho más compleja en la que debemos adentrarnos. El sector servicios se caracteriza por su heterogeneidad. En él se incluyen subsectores de muy diversa naturaleza que conviene tratar separadamente: comercio (al por mayor y al detalle), transporte, hostelería, información y comunicaciones, actividades financieras, inmobiliarias, profesionales, científicas y técnicas, administración pública, defensa, educación y salud y, finalmente, recreativas. Cada uno de estos subsectores tiene naturaleza y perspectivas marcadamente diferentes y sería desacertado aplicarles a todos la tendencia negativa global que marca el dato agregado tanto para España como para la mayoría de socios de la Unión Europea.
A modo de ejemplo, basta poner el foco en los tres subsectores más importantes; el sector del comercio, transporte y hostelería (que representa más del 20% de la producción nacional), el de las administraciones públicas, defensa, educación y sanidad (con más del 12%) y el de las actividades profesionales (cerca del 8%). De los tres, el segundo es el que incorpora a empresas con una actividad muy estabilizada por su vinculación a la prestación de servicios públicos esenciales.
Del Atlántico al Indopacífico
Las empresas del sector que acoge amablemente este artículo se enfrentan -como siempre- a desafíos externos e internos. Internacionalmente, Europa contempla cómo el eje económico mundial gira grado a grado desde el Océano Atlántico hacia la zona del Indopacífico. En esa zona del mundo que va desde la India -actual Barat- hasta el continente australiano, se pugna ahora por la mayor parte de los recursos económicos y por hacerse un hueco en ese gran mercado.
Poner sólo el foco en China es equivocarse manteniendo una visión geoeconómica ya superada. No sólo India es una nueva potencia económica mundial, sino que los acuerdos entre Corea del Sur y Japón, así como el acercamiento del gobierno de EE.UU. a Vietnam, pueden poner en jaque la hasta ahora indiscutida hegemonía china en el Indopacífico.
Más al oeste, la mayor parte de los analistas coincidimos en que el conflicto entre Israel y Hamás no superará las fronteras irradiándose a las potencias con intereses geopolíticos en el citado conflicto: Irán, Arabia Saudita y Turquía.
¿Importa esto a las empresas del sector? Sí, porque, de extenderse el conflicto, el tránsito de mercancías por el canal de Suez se puede ver afectado y, con ello, tensionarse la cadena de suministros. Una recomendación absolutamente práctica es que, si su empresa tiene algún componente que importe de la zona del Indopacífico, incluya desde ya en sus KPI habituales indicadores de abastecimiento que les puedan alertar con tiempo suficiente de un posible tensionamiento de las cadenas de aprovisionamiento. De esa forma, estarán a tiempo de sobre estocarse en caso de ser necesario haciendo los ajustes oportunos para no tener quebraderos de cabeza con las necesidades operativas de financiación.
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