Macfrut 2024, la feria de frutas más antigua de Europa, analizada por el especialista Paco Borrás
En su 41ª edición, novena en Rímini, este certamen ya ha entrado en la Champions de las ferias de frutas y hortalizas junto a Fruitlogistica y Fruit Atracttion, y se convertirá en la feria tecnológica por antonomasia de este sector, que por otra parte cada vez será más tecnológico y por consiguiente más digital.
Estuve en 1983 en Macfrut, en Cesena, en su primera edición.
En aquel momento no existía Fruitlogistica, porque entre otros temas aún estaba el Muro de Berlín y las empresas alemanas de fruta iban a Colonia a Anuga. Cayó el muro en 1989 y en 1993 nació como un anexo de la Semana Verde de Berlín una pequeñísima feria de fruta, ya con el nombre de Fruitlogistica, y también estuve en la primera edición de esta feria alemana. En solo dos años salieron todas las empresas de fruta de Anuga y la de Berlín se independizo de la semana verde para convertirse en la gran feria que es hoy.
Corría el año 2008 cuando se puso en marcha Fruit Attraction, que fue capaz en poco tiempo de eclipsar algunas de las ferias de frutas y hortalizas que había por diferentes puntos de España y convertirse en la gran feria que es hoy. Estuve en su primera edición.
Mientras tanto, languidecía Macfrut en Cesena, en parte por la estabilización exportadora de Italia y la aparición en el panorama europeo del milagro hortofrutícola español que entre 1985 y 2020 multiplicó sus exportaciones superando al conjunto de las de Italia, Francia, Bélgica, Holanda y Alemania.
Pero, en 2015, algo cambio en la pequeña feria que seguía languideciendo en Cesena. Entro de presidente el volcán de ideas que siempre ha sido Renzo Piracini, antiguo director del grupo italiano Apofruit, y el entorno de la feria se dio cuenta de que o daban un gran cambio o morían, y la primera gran decisión fue el cambio de ubicación, dejar Cesena y trasladarse a Rímini.
Hasta ese momento no creía que fuera posible que Macfrut recuperara energía y que encontrara un hueco en el panorama internacional europeo de las ferias y en particular del sandwich que suponían las dos grandes ferias de frutas y hortalizas de Berlín y Madrid.
Estuve en la primera edición de la nueva etapa de Macfrut. Pero seguí discutiendo en Rímini, en Berlín y en Madrid con mi amigo Renzo, diciéndole que no veía futuro a Macfrut. Para más inri llegó la pandemia y se tuvo que hacer la 2020 en digital y perder parte de la energía y el trabajo realizado.
Se embarcó al atraer a los países emergentes de toda África, a algunos de los principales estados emergentes de la antigua URSS, como países productores y no tanto como potenciales exportadores sino también como países que empezaran a ser más autosuficientes en algunos productos. Se dirigió hacia los países árabes y los de lejano Oriente, y vendió Macfrut con un entusiasmo que contagio al equipo.
Pero, mientras tanto por su propia historia, por la misma tradición de toda la Emilia Romana, la tecnología en el sentido global de la palabra, desde toda la innovación varietal, en viveros, en nuevos biofertilizantes, en todos los tipos de maquinaria de plantación, de cultivos, de recolección, de confección y en general en toda la gran revolución en digitalización, Macfrut empezó a atraer esa tecnología que en Berlín o en Madrid, quedaba relativamente relegada por el gran musculo comercial que tenía el comercio final que se realiza ya con el producto acabado.
Así hoy en Macfrut, en la parte productiva referente a la venta propiamente dicha prácticamente está toda la producción italiana, que es mucha y muy interesante por su gran cantidad de innovaciones y no hay casi del resto de los países de Europa. Pero cuando se observa el enorme nivel de alguno de los encuentros realizados en esta feria, que me cansaría de enumerarlos, y me limitaré a comentar los dos que asistí en persona, International Rootstocks Symposium y el Table Grape Symposium, te das cuenta de cómo los temas colaterales a la producción ganan importancia.
En los dos encontré un nivel internacional imposible de mejorar por la calidad de los ponentes de todo el mundo y por el nivel de participación. Solo por esos dos symposiums ya ha valido la pena para muchos especialistas, pero es que ha habido mucho más y bueno que no puedo desgranar en este pequeño resumen de la feria.
Otros temas con gran trascendencia, fue la experiencia desarrollada por Agroter sobre el tomate en las dos sesiones, degustaciones incluidas bajo la etiqueta del Planeta Rosso, donde la participación de obtentores varietales, productores comercializadores, la última tecnología en mecanización de Unitec y la del sector minorista al máximo nivel, le dio una visión global de la cadena de valor del tomate integral.
Por otro lado, la organización de la feria en sí, tanto en cuanto a los que llegaban en coche como los que estábamos en los muchos hoteles de Rímini, desde los que los traslados estaban perfectamente sincronizados e incluso la buena conexión con el aeropuerto de Bolonia, ha sido agradable para los participantes. Las cifras de visitantes se conocerán pronto, pero con toda seguridad altas y por encima de las mejores expectativas.
En definitiva, tengo que confesar ante mi amigo Renzo que vuelve a triunfar en sus ideas y que, en la 41ª edición de Macfrut, novena en Rímini, ya ha entrado en la Champions de las ferias de frutas y hortalizas junto a Fruitlogistica y Fruit Atracttion, y se convertirá en la feria tecnológica por antonomasia de este sector, que por otra parte cada vez será más tecnológico y por consiguiente más digital.
Como dice su presidente, “si quieres saber hacia dónde va el sector de las frutas y hortalizas, tienes que venir".
No hay comentarios