ERE en El Corte Inglés en el contexto del mercado laboral español, pandemia y recesión
El Corte Inglés quiere "garantizar que los colectivos a proteger deben ser aquellos que tienen más difícil su integración en el mercado laboral". Es decir, los mayores de 50 años. EREs hay muchos en España, lo interesante es ver el contexto económico, social, laboral y sanitario en que se producen, porque vivimos circunstancias excepcionales que afectan sobremanera al retail-distribución no alimentarios.
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), España, en su mercado laboral, tiene características que le diferencian del resto de países ricos de la OCDE, a saber:
- La muy alta tasa de paro estructural. De media, entre 1978 y 2020 (período democrático), la tasa de paro estructural más favorable fue del 8% de la población activa que, en términos absolutos, supone 3 millones de potenciales trabajadores cobrando cada mes del SEPE (antiguo INEM). Estados Unidos, Francia, Alemania, Austria, Reino Unido, etc, tienen una tasa de paro estructural tres veces inferior a la española. Y, en EE.UU., la tasa de paro, hoy del 6,2%, es inadmisible para la población que en febrero de 2020, con tasa de paro del 3,5%, disfrutaba de pleno empleo.
- El 66% del empleo está sustentado por pymes, que suponen el 99,88% del tejido empresarial español (Fuente: Instituto Nacional de Estadística, INE, 2020). El 30% del empleo lo generan las grandes empresas (0,12% del total de empresas españolas). Grosso modo, el tipo de empresa más débil de la economía española, la pyme/microempresa/autónomo con asalariados (Datos de la Seguridad Social, enero y febrero de 2021), sostiene "10 millones de empleos".
- Según el Banco de España (febrero de 2021), "una de cada tres pymes españolas podría quebrar si no recibe ayudas estatales de los Fondos Europeos". De todos es sabido qué sucede cuando una pyme cierra, o el autónomo no tiene actividad: "cada uno a su casa y Dios en la de todos" pero sin las excelentes condiciones con que van al desempleo los trabajadores de muchas grandes empresas.
- La Comisión Europea, Banco Central Europeo, Banco Mundial, OIT, Fondo Monetario Internacional (FMI) y OCDE sostienen dos aforismos contradictorios: 1) "El mercado laboral español es excesivamente rígido (...); uno de los más rígidos de Europa (...); hay que facilitar el despido". y 2) "Hay que solucionar el problema de la precariedad laboral del mercado de trabajo de España: alta temporalidad, bajos salarios...". Parece que ambas declaraciones son radicalmente opuestas: mercado laboral rígido, con una de las tasas de paro del mundo más elevadas y, decir que hay que luchar contra la precariedad laboral... Imposible meter más contradicciones en una misma frase: si no se quiere precariedad laboral, hay que 1) subir los salarios y 2) hacer contratos fijos de verdad (como sucede en Francia, Alemania, Austria, etc).
Decir que España tiene un mercado laboral rígido, al tiempo que la tasa de paro en España es de las más elevadas del mundo, es una contradicción "in términis". Si hubiera tanta rigidez laboral como dicen los organismos internacionales, la tasa de paro sería mucho menor, aunque fuese a costa de la viabilidad de las empresas. Todas estas afirmaciones sobre el mercado laboral español son falacias, por el verdadero problema es que, en expresión de quien fuera fundador y primer presidente de Hewlett-Packard en España, "tenemos un mercado laboral de chichinabo" (traducción: "chuchurrío").
Y llegamos a la cuestión que nos ocupa: la edad en el mercado laboral español. La edad (mayor edad del trabajador) es un fuerte factor de penalización. Y no de ahora, sino desde hace décadas: otro de los grandes debates laborales entre los agentes sociales en España (patronal, patronales, sectores de actividad y sindicatos) es la edad de despido, no ya la de jubilación. Ya en 1990, en España, gobierno, patronal y sindicatos hablaban de los mayores de 45 años "como si fueran la mojama": atún añejo bien conservado o momia de 3.000 años, bien embalsamada.
De nuevo, los organismos internacionales se contradicen en sus soflamas: "el mercado laboral español debe saber reintegrar a los mayores de 50 años, mediante programas de formación". Al mismo tiempo, afirman: "el mercado laboral español debe ofrecer oportunidades a los jóvenes. Es inaceptable -FMI- que la tasa de paro juvenil en España sea del 57%". La cuestión es que con un mercado laboral tan pequeño como el español (Demografía española, datos INE con población total de 47 millones en 2020: con 10 millones de jubilados; 2,5 millones de funcionarios; 3,5 millones de dependientes y 10 millones menores de edad; en el mejor de los casos, España puede ofrecer trabajo a 19-20 millones de personas y, esto, en tiempos de mucha bonanza económica, que, en España no conocemos desde 2007, antes que estallara la crisis financiera que llevó la tasa de paro al 26,67% el 10 de febrero de 2012, cuando se aprobó la reforma laboral. Ni Estados Unidos, en los peores momentos de la Gran Depresión de 1929-1946, tuvo una tasa de paro superior al 25% (Ben Bernanke, ex presidente de la Reserva Federal o FED en "The courage to act").
La conclusión es obvia: nuestro mercado laboral es pequeño, como lo es el tejido empresarial. Los empresarios y directivos suelen querer trabajadores jóvenes, que se quieren comer el mundo, "sobradamente preparados", con carrera universitaria y MBA, idiomas, conocimientos de Tecnologías de la Información, ganas de trabajar 18 horas diarias y, por supuesto, encantados de cobrar el menor salario posible. En el extremo opuesto, estarían los mayores de 50 años que, para muchos empresarios "suponen un cáncer que hay que extirpar": tienen demasiados derechos adquiridos, se quedan anticuados, no conocen las nuevas tecnologías y les cuesta aprenderlas, sus salarios son elevados (según el INE, el salario medio en España es de 21.000 euros/año. Y, añade, "siendo el salario anual más extendido el de 17.000 euros": difícil saber de dónde sale la afirmación de que los mayores de 50 años están muy bien pagados...), por no hablar de los costes del despido, radicalmente reducidos desde la reforma laboral de 2012.
Al margen del INE y los organismos internacionales que ofrecen datos, es un lugar común en España, desde hace 40 años que, "si te despiden a partir de los 50, ya no encuentras trabajo". Y, es cierto, con los datos del INE y la Seguridad Social. Lo cual es una aberración. 50 años es la edad en que un trabajador más experiencia ha acumulado y, por tanto, más puede ofrecer a su empresa y serle útil. Si el empleador cree que, por edad excesiva, ese empleado está desmotivado, lo que tiene que hacer en una economía capitalista, de libre empresa y mercado, es ponerle incentivos económicos. Lo que no tiene sentido es que a un trabajador/a se le considere amortizado por tener 50 años. Peor aún, hay grandes empresas donde los 45 años ya significan que "el trabajador es viejo", aunque el presidente de la empresa sí sea un vejestorio de los de toda la vida que, porque forma parte del sistema (=establishment) y hoy preside un banco y mañana una energética semipública...; y así hasta pasados los noventa...
En Estados Unidos, en un sector duro y competitivo con es el retail y la distribución, cuando hay trabajo, hay trabajo para todos. Antes de la pandemia pasaba la mitad de mi tiempo en EE.UU. Y en los centros comerciales de Las Vegas, en sus casinos, hoteles y restaurantes he hablado con personas de más de 80 años que estaban trabajando como camareros, guardias jurados, etc. Y, en Los Ángeles y Nueva York, he hablado con dependientas de Saks, Nordstrom y Macy's, también mayores de 80 años, trabajando sus diez horas diarias. No son las motivaciones para trabajar lo que nos importan ahora, sino la maravilla de que el mercado laboral americano abre las puertas a todos; que no discrimina por edad, como en España; por tanto, que todo el que -como decía el presidente Bill Clinton- "trabaje duro y cumpla las reglas, podrá hacer realidad su sueño americano".
DESPIDOS EN EL CORTE INGLÉS: NI MAYORES DE 50 NI EVENTUALES
Y de ahí volvemos al ERE de El Corte Inglés. El joven tiene toda la vida por delante: tiene muchas opciones para elegir. Quien tiene 50 años está "a mitad de camino en la carrera". Y, en España, el despedido con 50 años o más, rara vez se recoloca. Máxime, si ha trabajado muchos años para una misma empresa. "Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra": es decir, que, si empezamos a enumerar las empresas que están haciendo ERE, no acabamos esta reflexión. Pero, en la inmensa mayoría de los casos, como decía un sindicalista: "los mayores de 45 años, son el oscuro objeto de deseo de los ERE". Hay trabajadores que, en esos procesos, se van a casa cobrando parcial o totalmente su salario fijo y variable y, cuando llega la edad legal de jubilación, se convierten en "clase pasiva". Esto es propio de la gran empresa. Pero no del resto del tejido empresarial español, que no se lo puede financieramente permitir.
Y volvemos al principio, cuando escribimos: "El Corte Inglés quiere garantizar que los colectivos a proteger deben ser aquellos que tienen más difícil su integración en el mercado laboral. Es decir, los mayores de 50 años". Según los datos del último informe no financiero de El Corte Inglés, el 27,1% de su plantilla total tiene más de 50 años. Este porcentaje es sobre los casi 90.000 empleados que componen toda la estructura del grupo, pero hay que recordar que el proceso de ajuste laboral afecta a 60.000 trabajadores de El Corte Inglés SA, que incluye grandes almacenes, Hipercor y Sfera, además de servicios centrales.
Tampoco estarán incluidos en el proceso de ERE quienes tengan contratos eventuales o de relevo o de días sueltos. La empresa ha entregado a los sindicatos el informe técnico y económico que explican las causas que llevan a El Corte Inglés a decidir la salida de 3.000 trabajadores/as.
Los efectos de la pandemia en la distribución no alimentaria han impactado de lleno en empresas como Inditex, Mango, El Corte Inglés, Primark, etc, que se ha traducido en fuerte reducción de facturación (Mango, -22%; Inditex, dicen los analistas, -30%) y beneficios y, en algunos casos, ha desembocado en pérdidas. No es motivo de alegría. Al contrario.
En el caso de El Corte Inglés hay dos puntos de vista que considerar y, quizá, conciliar, si esto es posible: La empresa, El Corte Inglés, que ha indicado que el plan busca "la viabilidad de la empresa, su posicionamiento en un mercado cambiante, la reordenación del mundo del retail y su nueva dimensión tras el impacto de la venta online. El Corte Inglés garantiza la voluntariedad y buenas condiciones económicas para la reducción de los empleos".
Y lo que piden los trabajadores/as (éstas últimas son mayoría): los (cuatro) sindicatos que representan la fuerza laboral de El Corte Inglés han afirmado "que la empresa les ha adelantado que el proceso se realizará con el máximo diálogo y que se van a buscar medidas positivas como la voluntariedad y buenas condiciones económicas para la plantilla".
Vistas las posturas de empresa, El Corte Inglés, y los representantes de los trabajadores/as, los sindicatos, parece claro, según las propias palabras de unos y otros, que ambas partes llegarán a un entendimiento satisfactorio para ambas partes, teniendo en cuenta la coyuntura económica y laboral, la pandemia y la recesión.
Honra a El Corte Inglés "salvar a los padres y madres de familia", a los de 50 años...