Las empresas del sector de la distribución y la manipulación contable
Lo más fácil para dar unos resultados mayores de los realmente conseguidos en un ejercicio consiste en aumentar los márgenes, bien falseando al alza el valor del inventario o bien aumentando la previsión de atípicos y rapeles pendientes de cobrar de proveedores.
Aumentar el precio de coste de los productos del inventario es bastante entretenido, aunque por ahí no van los tiros, sino más bien por el aumento de las unidades en almacén, o como se “hace” en ciertas compañías con la sección de textil y electro no reconociendo la depreciación por obsolescencia de su inventario. Recuerdo una compañía donde los márgenes de la sección de textil eran muy similares a los que se obtenían de su sistema a diario, apenas había pérdida, hasta que un día se descubrió la existencia de almacenes con restos de campañas con un 80% de mercancía invendible. Aumentar el valor de tu inventario un año te puede ayudar a pasar un mal ejercicio, pero tendrás el problema latente para el cierre del ejercicio siguiente, y luego qué hacer cuando el mercado no te dejó recuperar lo “ocultado”. Al final se convierte en una bola indigerible.
Con la manipulación de la previsión de atípicos ocurre algo similar. Os recuerdo lo que pasó en 2003 con Ahold en Estados Unidos y la manipulación contable que pusieron en marcha en su división de catering y otras empresas de su grupo (aquí), cuando emitieron cargos no pactados con proveedores para cerrar ejercicios con pérdidas. Ahold era una sociedad cotizada y esta manipulación de mercado le pasó una inmensa factura de la que ahora empiezan a recuperarse. Ahold siguió existiendo, cambió de equipo directivo, vendió algunos de sus negocios y pasó por el calvario de la pérdida de credibilidad. Hoy la empresa ha remontado, después de 10 años, y empiezan a realizar algunas operaciones corporativas.
Hay otros tipos de manipulación que también afectan a resultados, como serían los deterioros del fondo de comercio (siempre hay excusas para que no se deteriore) o la falta de una adecuada provisión sobre activos inmobiliarios o sobre los litigios o demandas abiertas contra resoluciones de la Administración, etc... Hay veces que carecen de relevancia por su importe real en euros o por el impacto en sus cuentas en función del volumen de negocio. Aquí tendríamos el ejemplo de DIA cuando salió a cotizar en nuestro mercado de capitales y pensó que no era necesario provisionar ciertos litigios sobre el cálculo de IVA en Francia. Al final acabaron cayendo las sentencias de los juzgados franceses sobre las cuentas de DIA y afectando a sus nuevos propietarios, a los accionistas que compraron sus acciones en el mercado. A veces, hay hechos que son difíciles de cuantificar o controlar, pero yo pienso que lo mejor es provisionar y luego darte una “alegría” si consigues ganarle a la Administración su demanda.
Pues uno de los casos que afectan a nuestro sector lo sacaba a la luz el Diario Expansión el sábado 19 de julio. Bajo el título de “Así fue el órdago de Dia para comprar El Árbol” se relata el proceso de la negociación y una típica manipulación de resultados. Os destaco el texto de la manipulación contable que descubrieron en la due diligence: ”En el proceso posterior de análisis económico, financiero y legal de la empresa… se detectaron prácticas anómalas en la contabilización de determinados ingresos relacionados con los rapels (descuentos) que eran irreales. Reguralizarlos provocó que El Árbol pasara de tener un beneficio bruto de explotación (ebitda) de 20 millones a unas pérdidas de treinta millones…”. Así que esos espectaculares márgenes que El Árbol venía publicando eran irreales. Sobre los márgenes altos de El Árbol ya escribí algo en este artículo “Sobre DIA y sus últimas operaciones”. Desde el año 2008 ando tras las cuentas de El Árbol y algo “flotaba en el ambiente”, pero no es la única empresa del sector que desprende un “olor” similar.
Como véis hablamos de beneficio, una cifra altamente manipulable, cosa que no ocurre cuando hablamos de generación de caja, de los flujos de caja. Normalmente hay alarmas de deterioro de la situación hasta para los más invidentes, aumento de deuda financiera en entornos de bajo consumo de capex, retraso en los pagos a proveedores, petición de aplazamiento a la Administración en los ingresos de cotizaciones y otros impuestos, ventas estancadas durante años, etc…
Y una última reflexión: ¿están los auditores preparados para la revisión de estas prácticas tan particulares del sector? En función de cada operador, o de cada central de compras, o de si su formato fuerte es el mayorista o el minorista las cascadas de descuentos y atípicos provenientes de la plantilla de central de la compras o cadena, plantilla regional, plantilla nacional, plantilla, aportaciones por... se escandallan de forma distinta. Unas se cobran en factura, otras a través del pago centralizado, y se incluyen en costes o no. Otras veces se cobran por meses, trimestres o al final del año, o bien después del cierre de ejercicio en función del volumen total conseguido, etc... De toda esta "maraña" surge el cálculo de las previsiones de atípicos, de los ingresos devengados en el ejercicio y no cobrados aún. Como queda de manifiesto algunos distribuidores se pasan de listos.