Sobre tartas, conjuros y cómo con un dulce las penas son menos
Cada vez son más los establecimientos que te obligan a pecar en casa proponiéndote tartas o pasteles irresistibles que te llegan recién hechos y casi calentitos a tu propio sofá. Pero además, ahora los dulces cumplen una nueva función, y es la de alejar las malas vibraciones y premiar la resilencia.
Hace poco me contactó María. Me contó que se había criado en la Confitería Blanco que fundó su bisabuelo en 1898. El característico olor del hojaldre que elaboran, especialmente en esta casa de Torrelavega (Cantabria), es para ella “como ese perfume que llevas toda la vida usando y ya casi no percibes porque forma parte de ti”. María ha crecido día tras día allí, y por eso, cuando la pandemia hizo peligrar el negocio, tomó las riendas y lo reinventó.
Así, cambió la imagen y un packaging adecuado a la categoría del producto dando un salto al mundo digital, lo que ahora nos permite a cualquier amante de sus delicatesen allá donde esté disfrutar de su tarta de hojaldre almendrada, las polkas que inventó su bisabuelo y las empanadas de bonito del norte o ibéricos y bacon. Éstas se pueden ahora disfrutar recién hechas en cualquier rincón de la Península como si las acabaras de comprar en esa confitería de Torrelavega con tanta solera (la tarta de hojaldre mediana tiene un coste de 25,50 euros).
Igualmente, otra buena propuesta dulce, y en este caso, divertida, es la tarta para celebrar “dramas y errores” del pastelero carismático Christian Escribà y el creativo Pep Torres, dispuestos a poner un toque de humor a la vida en los tiempos que corren. Se trata de una tarta especial que nos ayuda a reírnos de las meteduras de pata (propias o ajenas) y a pasar página, y de aquí su nombre: The Miscake (mistake + cake). Traducido: el pastel del error.
La tarta viene con un ritual mágico que conjura y elimina todos los malos rollos que puedas tener en casa. Hay que introducir los palillos en el pastel mientras se explica la desgracia en cuestión, leer un conjuro mágico –«Cuando esta tarta sea comida, todo el drama desaparecerá, porque ningún drama en esta vida una sola lágrima derramará»– y extraer con cuidado el lío dorado de chocolate que corona la tarta y que simboliza nuestra propia maraña de pensamientos.
Igualmente, premia el aguante que estamos teniendo con tanta pandemia con un pastel de bizcocho, mousse de chocolate, cremoso corazón de fruta de la pasión y cobertura de chocolate negro. Solo se puede comprar online, en themiscake.com. El tamaño normal (25 € / 4 raciones) ayuda a sobrellevar las grandes tragedias, pero también hay una versión para minimiserias (9 € / 2 raciones). Se puede pedir y adquirir en diversas pastelerías de España.
Luna & Wanda es otra buena propuesta para disfrutar sin movernos del sofá. Fruto de una iniciativa emprendedora de Sergio Arjona que comenzó a través de Instagram, se trata de una tarta de queso con nombre propio surgida en el confinamiento y creada a partir de una mezcla de tres quesos -crema, azul y cabra- y una base de galleta. Es una tarta de horno, tostada por fuera con textura de mousse y corazón cremoso, que se fabrica de forma artesanal con ingredientes de proveedores locales (los huevos a Cobardes y Gallinas, procedentes de gallinas en libertad, y los quesos a la quesería gourmet Formaje de Clara Díez).
Si bien el universo de tartas de queso es tan infinito como consumidores hay en el mundo (más dulce, más salada, cremosa, dura, con o sin galleta…), te recomiendo que pruebes esta delicia que aúna recetas de tres grandes cocineros, Dani García, Nandu Jubany y Manolo Franco. De momento, su único canal de venta es Instagram (@lunaywanda), desde donde se gestionan los pedidos con el apoyo de WhatsApp, aunque la empresa ya está trabajando en el lanzamiento de una web donde centralizar los pagos mediante una pasarela segura. La compañía cuenta ya con un obrador profesional donde elaboran cada día los encargos. La tarta se fabrica en dos tamaños de momento para la Comunidad de Madrid: el formato grande para más de 10 raciones con un precio de 35 euros, y el pequeño, de la que salen unas seis porciones, cuyo precio es de 20 euros.
Otro de los dulces irresistibles que han llegado a casa en las últimas semanas son las tardas de LACREME Madrid. Las “sofisticakes” como las denomina Mónica, su creadora, son auténticas obras de arte. Solo mirando su Instagram comienzas a salivar. Las tartas rondan los 50 euros y las elabora con flores, chantilly, merengue, nata y fresas, caramelos de violeta… dando como resultados espectaculares creaciones como su Pavlova, Cheese Cake Japo, Tarta de la Abuela, Red Velvet o Tarta de Amapolas. Los pedidos se hacen por mensaje directo a su Instagram (@lacrememadrid).
Y por último, no quiero dejar de mencionar otra pastelería especializada en tartas 100% artesanales que conocí durante el confinamiento. Se llama Mia Bakery y está muy pensada para aquellos que le gusta lo artesano y cuidado con las manos. Sus tartas son aptas también para diabéticos y están hechas al momento, bajo pedido, y se pueden disfrutar tan solo 24 horas después de realizar la llamada. ¿Entre sus propuestas? Tarta de limón y moras, de cumpleaños o de zanahoria que rondan entre los 35 y los 45 euros. Te recomiendo que te sumerjas en su Web, ¡no te dejará indiferente!.
Mapi Hermida, La GastrónomaSígueme en Instagram
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