La Gran Recogida 2013
Los días 29 y 30 de noviembre ha tenido lugar simultáneamente en España, Grecia, Francia, Italia, Rumanía, Polonia y Argentina una colecta masiva de alimentos, en la que encontramos varios actores principales: la entidad que organiza, la Federación Europea de Bancos de Alimentos, y La Red Mundial de Bancos de Alimentos (GFN) (coordinados por FESBAL, en el caso de España), el voluntario, el destinatario y los operadores comerciales.
Esta acción ha supuesto y supone, además de un alivio grandísimo para personas sin recursos (en torno a 1.500.000 personas, solo en España), un acicate para un sector necesitado de estímulos de ventas. Analizando las cifras globales, lo que hasta hace pocos años era "un favor" ahora se convierte en "por favor". Sin ir más lejos, la Fundación Carrefour ha colaborado estrechamente con La Red Mundial de Bancos de Alimentos para asegurar el éxito de estas jornadas (leer nota de prensa aquí).
Cada año se van sumando más colaboradores y se puede decir, a día de hoy, que no hay una sola organización que no se preste con buena voluntad a colaborar contra la pobreza.
En torno a 14.000.000 Kg de alimentos no perecederos, donados en dos días en España por los clientes de todos los operadores del sector que, a un precio medio de 1,20 € (calculado a la baja), da una cifra de 16.800.000 € que han entrado en el cajón. Insisto, en dos jornadas y de forma "extra".
Un éxito que, se mire por donde se mire, no tiene desventajas.
En todo esto, he tenido la oportunidad única de colaborar, actuando como coordinador de tiendas, esto es: ser el artífice de que en las tiendas que se me han asignado se haga la recogida dentro de unos estándares de calidad y nivel de servicio, frente al operador, al donante y al propio Banco de Alimentos.
En concreto, me he encargado de supervisar-coordinar 12 puntos de donación en Huelva capital, el 25% del total, y he contado con 287 voluntarios a los que he tenido que localizar, conocer, enseñar y orientar, para que en las dos jornadas de campaña se produjera el efecto deseado. Una experiencia única y gratificante que, sinceramente, me ha sabido a poco y en la que, una vez más, he podido comprobar que el trabajo en equipo puede hacer mucho más de lo que nos llegamos a imaginar.
Las cifras estimadas sobre lo recogido van en consonancia con las nacionales, el 40% más respecto de lo previsto (que ya tenía un incremento). Pero el hecho de coordinar el 25% de los puntos de recogida no implica haber recogido el 25% del total de kilos; se trata del 19% =13.800 kg, y tiene su explicación, que se verá más adelante.
Paralelamente a lo anterior, es muy curioso observar cómo cambia la actitud de los trabajadores de una compañía a otra, y cómo esto va íntimamente ligado a los resultados y cómo, independientemente del nivel adquisitivo medio de la zona donde se encuentre, esto influye. Ni que decir tiene que el voluntario, tal que un promotor en el punto de venta, hace otro tanto. Responsabilidad directa del Banco de Alimentos.
De esta forma, me he encontrado con casos en los que entrar estos días en alguno de estos establecimientos era toda una fiesta por parte de los voluntarios y los trabajadores, que animaban al cliente a colaborar (comprar).
Verdaderamente es una oportunidad para vender más, y si no se aprovecha, se pierde. Por eso, hay casos en mi zona que casi han cuadruplicado las cantidades previstas a recoger (basándonos en los históricos del año pasado), siendo el principal motivo una excelente gestión comercial; trataron el evento como una campaña promocional y es que, como me enseñaron hace muchos años, "el agua hay que recogerla cuando llueve".
¿Por qué siendo los salarios del sector más o menos equivalentes, encontramos a la plantilla animada en un supermercado y en otros no? Quizá la respuesta la encuentre aquí, o aquí.
Esto que seguramente encontrará "básico", no lo es cuando nos vamos a verlo a la realidad. Pienso que es tan sencillo que no se hace, a veces por desidia, otras por desconocimiento y otras porque sencillamente no hay vocación... y siempre se requiere de vocación, no solo para alcanzar la excelencia, sino para llegar a los mínimos exigibles. Discrepo de aquéllos que me decían y me dicen que cajera o reponedor es cualquiera y de aquéllos que tratan de minimizar la figura del responsable de tienda.
Me he encontrado, en distintas cadenas de supermercados, a "reponedores avanzados" como responsables de supermercados, a otros, coartados y limitados en exceso en sus funciones (que no dan un paso sin pedir permiso) y a otros con más autonomía o formación que, ¡oh casualidad! han conseguido los mejores resultados. Y he podido entrar, físicamente, a las trastiendas de cinco enseñas ("la trastienda" a mí, personalmente también me indica cosas). Pero sería totalmente injusto descargar la responsabilidad del resultado al jefe de tienda, ya que, como he mencionado en anteriores artículos, no es un náufrago en una isla desierta, sino que es solo una de las caras visibles de la organización.
¿Quién recoge más agua cuando llueve? Haciendo más lecturas de la experiencia, y hablando sobre lo que conozco, que puede dar una idea para generalizar, en Huelva capital, en solo cuatro supermercados Mercadona, se ha recolectado el 27% del total, 19.500kg. Si han sido 43 los puntos de recogida, la proporción ya va diciendo cosas curiosas... Ya habrá deducido y, si no, se lo digo, que en mi zona de actuación, no tenía ningún "Mercadona".
No se debe olvidar que los alimentos se recogen de las personas que entran en el supermercado a comprar (afluencia de público), por lo que se puede entender que las ventas van a la par; a un precio medio por kilo de alimento como el mencionado anteriormente, los números no son nada feos.
¡Sería para hacerlo todos los fines de semana! pensará más de uno... y con razón.
El asunto se ve más claramente cuando averiguamos que, de los 175.000 Kg recogidos en Huelva y provincia en un total de 111 tiendas, 70.000 kg corresponden a 17 "Mercadonas", lo que supone, nada más y nada menos, que el 40% de total.
Está claro, le pese a quien le pese (y todos conocemos a alguien que le pesa), quién manda en el mercado; la fórmula es bien sencilla, tal como indica Francisco Fernández Reguero en este formidable artículo. (aquí)
Parece que es verdad que nunca se escarmienta en cabeza ajena, y todas estas reflexiones, sobre el personal, sobre "aprovechar el agua cuando llueve", sobre el liderazgo en el sector de Mercadona…, me recuerdan unas palabras de Emilio Duró, al que descubrí en 2011, que quiero compartir con todos ustedes (es solo un minuto):
Siempre hay capacidad de mejora y, en el caso de la organización del Banco de Alimentos, soy el primero en reconocerlo. Recordar que ninguno de los que prestan su colaboración lo hacen de forma remunerada ni continuada; no es un trabajo, es un conjunto de contribuciones desinteresadas.
Dejan su conocimiento y experiencia a los que están por venir; una labor donde el individualismo no tiene cabida, donde el trabajo en equipo es la piedra angular de toda acción, donde la generosidad con el otro es la abanderada y donde la misión principal siempre se tiene presente.
Sin duda, lo emocional mueve montañas y compromete. De otra forma, más de 60.000 voluntarios en toda España no hubieran hecho posible todo esto. ¿Qué ocurriría si traspasáramos este entusiasmo, entrega y colaboración al ámbito de la empresa privada?
Evidentemente, una empresa no es una ONG, pero no es menos cierto que avanza a golpe de entusiasmo de sus miembros; no matemos ese entusiasmo.
Si tiene curiosidad por saber sobre la logística y operaciones de la Gran Recogida, no se pierda mi nuevo artículo.
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