La tasa danesa sobre grasas: ‘imbroglio’ nórdico y aviso a navegantes
La Comisión Europea a abierto un procedimiento contra Dinamarca al entender que la aplicación del impuesto de su norma 'fat tax' podría haber conllevado una discriminacion entre operadores y creado distorsiones en el comercio.
A principios de febrero la Comisión Europea decidió abrir un expediente por posible ayuda estatal ilegal contra la norma danesa que estableció la denominada 'fat tax'. Esta norma de 2011 establecía un impuesto de 2,15 euros por kg de grasa saturada en alimentos producidos tanto en Dinamarca como importados, y afectaba a carnes, productos lácteos, grasa animal, aceites comestibles, margarinas y otros productos con un componente de grasas saturadas superior al 2,3%.
El objetivo inicial era "promover hábitos de consumo saludables" entre la población danesa pero ante las críticas generalizadas y la pesadilla administrativa que suponía la recaudación - tanto para las empresas como para el Estado- , en 2013 el Gobierno desistió y suprimió el impuesto.
Ahora la Comisión Europea vuelve al asunto y abre un procedimiento contra Dinamarca al entender que la aplicación del impuesto podría haber conllevado una discriminacion entre operadores y creado distorsiones en el comercio . La razón es poderosa: ¿porque solo pagaron los que tenían un contenido superior al 2,5%? No parece haber razones objetivas para esa discriminacion, así que la Comisión lanza una investigación para esclarecer esta situación.
Lo curioso del asunto es que si finalmente la Comisión constata que se ha violado la normativa comunitaria de ayudas de Estado, Dinamarca podría verse obligada a recuperar el mencionado impuesto - intereses incluidos- de aquellos operadores que originariamente se exceptuaron de la aplicación de esta medida.
Creo que debemos felicitarnos del análisis llevado a cabo por la Comisión porque entre otras cosas puede ser un precedente que disuada aventuras similares en otros países de la Unión, aventuras que sigo pensando tiene mas que ver con el déficit presupuestario que con la protección de la salud.
Por otro lado, el hecho de que el propio Gobierno danés desistiera por la complejidad en la aplicación del impuesto es otra señal clara frente a aquellos que defienden la fiscalidad como instrumento de salud pública. Ah, y si yo fuera exportador a Dinamarca, guardaría todas mis facturas de 2011 a 2013. No se sabe como puede acabar la historia.
Archivado en
No hay comentarios