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Blanco y en botella

La leche de soja ya no podrá denominarse leche
La leche de soja ya no podrá denominarse leche / Redacción FRS
Jose Manuel de las Heras

26 de junio 2017 - 16:52

Leche de arroz, leche de soja, leche de almendra... Estas bebidas, tarde o temprano, dejarán de llamarse leche, porque así lo ha dictaminado el Tribunal de Justicia de Luxemburgo en una sentencia en la que recoge que la leche sólo puede ser considerada aquella de origen animal. Así que, dentro de poco sólo tendremos leche de vaca, oveja o cabra y las otras se llamarán de otra forma, aún no sabemos cómo.

Que al final sea un Tribunal el que tenga que decir que la leche es lo que se obtiene de la vaca, o de la oveja o de la cabra, que es algo que se aprendía en Primaria, es sintomático de a qué extremos llegamos. Se empieza por confundir eso y se acaba en la estadística, recientemente publicada, que dice que más de 16 millones de estadounidenses (un 7% de su población) cree (no es broma) que la leche chocolateada sale de las vacas marrones.

Y bien, estamos totalmente de acuerdo en llamar a las cosas por su nombre, estamos de acuerdo en que, a veces, es necesaria y urgente una definición más delimitada, más específica, para no llevar a engaños al consumidor. La leche de soja, está claro, no tiene las mismas propiedades que la leche de vaca, por no hablar de los costes –eso es otra historia-.

Es como hace unos años cuando Biofrutas tuvo que abandonar el prefijo bio y utilizar sólo bi. No es ninguna tontería, se trata de un correcto etiquetado, por supuesto; pero también de una cierta ética, que seguramente debería elevarse a categoría legal, en las presentaciones. Sin ir más lejos, no es de recibo que zumos, néctares, yogures, cereales de desayuno y otros productos utilicen como reclamo la fruta y sus valores alimenticios, cuando ésta representa cantidades mínimas, del 1% al 10 %, en su composición, y así acaban de denunciarlo los consumidores.

Creemos que es importante que los consumidores estén informados. No por el hecho de que nosotros, los productores, nos empeñemos en poner en valor nuestro trabajo, sino porque es justo, porque no debería poder entenderse de otra manera. Es fundamental saber qué estamos comiendo o qué estamos bebiendo y cómo puede beneficiar más o menos a nuestra salud. Y así como se está hablando ya de un etiquetado claro, se vuelve a hacer hincapié en el origen.

Y, respecto a este tema, conviene distinguir entre origen y envasado. Que no es lo mismo organizar un evento en Castilla y León bajo su famoso lema 'Tierra de Sabor' y que la patata esté envasada en la región, pero cultivada en Francia...

En teoría, el Ministerio de Agricultura ha mandado ya el borrador del Real Decreto sobre identificación de origen de la leche a la Comisión Europea. Hablamos de la leche de cabra, oveja y vaca, supongo. Igual no se han actualizado en los últimos debates. A ver si esto puede solucionar algo, porque desde que anunció el certificado de origen lácteo hasta ahora, se han perdido por el camino varias explotaciones ganaderas.

Por su parte, se insiste en Europa en la necesidad urgente de poner un nombre cuanto antes a estas bebidas blancas vegetales y poner fin a la confusión de los consumidores, la industria y la distribución, que tendrán que adaptarse a los nuevos nombres y crear campañas para que la nueva denominación pronto sea familiar.

Por nuestra parte, nosotros seguiremos produciendo leche (si nos dejan), cultivando arroz, soja y almendras y haciendo todo lo que esté en nuestra mano para que la cesta de la compra se llene de productos de calidad, de proximidad y que los consumidores sepan lo que están comprando y se deje de jugar con su alimentación.

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