Escándalo cárnico en Brasil
Anice asegura a GranConsumo.Tv que este problema "no va a afectar al mercado español", que tiene una normativa "estricta".
Brasil vive estos días un escándalo que ha salpicado a su cadena alimentaria y, en concreto, a sus carnes. Y es que la policía de este país ha desvelado “el mayor operativo” de su historia para desmantelar un esquema de adulteración de carnes en la que participaban las compañías JBS y BRF, exportadoras de carnes bovinas y de pollo a Europa y Asia, entre otros destinos, recoge el diario Infobae.
El operativo ha sacado a la luz un sistema en el que esas y otras empresas pagaban sobornos a fiscales del área de sanidad del Ministerio de Agricultura que autorizaban la venta de carnes caducadas, y hasta de "animales muertos" por dolencias.
Al parecer, la adulteración de la carne incluía aditivos químicos como ácido ascórbico, cambio de embalaje de las carnes, inserción de cartones entre los pollos e incluso venta de cabeza de carne cerdo en la tradicional ‘linguiça’. Asimismo, se consintió la adulteración de productos como salchichas y otros embutidos de grandes marcas.
En el marco de esta operación, denominada Carne Podrida, la policía ha desplegado 1.100 agentes en la capital Brasilia y los estados de San Pablo, Goias, Río Grande do Sul y Paraná, estos dos últimos del sur brasileño.
El caso ha llegado, incluso, a las altas esferas del país ya que implica al ministro de Justicia, Osmar Serraglio, oriundo de Paraná y perteneciente al Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que fue citado por su presunta vinculación con uno de los funcionarios corruptos con quien habló por teléfono, según consta en las grabaciones de los investigadores.
Las indagaciones revelan igualmente que una parte del dinero de las propinas ilegales “iba para partidos políticos”, entre los que encuentran el PMDB y el Partido Progresista (PP), explicó el comisario Mauricio Moscardi, en la conferencia de prensa ofrecida en el estado de Paraná.
De momento, una de las compañías implicadas, BRF, ha salido al paso con un comunicado en su página web, negando que operarios de sus plantas hubiesen puesto cartón en sus productos (“el funcionario se refería a los embalajes del producto y no al contenido”, precisa la empresa) y ha atribuido la versión a un “gran malentendido en el audio captado por la Policía Federal”.
También JBS ha colgado un comunicado en su web. La empresa asegura que es la “más interesada en el fortalecimiento de la inspección sanitaria en Brasil” y ha indicado que los casos “lamentables” citados en la prensa sobre los productos adulterados “no implican” a ninguna de sus marcas comerciales. “Ninguna planta JBS ha sido cerrada por las autoridades”, señala. Además, recuerda que en los dos últimos años sus unidades se han sometido a 340 auditorías relacionadas con la calidad de sus productos.
TEMER CALMA LOS ÁNIMOS
Por su parte, el presidente de Brasil, Michel Temer, ha intentado calmar los ánimos garantizando a la sociedad y a embajadores de muchos de los países que compran carnes brasileñas, que esos productos son sanos y que la mafia que los adulteraba ya no existe y sólo fue un caso “puntual”, informa la agencia Efe.
Temer recibió a una veintena de embajadores de países que figuran entre los 150 importadores de carnes brasileñas, a fin de responder a las dudas suscitadas por una mafia que adulteraba esos productos, tanto para el mercado local como externo.
El mandatario afirmó que las investigaciones han permitido desarticular un “pequeño” grupo que integraba esa banda, y subrayó los rigurosos controles aplicados a las carnes brasileñas, “que han sido reconocidos por todos los importadores”, dijo.
Asimismo, precisó que, de 4.837 empresas de ese sector, sólo 21 están bajo sospecha, y que apenas una treintena de los más de 10.000 fiscales de vigilancia sanitaria que hay en el país están implicados.
“El objeto de la investigación no es el sistema de vigilancia sanitaria brasileño, sino unos pocos desvíos de conducta de unos pocos funcionarios y de unas pocas empresas”, aseguró.
Temer quiso, además “tranquilizar a los amigos” y por ello apuntó que el año pasado partieron de Brasil hacia otros países 853.000 embarques de carnes. “Sólo 184 tuvieron problemas, aunque por causa de los rótulos o asuntos menores, pero en ningún caso por su calidad”, precisó.
Eso sí, el presidente reconoció, sin embargo, que seis de las empresas investigadas exportaron productos en los últimos dos meses, y se comprometió a que los países de destino serán debidamente informados.
Brasil es el mayor exportador mundial de carne bovina y de pollo, el cuarto en el segmento de cerdos, y las ventas externas de esos tres sectores representaron el año pasado el 7,2% de ese comercio, en torno a los 11.600 millones de dólares (unos 10.784 millones de euros).
"NO AFECTARÁ AL MERCADO ESPAÑOL"
Fuentes de la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice), han explicado a GranConsumo.Tv que este problema "no va a afectar al mercado español". "La normativa europea y la española es la más estricta de todo el mundo en temas de calidad, seguridad alimentaria y controles, agrupada en el conjunto de Directivas y Reglamentos conocido como Paquete de Higiene. Estas exigencias representan la mejor garantía a la hora de poner en el mercado las carnes y productos cárnicos con los más altos estándares de control y calidad", apuntan.
Asimismo, señalan que este modelo de producción europeo "está avalado por un sistema de trazabilidad, denominado Desde la granja a la mesa, que garantiza al consumidor que la seguridad alimentaria se cumple en cada parte del proceso, y que impide situaciones como la de Brasil".
Finalmente, Anice recuerda que la Unión Europea "ha bloqueado las importacionesde los únicos cuatro establecimientos implicados que estaban autorizados".
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