El atún rojo de Acuicultura de España tiene más ácidos grasos cardiosaludables que los salvajes
Esta es una de las principales conclusiones del estudio impulsado por la Asociación Empresarial de Acuicultura de España, APROMAR, realizado por la Universidad de Murcia y del Instituto Español de Oceanografía.
El atún rojo criado en las instalaciones de la Acuicultura de España presenta un porcentaje más alto de ácidos grasos cardiosaludables que los ejemplares salvajes recién capturados, antes de su crianza.
Esta es la principal conclusión que ha revelado el estudio preliminar que, sobre esta especie, ha impulsado la Asociación Empresarial de Acuicultura de España (Apromar) que ha sido realizado por la consultora independiente Taxon Estudios Ambientales, en las dos instalaciones de engorde de atún rojo que el Grupo Ricardo Fuentes tiene en la Región de Murcia.
Los atunes rojos, cuando son capturados, sin dañarlos y facilitando que realicen la puesta de huevos, son trasladados, muy lentamente, hasta las granjas de acuicultura. Estas instalaciones se encuentran en la Región de Murcia, en mar abierto, permitiendo mantener a los atunes en grandes viveros, mientras se les va engordando con los mejores alimentos disponibles, para que puedan recuperar el peso perdido durante su viaje. Posteriormente, serán destinados a los restaurantes.
APORTE DEL ATÚN ROJO
El atún rojo, contiene los saludables ácidos grasos poliinsaturados Omega-3, que son importantes para el correcto funcionamiento del sistema cardiovascular. “Además, nos aporta otros nutrientes esenciales que, junto a una dieta saludable y ejercicio físico, nos ayudan a mantener unos hábitos de vida saludables”, afirma el estudio, cuyo principal objetivo del estudio ha sido “conocer la evolución del valor nutricional de estos peces, una vez que son criados en los viveros en el mar”.
La evaluación realizada -entre el grupo de atunes recién capturados y los que llevaban 6 meses de engorde-, ha determinado que, para ambas localizaciones, el porcentaje de ácidos grasos poliinsaturados aumenta con la fase de engorde, lo cual “constituye un dato de gran interés alimentario, al ser éstos los más cardiosaludables”, concluyen los participantes en el estudio.
Las claves de esta evolución, según los investigadores, están en una alimentación basada en pequeños peces pelágicos, como la sardina, el arenque o la caballa, así como en las características hidrodinámicas y térmicas de las zonas en las que están ubicadas las granjas.
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