Digitalización de la sostenibilidad en el sector agroalimentario
Artículo firmado por Jerusalem Hernández y Ana Peñuela (KPMG España), incluido en exclusiva en el Anuario de la Innovación 2024 de Food Retail & Service.
La búsqueda de prácticas sostenibles se ha vuelto una prioridad en un mundo cada vez más consciente de los impactos negativos de las actividades humanas en el medio ambiente. Avanzar en la transformación sostenible no es tarea sencilla, y requiere la articulación de diferentes agentes y sectores que habrán de hacer grandes esfuerzos para lograrlo.
La sostenibilidad no es solo una pesada carga impuesta por la regulación o un desafío incómodo e inevitable debido a las tendencias. Para la mayoría de compañías y sectores de actividad, también supone grandes oportunidades de crecimiento, eficiencia, acceso y, en definitiva, competitividad.
Sea como fuere, tanto para aquellos que necesitan ser más sostenibles para adaptarse a un entorno regulatorio incontinente o para aquellos que han visto en la transformación sostenible su gran oportunidad de futuro, la digitalización de la sostenibilidad emerge como un catalizador/acelerador entre la tecnología y la sostenibilidad, clave para abordar los desafíos y alcanzar las metas, pues gran parte de las ambiciones y objetivos sostenibles de las organizaciones no podrá llevarse a cabo sin una buena tecnología que soporte el análisis de datos, los procesos, las mediciones, los modelos predictivos, el seguimiento de las estrategias, los controles, la toma de decisiones informadas o el reporte.
Y si esto es así en todos los sectores productivos, uno de los que más provecho puede sacar a la digitalización de la sostenibilidad es el sector agroalimentario. Según la ONU, se prevé que la población mundial alcance los 8.500 millones de habitantes en 2030 y los 9.600 millones en 2050, lo que generará una demanda sin precedentes de productos alimentarios y agrícolas. Se calcula que la producción de alimentos debería aumentar un 70% para satisfacer tal demanda. Dada la limitación del espacio agrícola, la falta de agua y la constante evolución de las condiciones medioambientales, es preciso desarrollar nuevas e innovadoras soluciones de agricultura inteligente.
A continuación, exploraremos cómo la digitalización está transformando e impulsando la sostenibilidad en el sector agroalimentario, abordando sus principales áreas de impacto y las oportunidades que ofrece para un futuro más verde y próspero. Gracias a la digitalización, la industria agroalimentaria está en una posición privilegiada para abordar los desafíos de sostenibilidad, a través del uso de soluciones digitales que permiten optimizar procesos, mejorar la transparencia y reducir el impacto ambiental.
La adopción de tecnologías ha transformado la dinámica, permitiendo una gestión más precisa y eficiente en cada etapa, desde la producción hasta la distribución. Como, por ejemplo, Smart Farming, que, con la integración de sensores, drones, IOT y sistemas de análisis de datos proporciona a las empresas de la industria agroalimentaria una visión más completa del proceso con el fin de alcanzar un sistema agroalimentario más sostenible.
Estas son algunas de las principales ventajas por las que las empresas del sector agroalimentario deberían apostar por la digitalización de la sostenibilidad:
1. CUMPLIMIENTO NORMATIVO
El marco regulatorio europeo es cada vez más exigente, con numerosas regulaciones, directivas y normativas, eg. CSRD (Corporate Sustainability Reporting Directive), CSDDD (Corporate Sustainability Due Diligence Directive), Taxonomía Europea, EURDR (European Deforestation Regulation) que exigen, sin ir más lejos, la cuantificación de miles de indicadores, la obtención de datos fiables y la generación de informes periódicos.
El cumplimiento de dichos requisitos ayuda a las empresas a evitar sanciones legales y mantener su reputación en el mercado.
2. TRAZABILIDAD COMPLETA
Digitalizarse permite llevar un registro detallado de los productos, seguimiento en tiempo real, respuesta rápida ante incidentes y garantía de calidad y autenticidad a lo largo de toda la cadena de valor, utilizando, por ejemplo, centros de sensores de transporte, marcos de control, tecnologías mecánicas, satélites y marcos de alerta.
Esto no solo mejora la seguridad alimentaria y la calidad del producto, sino que también permite a las empresas compartir información con los consumidores basada en hechos y datos concretos, fortaleciendo así la confianza del consumidor y mejorando la eficiencia operativa.
3. MEJORA DE LA CADENA DE VALOR
La introducción de innovaciones y prácticas avanzadas en gestión logística, procesamiento y distribución juega un papel decisivo en este objetivo. Al enfocarse en la integración sinérgica de cada elemento de la cadena, se pueden identificar y eliminar los desafíos específicos del sector, como los relacionados con el almacenamiento, el transporte y la entrega de productos.
Esto posibilita reducir los tiempos de espera, minimizar el desperdicio de alimentos y mejorar la calidad de los productos, contribuyendo todo ello a un sistema agroalimentario más robusto y competitivo.
4. MEJORA EN LA TOMA DE DECISIONES
La adopción de soluciones tecnológicas de nivel más avanzado, como la IA generativa o los modelos predictivos, permite analizar y gestionar grandes volúmenes de información en tiempo real. Esta capacidad de análisis proporciona una visión completa, real y detallada de los procesos de producción, distribución y consumo de alimentos.
Con datos precisos y actualizados, es posible identificar tendencias, detectar patrones emergentes y datos anómalos (modelos predictivos, funcionalidades de análisis de escenarios).
Además, estos modelos permiten evaluar el ciclo de vida del producto o del proceso y simular qué pasaría si los parámetros fueran diferentes, comparando impactos, riesgos, costes y demás elementos y criterios de decisión. La digitalización asegura que la información se mantenga clara e íntegra en todos los aspectos clave, lo que da lugar a una toma de decisiones más informada y confiable.
5. REDUCCIÓN DE COSTES OPERACIONALES
Optimización del uso de recursos, reduciendo así los gastos aso- ciados. Por ejemplo, en el caso de Smart Farming, los agricultores pueden realizar tareas de supervisión, uso del agua, imágenes, cosecha, gestión de cultivos, optimización, seguridad alimentaria, control climático y observación de la calidad del suelo, y evitar tareas repetitivas y manuales (disminuir porcentaje de errores).
Además, mejorar la planificación y gestión de inventario, junto con la transparencia en la cadena de suministro, facilita una distribución más eficiente de productos, disminuyendo los costes de almacenamiento y transporte, y reduciendo los gastos relacionados con reclamaciones y devoluciones.
En resumen, al unirse a la sostenibilidad en la industria agroalimentaria, la digitalización no solo promete un futuro más eficiente y transparente, sino que también representa un compromiso fundamental hacia la preservación del medio ambiente y la seguridad alimentaria global. La tecnología permite minimizar impactos negativos, evaluar mejor los riesgos, tomar mejores decisiones, reducir tiempos de dedicación y hacer más eficientes los procesos, elevando la competitividad de las explotaciones y mejorando la vida de las personas.
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