La producción ecológica en España: luces y sombras
Un artículo exclusivo de FRS. Por Diego J. Granado, secretario general de Ecovalia.
La sostenibilidad ya no es solo una palabra de moda; es una demanda cada vez más integrada en la vida cotidiana de los ciudadanos y las políticas globales. Sin embargo, en esa demanda cada vez mayor, el lenguaje, en aras del mercado puede retorcerse hasta extremos inimaginables.
En este contexto, haciendo una defensa de la esencia del significado de la palabra sostenibilidad, la producción ecológica se reivindica como ejemplo de lo que sí es auténticamente sostenible, un método de producción de alimentos que es agronómica y técnicamente viable, que es económicamente rentable (cuestión muy importante) y que es medioambientalmente necesario.
El mercado ecológico en España muestra un crecimiento sostenido, más allá de los vaivenes de los años 20 y 21 producidos por la COVID. Este crecimiento es una señal clara de que el consumidor se orienta hacia un consumo más responsable a pesar de la confusión que el abuso de la sostenibilidad y términos afines puede provocar.
España es el país europeo líder en producción ecológica. Los datos de las estadísticas del Ministerio de 2024 confirman que, con 3.161.000 hectáreas, España recupera el liderato superando a Francia en superficie en producción ecológica, la cual crece un 11% respecto a la superficie del pasado año.
España, y en general los países del área mediterránea, presentan unas condiciones muy favorables para la práctica de la producción ecológica. Nuestros suelos y nuestras condiciones climáticas son las idóneas para desarrollar una agricultura basada en elementos naturales y lucha biológica contra plagas y enfermedades. Estas circunstancias, unidas a nuestro alto valor como potencia agrícola y una apuesta decidida por gobiernos regionales como los de Andalucía, Valencia, Murcia, Cataluña o Castilla-La Mancha han determinado que nuestro país lidere la producción ecológica en Europa.
CIFRAS DEL MERCADO ECOLÓGICO
El mercado ecológico en España alcanzó en 2023 los 3.000 millones de euros, con un crecimiento del 6% respecto al año anterior, siendo nuestro país el cuarto país de Europa en facturación del mercado ecológico. España se ha desenvuelto relativamente bien en un escenario de cierta desaceleración del crecimiento como consecuencia de la resaca del COVID (desajustes logísticos, guerra de Ucrania, inflación), donde las circunstancias extraordinarias elevaron el consumo de alimentos ecológicos, manteniendo unos índices de crecimiento positivos, indudablemente menores que los de años atrás, en los que se llegó a los dos dígitos, pero hemos seguido avanzando despacito y con buena letra.
Afortunadamente, el segundo semestre de 2023 y los indicadores de 2024 traen cifras positivas para el sector en todos los países de Europa y en Estados Unidos; tan solo Francia sigue mostrando síntomas de desaceleración.
A DISTANCIA DE OTROS PAÍSES
Aunque el consumo de productos ecológicos sigue aumentando, aún dista del nivel de otros países europeos como Dinamarca o Alemania. En 2023, el consumo per cápita de productos ecológicos en España se situó en torno a los 64 euros anuales, una cifra que, si bien es positiva, indica que aún hay margen de mejora.
El consumo de productos ecológicos supone ya el 3% del gasto alimentario total de nuestro país; el sector se ha marcado como objetivo llegar al 10% en 2030
No podemos perder de vista que en 2014 el consumo en nuestro país era de 26 euros por habitante y año. El crecimiento ha sido notable, supone ya el 3% del gasto alimentario total de nuestro país, pero aún nos queda un largo trecho. El sector se marca como objetivo llegar al 10% del consumo total en 2030.
El mercado ecológico español ha experimentado un cambio progresivo en los últimos años, impulsado tanto por las iniciativas políticas como por la mayor sensibilización de los consumidores hacia la sostenibilidad. El aumento de la producción nacional y la mejora en los canales de distribución han hecho más accesibles los productos ecológicos a un número creciente de consumidores.
DESAFÍOS SIGNIFICATIVOS
Sin embargo, el sector aún se enfrenta a desafíos significativos. Por un lado, el consumo interno, aunque en crecimiento, sigue siendo inferior al de otros países europeos. Este hecho plantea la necesidad de incentivar la demanda a nivel nacional a través de estrategias educativas y de concienciación sobre los beneficios de estos productos tanto para la salud como para el medio ambiente.
La apuesta de la Unión Europea por el Pacto Verde y la Estrategia “De la Granja a la Mesa” proyectan que el 25% de la superficie agrícola europea sea ecológica para 2030. Este compromiso difícilmente será alcanzable, porque, por un lado, se necesita un apoyo real (presupuestario) de los gobiernos europeos para la producción ecológica, y en esta PAC lo que se ha puesto sobre el papel no se ha visto adecuadamente correspondido en lo presupuestario.
Pero, a pesar de todo, este compromiso es positivo, porque ha marcado el diseño de esta nueva PAC que ahora se ejecuta, y ha servido de acicate a muchas regiones de España. En nuestro país, mientras que unas regiones han superado el 30% de la superficie agraria útil, sobre todo las ubicadas en el sur y en el mediterráneo, las regiones atlánticas no llegaban ninguna al 5%.
Esas diferencias no obedecen solo a cuestiones climáticas o favorecedoras de la producción, sino a la falta de ambición política a la hora de fomentar la producción ecológica como una alternativa real para disponer de una producción de alimentos sostenible. Afortunadamente se han dado cambios, y regiones como Castilla y León han dado pasos, aunque en líneas generales aún tenemos por delante el reto de mejorar las infraestructuras de producción y distribución para garantizar que este crecimiento sea sostenible y rentable para los agricultores.
RETOS Y PERSPECTIVAS DE FUTURO
Los retos que enfrenta el sector ecológico español en estos próximos años son diversos y complejos. Se basan fundamentalmente en el incremento del consumo interno y en la consolidación y mejora de una estructura productiva. Son retos que requieren de una colaboración continua entre todos los actores del sector: empresas, administraciones públicas y la ciudadanía en general.
• Lucha contra el “Greenwashing”: la confusión que genera en el consumidor la profusión de sellos y menciones sostenibles juega en contra de la producción ecológica, a pesar de ser un sistema amparado y garantizado por un reglamento oficial y con un sello único para toda la Unión Europea. Por ello hay que regular adecuadamente el uso de estos términos y resaltar el valor ambiental, social y económico de la producción ecológica.
Para ello, además de normativa reguladora y sancionadora de malas prácticas en esta materia, hay que invertir en campañas de sensibilización del consumidor promoviendo la educación sobre los beneficios ambientales y de salud de los productos ecológicos.
• Compras públicas e incentivos fiscales: se estima que las administraciones públicas invierten unos 1.500 millones de euros al año en alimentación en sus distintas dependencias (colegios, hospitales, universidades, centros militares, edificios públicos).
Desde el sector reclamamos que al menos el 20% de estas compras sean alimentos ecológicos, especialmente en aquellas con población más sensible como colegios y hospitales. Esto, además, es una de las directrices que marca la Comisión Europea a los estados miembros en el plan de acción ecológico europeo.
• Incentivos y apoyo a los productores: la transición a una producción ecológica es una necesidad ambiental para el sector agrario español. En este sentido, resulta fundamental que las políticas públicas ofrezcan incentivos claros y suficientes, tanto en ayudas directas para que más productores se sumen a este modelo, como en medidas indirectas, como la de favorecer positivamente a la producción ecológica en otro tipo de ayudas como incorporación de jóvenes, mejora de explotaciones o incentivos fiscales.
• Carbon farming y biodiversidad: la producción ecológica es el sistema agrícola que mejor contribuye a la mitigación de los efectos del cambio climático. El informe de Cambio Climático publicado por la Universidad de Córdoba en 2018 constata que todos los cultivos en producción ecológica tienen una huella de carbono inferior a convencional, resultando incluso de una reducción del 100% en el caso del olivar.
Sin embargo, la regulación que se prepara para el mercado de bonos de carbono deja fuera a la producción ecológica por basarse dicha regulación solo en mejoras y no en el mantenimiento de los más altos niveles de reducción, como es el caso de la producción ecológica.
Para que todos lo entendamos, el que pasa de un suspenso a un aprobado raspado recibe todos los parabienes (accede al mercado y obtiene ingresos); al que lleva sacando sobresaliente desde hace mucho tiempo (productores ecológicos), no se le da nada. Por ello reclamamos que el sector tenga acceso a este mercado y se modifiquen los criterios de valoración teniendo en cuenta el valor real de la producción ecológica en el secuestro de carbono.
• Innovación y adaptación tecnológica: la adopción de nuevas tecnologías, desde la digitalización en los procesos hasta el uso de aplicaciones para la trazabilidad, es clave para mejorar la eficiencia y garantizar la transparencia en la producción y distribución de alimentos ecológicos. Esta innovación, además, puede reducir costes y facilitar el acceso al mercado de pequeños y medianos productores.
Para que todos lo entendamos, el que pasa de un suspenso a un aprobado raspado recibe todos los parabienes (accede al mercado y obtiene ingresos); al que lleva sacando sobresaliente desde hace mucho tiempo (productores ecológicos), no se le da nada
MIRANDO AL FUTURO
El mercado ecológico español está en una posición privilegiada para seguir creciendo en los próximos años, apoyado por el compromiso de los consumidores y las políticas europeas y nacionales hacia una economía más verde.
Sin embargo, para que este crecimiento se mantenga y logre un impacto profundo en la economía y el medio ambiente, es necesario que todos los actores del sector se comprometan a trabajar en una dirección común para afrontar los retos marcados.
Diego J. Granado, secretario general de Ecovalia
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Este artículo forma parte del Anuario Perspectivas 2025 de FRS Food Retail & Service, una obra exclusiva que ha sido posible gracias al patrocinio de Campofrío, Nestlé, dunnhumby y HL Display, y con el apoyo de otras empresas anunciantes. Puedes descargar el anuario, en formato ebook interactivo, de forma directa y gratuita desde este enlace.
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