"Encontrar estantes vacíos durante la compra es un fenómeno con importantes implicaciones"

"Un pequeño comercio automatizado, accesible incluso en la playa en las noches de verano. Comida, bebidas y el sonido de las olas de fondo. O un punto de venta entre los senderos de la montaña, para tomar un refresco o un bocado rápido durante una excursión". Cristiano Carlevaro tiene varios ejemplos de los posibles usos de MIMEX, una solución completa y financieramente sostenible para la instalación de micro puntos de venta automáticos.

Carlevaro es el director general de Spindox Labs, una empresa de integración de sistemas con sede en Trento. MIMEX es un proyecto de 24 meses financiado por el programa de la UE Fast Track to Innovation (FTI) para hacer evolucionar el concepto de tienda minorista mediante la creación de un consorcio. Coordinado por Spindox Labs, el consorcio internacional incluye al operador turco de comercio electrónico Hepsiburada, la Fondazione Bruno Kessler, la empresa malagueña de I+D Metrica6 y el grupo CEFLA, especializado en ingeniería y equipamiento de tiendas.

¿Cómo puede MIMEX facilitar la gestión de un micromercado?

El sistema desarrollado permite controlar, mediante una combinación de sensores y cámaras, los movimientos de los consumidores en las tiendas. En un principio, la necesidad era evitar los robos en las tiendas. Posteriormente se desarrolló una plataforma de inteligencia artificial que permite: a) generar alertas en tiempo real de productos agotados a los minoristas; b) sugerir a los clientes qué comprar en función de lo que ya han colocado en sus carros de la compra. Cada tienda cuenta con tres áreas interactivas:

- un registro de acceso a la tienda en el que los clientes se identifican a través de una App vinculada a una tarjeta de crédito;

- una zona de autoservicio en la que el cliente, con total autonomía, procede a la compra de productos;

- una zona de salida para el pago automático de las compras, también a través de la App.

¿Qué características del sistema son especialmente adecuadas para la venta de productos alimentarios?

El uso de cámaras y sensores en las estanterías garantiza que se evite la escasez de existencias y una gestión más inteligente de las existencias de alimentos, cuyo índice de rotación es, de entre todas las mercancías, el más alto. Este es un elemento clave para fidelizar a los clientes. La posibilidad de encontrar estantes vacíos durante la experiencia de compra es un fenómeno común con importantes implicaciones: el cliente con apego a ciertas marcas, o deseoso de ese mismo producto, puede verse inducido a cambiar de tienda para realizar la compra. Incluso la cola de la caja puede generar insatisfacción, representando una pérdida de tiempo para quienes buscan un consumo rápido: la automatización de la fase de salida es un dispositivo que puede eliminar esta criticidad.

¿Cuál es el trasfondo de la propuesta de proyecto?

Los antecedentes se encuentran, en primer lugar, en los análisis realizados en el ámbito del comercio minorista, que mostraron un retraso generalizado en la actualización de las tecnologías de los puntos de venta. El sistema minorista se está midiendo con los cambios de tamaño y los costes de gestión: la oportunidad que se presenta ahora es la de atacar una porción del mercado que no sea la gran distribución. El objetivo es crear economías de escala que el pequeño minorista no podría conseguir por sí mismo.

MIMEX son las siglas de Micro-Market Experience. ¿Cómo ilustraría el proyecto a quienes aún no lo conocen?

Sin duda, empezaría por la propuesta de negocio: nuestra propuesta de comercio minorista contempla una participación más dinámica del usuario y una experiencia de compra rápida y ágil. La innovación reside en aspectos esenciales del recorrido imaginado por el usuario: necesariamente seguro, aún más automatizado y cada vez más sensible a los criterios de proximidad. Lo "nuevo" también tiene que ver con el segmento de comercialización que estamos analizando: "kilómetro cero" y "cadena corta" no son eslóganes, palabras vacías. Acercar al consumidor a los productos locales y considerar la distribución minorista como un servicio a la comunidad son algunos de los objetivos del consorcio.

¿Por qué un sistema como el MIMEX puede ser especialmente adecuado para una ciudad inteligente como la que aspira a ser Barcelona?

Porque el criterio de proximidad tiene una función ambivalente. Nos habla, efectivamente, de la comercialización de productos locales, pero también de las formas de fomentar el consumo en contextos en los que no siempre es fácil garantizar la presencia de servicios. Con MIMEX es posible llegar al cliente dondequiera que esté, a cualquier hora del día o de la noche, ya que es un contenedor pequeño que puede colocarse fácilmente en los lugares con mayor concentración de personas. Las zonas urbanas más concurridas no son siempre las mismas, cambian según las estaciones, la forma de vivir la ciudad, la presencia de turistas. Más aún cuando, como en el caso de Barcelona, Madrid, y muchas otras capitales españolas, el calendario de eventos es denso y su programación tiene un gran impacto en la economía de la ciudad, especialmente en el tercer sector.

La propia organización del sistema de transporte de un área metropolitana sugiere la evaluación cuidadosa de las oportunidades y ventajas relacionadas con la instalación de tiendas MIMEX. La marginalidad de los productos vendidos aumenta exponencialmente en los lugares estratégicos para el sistema de movilidad urbana, sobre todo hacia y desde la ciudad. Los aeropuertos son un ejemplo clásico, pero no el único, en el que el nivel de los precios unitarios es tal que puede apoyar el plan de negocio de la tienda. Empezando, por supuesto, por las tiendas de duty free.

¿Qué otros entornos comerciales podrían abrirse, en contextos urbanos, a la experiencia del micro-market?

Potencialmente infinitos. Por ejemplo, las tiendas temporales, útiles para probar la validez de nuevos proyectos empresariales, o las tiendas monomarca para marcas emergentes. De forma más banal, pienso en la electrónica de consumo, los productos cosméticos, los medicamentos sin receta. En definitiva, lo que consideramos consumo ordinario capaz de asegurar, en lugares densamente poblados, niveles de venta estables y una rápida rotación de mercancías. Es más, lo que permitirá leer el mercado y sus tendencias cambiantes serán las mismas tecnologías que están en la base de MIMEX. Una plataforma de inteligencia artificial, diseñada para generar alertas en tiempo real de productos agotados y sugerir compras a los usuarios en función de lo que ya han colocado en sus carros de la compra, se presta a la elaboración de perfiles sistemáticos de los hábitos de compra. Las técnicas de Deep Learning utilizadas en Computer Vision permiten almacenar una enorme cantidad de información, que puede ser reprocesada constantemente mediante el uso de Data Science. Este es, entre otros, el punto fuerte de MIMEX.

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