El futuro de la alimentación y bebidas, según Fiab
Inteligencia competitiva, innovación, conocimiento y colaboración serán las claves en la transición industrial.
La Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), han dilucidado como será “La fábrica del futuro y la inteligencia competitiva”. El objetivo es que las empresas agroindustriales ganen mercados y mejoren su posición en el ámbito internacional.
Pedro Astals, presidente de Fiab, explicó que la industria de alimentación y bebidas tiene la capacidad de ejercer como el pilar para la recuperación económica, y para ello tiene que afrontar sus principales retos y aprovechar sus oportunidades.
Astals añadió que el consumidor debe ser el faro alrededor del que gire el sector para adaptarse a sus necesidades y requerimientos; al igual que a los cambios económicos y sociales del contexto en el que desarrolla su actividad. “Debemos trabajar y pensar en cómo se debe ejecutar esa transición”, comentó.
En torno a esa afirmación giró el objetivo principal de la jornada. Se abordó la inteligencia competitiva como la necesaria capacidad de comprender e interactuar con el entorno para adoptar acciones que permitan ventajas competitivas, conociendo lo que ocurre tanto dentro como fuera de la organización.
Otro factor fundamental para el futuro (y presente ya) de la industria es la formación superior apoyada en el emprendimiento, la ciencia y la innovación. Además, la apuesta tecnológica jugará en esta transición hacia la industria del futuro un papel esencial para la sostenibilidad del sector, pasando, por ejemplo, por las nuevas tecnologías no térmicas para la esterilización, la genética y la genómica como herramientas para el desarrollo de nuevos alimentos, o los envases novedosos, entre otros.
Para todo ello, resulta esencial la colaboración entre todos los agentes implicados en las que serán las fábricas, y por tanto, la industria del futuro. El trabajo conjunto, la colaboración y la coordinación entre administraciones, la industria y la academia harán posible la gestión y consecución de dicho cambio.
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