Codorníu supera los 200 millones en ventas en su mejor ejercicio de la década

"Espero que los peores presagios (sobre el descenso del consumo) no se cumplan", asegura el consejero delegado, SergioFuster.

Bodega Codorníu / Archivo
Food Retail & Service

11 de julio 2022 - 09:39

Raventós Codorníu cerró su último ejercicio fiscal, de julio de 2021 a junio de 2022, con unos ingresos superiores a los 200 millones de euros, en torno a un 25 % más que el anterior, en lo que supone su "mejor resultado de la última década".

El consejero delegado del grupo de cavas y vinos, Sergio Fuster, espera que la empresa vitivinícola más antigua de España crezca en ventas "entre un 10 y un 15 %" en el ejercicio que ahora arranca.

Como el grupo acaba de cerrar sus cuentas -lo hizo el pasado 30 de junio-, todavía no dispone de datos definitivos, pero Fuster da por supuesto que superarán "ampliamente" los 200 millones de euros.

Con estos datos el grupo controlado por Carlyle no solo ha recuperado niveles de ventas prepandemia, sino que ha logrado el mejor resultado de los últimos diez años.

Fuster cree que un 30 % de ese aumento de las ventas puede ser coyuntural, por la superación paulatina de la pandemia, pero subraya que el 70 % es estructural, y lo atribuye en gran medida a la fuerte apuesta de Codorníu por el canal horeca, el de la hostelería, que ha reportado un incremento del 45 %.

No solo ha recuperado niveles de ventas prepandemia, sino que ha logrado el mejor resultado de los últimos diez años

Raventós Codorníu ha mejorado su distribución y las ventas han crecido a dos dígitos tanto en España -que ha pegado "un acelerón" en ventas- como en el extranjero, y ello ha hecho que la compañía haya aumentado en más de un punto su cuota de mercado, empujada por la comercialización de marcas como Anna de Codorníu.

El tirón del mercado nacional ha hecho que España aporte todavía el 60 % de las ventas, por un 40 % del extranjero, con mercados creciendo a gran ritmo como EE.UU., Reino Unido o Japón.

Aunque Codorníu ha experimentado una gran campaña de Navidad y ve con optimismo los meses de julio, agosto y septiembre, la compañía se muestra cautelosa respecto a lo que puede suceder a partir de octubre. "Espero que los peores presagios (sobre el descenso del consumo) no se cumplan", asegura Fuster.

En cuanto a las consecuencias de la guerra en Ucrania, la compañía tenía pocos volúmenes de ventas en los países involucrados, por lo que el conflicto les ha afectado poco, y tampoco ha sufrido desabastecimiento de botellas o de cartón durante 2021 ni este año.

ESTABILIDAD EN EL ACCIONARIADO

El grupo, controlado en un 64 % por Carlyle y en un 36 % por la familia Raventós, no da a conocer su resultado neto, que comunicará más adelante en la junta de accionistas, aunque el directivo afirma: "Con estos volúmenes de ventas y otros datos el futuro de Codorníu debería estar en positivo en el resultado neto, y para eso vamos a trabajar".

En cuanto a la presencia de Carlyle en el accionariado, comenta que existe una "simbiosis total entre el fondo y la familia", y que si bien es "imposible" predecir cuántos años pasará este fondo en la empresa, "no estamos cerca del final del ciclo".

"Espero que los peores presagios (sobre el descenso del consumo) no se cumplan"

Como muestra de esta voluntad de permanencia de Carlyle pone las conversaciones que se mantienen en la compañía sobre el medio y el largo plazo.

LA VENDIMIA DE 2022, LA PRIMERA 100 % ECOLÓGICA

Por otra parte, Fuster explica que Raventós Codorníu apuesta por competir contra el champagne y no con el resto de cavas, y que defiende un espumoso ecológico, de mayor calidad y precio medio.

"No nos interesan las guerras de precios o entrar en segmentos de calidad muy bajos", indica el directivo, que apuesta por la unidad entre los productores de cava. "Hay que trabajar unidos en el nuevo consejo para seguir el camino iniciado en la Denominación de Origen de apuesta por la calidad y por la zonificación (...). Me gustaría muchísimo que el cava fuera una piña".

En cuanto a las diferentes visiones sobre el rumbo que debe seguir la DO Cava, asegura: "La guerra entre Codorníu y Freixenet no existe ni es real. Está claro que tenemos estrategias diferentes, pero existe un respeto entre competidores", añade en referencia a Freixenet, que plantea flexibilizar algunas normas del consejo regulador de la DO Cava para permitir, por ejemplo, aumentar el límite de producción de uva por hectárea.

Fuster señala que Codorníu lleva años defendiendo la producción ecológica y avanza que la vendimia de 2022 -la que se embotella en enero y se empieza a vender en octubre de 2023- será la primera en la que la producción de la marca será completamente ecológica.

Asimismo, reivindica que Raventós Codorníu paga al viticultor precios superiores a los mínimos, que ha sellado contratos a cinco años con unos 300 productores y que espera sumar a 100 más el año que viene.

"Somos el mayor propietario de viñedo de Europa", resalta el primer ejecutivo de Raventós Codorníu, que cifra las inversiones anuales del grupo en sostenibilidad entre los 2 y los 6 millones de euros.

El directivo, por otra parte, asegura que Raventós Codorníu no prevé hacer desinversiones de bodegas. "Estamos más abiertos a compras que a ventas", subraya.

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