Nestlé cambia el nombre a su galleta 'Negrita' para no ofender a nadie
La compañía llamará 'Chokita' a su popular galleta chilena para apoyar al fin de cualquier acción racista o discriminatoria. ¿De verdad vemos racismo en todas partes? Se trata de un asunto tan grave que nadie debería frivolizar con ello.
En el marco de un proceso mundial de revisión de su cartera de más de 2 mil marcas y 25 mil productos, la multinacional de alimentación Nestlé ha decidido cambiar su emblemática marca chilena de galletas 'Negrita' por 'Chokita, una nueva denominación que estará disponible en el mercado a partir del próximo mes de octubre.
Se trata de un nuevo nombre, señala la compañía en un comunicado, "que hace referencia a su inconfundible sabor a chocolate, sumado al diminutivo que en Chile refleja a lo que tratamos con cariño". Esta modificación, añade la compañía no afecta de ninguna manera a la receta del producto, que mantiene su calidad y sabor característico de siempre.
Esta decisión, explica la multinacional, es el resultado de una evaluación impulsada por la compañía que busca identificar conceptos que pudieran considerarse inapropiados, a la luz de la mayor conciencia sobre las marcas y su lenguaje visual respecto del uso de estereotipos o representaciones culturales. La revisión consideró las sensibilidades de distintos grupos sociales en todos los países en que la compañía está presente, y concluyó que la marca Negrita, nacida hace más de 60 años en un contexto completamente distinto, debía ser reemplazada.
Una cultura diversa e inclusiva, añade el fabricante, es la base de la fortaleza de Nestlé como compañía internacional. Sus valores están arraigados en el respeto y su apoyo al término de acciones racistas o discriminatorias. Es por ello que la empresa trabaja porque esto no solo se aplique al interior de la empresa, sino que también en la forma en que se expresan públicamente. Nestlé, sentencia la compañía, está convencida que sus consumidores entenderán y apreciarán esta decisión que recoge, representa y respeta a la sociedad en toda su diversidad.
LA DICTADURA DE LO POLÍTICAMENTE CORRECTO
Desde hace décadas, por fortuna, hemos avanzado a buen ritmo en el cuidado y el respeto a los Derechos Humanos. El odioso e irracional racismo está perseguido, penado y -casi- enterrado en un cajón de la historia de la humanidad, siempre llena de patinazos. Decimos que está "casi" enterrado porque en los últimos años, y muy especialmente de unos meses a esta parte, se ha multiplicado el número de mensajes que, como quien persigue fantasmas, ven actitudes racistas en cualquier parte.
Curiosamente, estos mensajes se han disparado a raíz del fenómeno 'Black Lives Matter' (BLM). Un movimiento que intenta erigirse en "antirracista" pero que con el paso del tiempo está dejando demasiadas incógnitas (nuestros lectores, como siempre bien informados, pueden acceder a numerosas publicaciones en las que se acreditan las relaciones el movimiento BLM con organizaciones radicales de extrema izquierda con intereses que poco tienen que ver con la defensa de los derechos humanos).
Aquí en España no somos ajenos a estos movimientos. Además, las redes sociales se han convertido en un formidable altavoz que en numerosas ocasiones sirve para extender el odio a diestro y siniestro. Es ya casi una moda seleccionar a una gran empresa, apuntarla y volcar todo ese odio en la corporación o en alguno de sus productos. Ya lo vivimos hace poco más de un año cuando chocolates Lacasa y sus populares Conguitos se convirtieron en víctimas de una campaña de desprestigio sin precedentes que, como no, los medios de comunicación no dudaron en amplificar dando voz a decenas de voces anónimas -y algún periodista advenedizo- que querían destruir la imagen de una compañía amparándose en una teórica buena causa como es la de combatir el racismo. Podemos decir lo mismo de otros casos como el del Cola-Cao, que también se plegó a las paranoias de unos cuantos y decidió retirar su popular canción que rezaba aquello de "yo soy aquel negrito del África tropical...".
¿Miedo a la masa enfurecida o responsabilidad social? Juzgad vosotros mismos.
Archivado en
No hay comentarios