Pierluigi Tosato, de "salvador" de Deoleo a villano en solo 14 meses
El ya exconsejero delegado de la compañía aceitera, relevado el pasado miércoles, había aventurado a finales de 2017 que la compañía ganaría dinero en 2018. Este jueves se ha sabido que Deoleo perdió 291 millones después de ocultar más de 200 en pérdidas. Tosato también aventuró un futuro "transparente y sólido" para la aceitera.
Aún resuenan las palabras de un optimista Pierluigi Tosato, consejero delegado de Deoleo, a finales de 2017: "Yo sigo limpiando la compañía de problemas del pasado (…) vamos a ganar dinero en 2018 (…) La compañía está mejorando mucho”.
Catorce meses después, el consejo de Administración lo ha destituido un día antes de publicar los datos de cierre del ejercicio 2018 con los peores resultados de la historia de Deoleo, tras siete largos años de pérdidas que han creado ya deuda financiera monstruosa de 556 millones de euros, un nuevo desplome en bolsa y una situación de quiebra técnica.
Lo de Deoleo es un concepto fallido en torno a marcas premium de aceite, pero más que eso supone una enfermedad degenerativa que se ha querido vender como constipado. Cada vez que se han ido presentando los resultados económicos anuales de la compañía aceitera, los números rojos han ido saliendo a flote.
Hace poco más de un año, el 22 de noviembre de 2017, FoodRetail & Shoppers informaba de ese optimismo de Pierluigi Tosato. No solo preveía ganar dinero en 2018, sino que también sacaba pecho con la evolución de la empresa, asegurando que "la nueva Deoleo" es "muy diferente del pasado", siendo "transparente y sólida".
Pues bien, esa transparencia parece haberse quedado en el cajón de las buenas intenciones porque este jueves hemos sabido la verdad: Deoleo hizo públicos unos resultados que no hacían sino agravar la tendencia negativa que sufre la compañía en los últimos años. Según comunicó la empresa propietaria de marcas como Carbonell, Koipe, Hojiblanca o Elosúa, durante el segundo semestre de 2018 ha salido a flote un deterioro del valor de sus activos que arroja un descenso de 201 millones de euros que hasta la fecha habían estado ocultos.
Este deterioro, incorporado en las cuentas del ejercicio de 2018 de la compañía, da como resultado una pérdida de 291 millones de euros, frente a los 18,3 millones de resultado negativo del ejercicio anterior. Unos datos que, en la práctica, sitúan a la compañía en quiebra técnica al reducir su patrimonio neto por debajo de la mitad de su capital social.
Unas horas antes de conocerse estas enormes pérdidas ocultas, el consejo de administración de la compañía había decidido el relevo de Pierluigi Tosato como consejero delegado de la compañía y el nombramiento de Miguel Ibarrola como nuevo presidente y CEO. Parece que la nueva dirección puso inmediatamente sobre la mesa la necesidad de sacar a la luz los datos reales. Ahora sí se puede considerar que ha habido transparencia, quizá demasiado tarde para una compañía con unas acciones que, a cierre de la sesión del viernes, marcan un valor de apenas 0,075 euros por título con una caída cercana al 10%.
¿El futuro del 'vidente' y 'transparente' Tosato? De momento seguirá ligado a la empresa como consejero externo.
Archivado en
No hay comentarios