Calidad Pascual logra residuo cero en su planta de Bezoya
Esta fábrica se suma a la que la compañía tiene en Gurb (Barcelona) que este año también alcanzó vertido cero.
Calidad Pascual ha conseguido residuo cero en su fábrica de Bezoyaen Tres Casas (Segovia), cumpliendo así uno de los objetivos de su Plan de Gestión del Impacto Ambiental, que pretende mejorar los impactos que su actividad genera en el entorno, informa la compañía. Este año, la firma también logró vertido cero en su planta de Gurb en Barcelona, avanzando así en alcanzar su objetivo 2020.
El residuo o vertido cero es una estrategia de protección activa del medioambiente que consiste en garantizar que todo residuo generado sea aprovechado, es decir, que ningún residuo generado acabe en un vertedero.
El alcance de este Plan de Impacto Ambiental cubre todas las etapas de la cadena de valor: desde la obtención de materias primas hasta el tratamiento al final de la vida útil de los productos comercializados. Asimismo, el plan gira en torno a estos ejes: aprovisionamiento sostenible, producción eficiente, ecodiseño en los envases, movilidad sostenible, huella ambiental e implicación y visibilidad.
“Trabajamos para mejorar la eficiencia en todos nuestros procesos, fundamentalmente el uso de los recursos, lo que nos ha permitido en los últimos años reducir nuestro consumo de agua y energía eléctrica, así como eliminar los residuos enviados a vertedero”, ha señalado David Casañ, director de Operaciones de Calidad Pascual.
Para llegar a conseguirlo debe aplicarse, de forma sostenida en el tiempo, la regla de R+R+R: reducción de la cantidad de residuo que se genera mediante la mejora continua de los procesos de producción (menor consumo y reducción de la merma) y la optimización de los envases (envases de mayor tamaño); reutilización, trabajar para que todo residuo susceptible de tener un nuevo uso pueda ser recuperado por el proveedor y que este pueda utilizarlo otra vez y en la misma función; y reciclaje, haciendo una correcta separación de los residuos para que el gestor pueda obtener nueva materia prima a partir de ellos (cartón, plástico, aluminio, etcétera) como compostaje de la materia orgánica para la obtención de abonos para la agricultura. La pequeña fracción no separable la destinan a combustible para la obtención de energía.
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