5 miedos en el gran consumo ante el desafío catalán
La tensión ante el desafío independentista se nota en el gran consumo. Es evidente que la división no favorece a nadie.
La tensión en Cataluña sigue creciendo. Lo ocurrido este domingo 1 de octubre es el punto de inflexión de un conflicto que se recrudece y lo que se avecina (probable declaración unilateral de independencia incluida) no tranquiliza a una sociedad que cada vez ve este asunto con más preocupación. El relato de los hechos, además, está siendo más emocional que racional y la inestabilidad política está alcanzando cotas muy altas. No hay que descartar, de hecho, que pueda haber unas elecciones generales anticipadas. La intranquilidad se palpa, cómo no, entre las empresas del sector del gran consumo y eso que retailers y fabricantes no se expresan públicamente ante este tema. Pero tiemblan ante lo que viene...
"No hablamos de política". Es la declaración común que los periodistas nos encontramos por parte de las empresas del gran consumo al ser preguntadas por la cuestión catalana. Asociaciones representantes del sector como Asedas, Aces o Fiab no pronuncian palabra ante este asunto y se mantienen al margen, si bien en el pasado han alzado la voz ante cuestiones políticas que les afectan. Si ir más lejos, este año han unido fuerzas por el impuesto catalán a las bebidas azucaradas.
Pero con el desafío independentista catalán hay más cautela a la hora de expresar alguna palabra. ¿Por qué? Porque en parte hay miedo a un conflicto sin precedentes que ya afecta, y mucho, al sector. Estos son los cinco temores que quitan el sueño.
INCERTIDUMBRE Y MENOS CONSUMO
Es obvio. Retailers y fabricantes, como todo el mundo en general, no ven claro qué ocurriría con una Cataluña independiente. Verse fuera del euro, por ejemplo, es uno de los escenarios que se contemplan, lo cual sería una catástrofe para muchas compañías afincadas en Cataluña. La inversión ya se está reduciendo en suelo catalán y las cifras que se manejan desde el Gobierno español señalan que la creación de nuevas empresas en la comunidad catalana está siendo mucho menor que en otras regiones.
Sobre el consumo, el Banco de España ha sido claro en este sentido: la tensión en Cataluña afecta. Y lo hace en toda España. En un sector como el del gran consumo, el cual ha luchado como pocos para salir cuanto antes de la crisis de los últimos años, la ralentización del consumo que ya se está produciendo es un duro golpe. El presidente del Círculo de Empresarios, Javier Vega de Seoane, ha comentado que lo que suceda en Cataluña afecta "muchísimo a todos los españoles". Y ya sabemos, como se ha demostrado en los últimos diez años, que todo lo que genera incertidumbre hace cuidar más el bolsillo... La confianza que tanto ha costado recuperar estará por los suelos.
TRASLADO DE EMPRESAS
Ante las dudas económicas que se han generado en los últimos meses y la posibilidad de que la situación se enquiste, muchas empresas ya se han planteado la salida de Cataluña. Nadie lo expresa claramente, pero algunas multinacionales con sede en algunas de la cuatro provincias catalanas están viendo la posibilidad de salir, sobre todo si llega la independencia. Se habla de trasladar a otros puntos de España infraestructuras, negocios... y también empleos. Los planes de contingencia para cambiar de sede social están más que listos. "Los propios políticos hacen incumplir la ley y proponen que no se cumpla; esto genera una enorme inseguridad jurídica", decía recientemente el propio Javier Vega de Seoane.
HUELGAS
Se veía venir en Cataluña y la primera ya está aquí. La Taula per la Democràcia, integrada por los sindicatos CC OO, Usoc, Pimec, Cecot, Fapac, ANC y Òmnium, entre otros, han convocado una huelga general para este martes 3 de octubre para "protestar por las cargas policiales" de este domingo. Es un "paro de país", han denominado. Ya para este lunes han llamado a patronales, sindicatos, autónomos e instituciones a secundar una concentración ante los puestos de trabajo y ayuntamientos. Se espera que la huelga convocada para este martes no sea la última, ayudando a enrarecer aún más el ambiente en Cataluña y a bajar el consumo.
BOICOTS
El fantasma de un nuevo e indeseable boicot a productos catalanes como respuesta emocional de los españoles por despecho se siente en el horizonte más cercano. Ya hay mensajes en redes sociales y en grupos de Whatsapp invitando a los consumidores a no comprar alimentos o bebidas procedentes de Cataluña, lo cual aterra a muchas empresas catalanas cuyo principal mercado está en España. Lo mismo podría ocurrir al revés, con catalanes que prescindirían de consumir productos españoles. Es evidente que la división y fractura social no favorece a nadie. Todos pierden.
TURISMO
Sería el quinto gran temor que ronda en la mente de muchas empresas del gran consumo. Con la fuerza turística que tiene Cataluña, sobre todo la ciudad de Barcelona, se espera una reducción del número de visitantes. El turismo es especialmente sensible ante destinos especialmente convulsos.
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