Es necesario que Gobierno y empresas marchen de la mano
Sara de Pablos (Suntory y Anfabra) y Mauricio García de Quevedo (Fiab) comparten la apuesta por la sostenibilidad, pero piden al Ejecutivo que permita a su vez a las empresas ser sostenibles en un contexto especialmente complejo por el aumento de costes.
La inflación y la inestabilidad en las cadenas de suministro han descuadrado las cuentas de los fabricantes de alimentos y bebidas. El mayor coste de los insumos ha mermado sus márgenes de beneficio de forma apreciable. En esta difícil coyuntura, es necesario que "Gobierno y empresas marchen de la mano", ha defendido Sara de Pablos, CEO Iberia en Suntory Beverage & Food Spain, durante la mesa redonda organizada por KPMG con motivo de la presentación de su estudio 'Perspectivas 2023: bienes de consumo (FMCG)'.
"Pedimos al Gobierno un marco que favorezca la sostenibilidad, pero que también permita a las empresas ser sostenibles. Por ejemplo, el impuesto del plástico ahoga a las pequeñas empresas de fabricación de bebidas", ha añadido en su calidad de presidente de la Asociación de Bebidas Refrescantes (Anfabra).
Por su parte, Mauricio García de Quevedo, director general de Fiab, ha cuestionado la oportunidad del Gobierno al introducir el impuesto al plástico en el pico de inflación, así como nuevas regulaciones medioambientales, lo que ha subido aún más los costes y ha creado un escenario muy difícil de gestionar para los empresarios. "A pesar de todo, nosotros esperamos que la inflación se modere a partir de ya", ha afirmado.
Asimismo, ha reivindicado la actuación de los fabricantes de alimentación y bebidas, que fue "ejemplar durante la pandemia", y ahora han absorbido en sus márgenes empresariales buena parte de la inflación. "Hay que tener en cuenta que un 95% de la inflación procede de los costes", ha recordado. "Existe un debate interesado en torno a nuestro sector, pero incluso el Banco de España reconoce que la bajada del IVA ha repercutido en menores subidas de los precios. Y, si el Gobierno hubiese bajado el IVA de otros productos como el pescado y la carne, el precio de la cesta básica podría haberse reducido entre un 2 y un 4%", ha añadido.
Sostenibilidad y salud en tiempos de inflación
Durante la mesa redonda, Enrique Porta, moderador y socio responsable de Consumo y Retail de KPMG en España, ha lanzado una cuestión de gran relevancia en la actualidad: ¿Están los consumidores dispuestos a pagar más por sostenibilidad?
La respuesta de los dos participantes en el debate, Sara de Pablos y Mauricio García de Quevedo, ha sido unánime: están dispuestos a dedicar más dinero a productos que tienen repercusión en mejorar su vida o su salud, pero los directivos del sector -tal y como recoge el estudio de KPMG-, no perciben que los consumidoresestén dispuestos a pagar más por los productos sostenibles. "La sociedad demanda sostenibilidad, pero exige que sean los fabricantes quienes tengan que tomar medidas en esta línea", ha comentado Sara de Pablos.
No obstante, el consumidor cada vez es más sensible al impacto social y medioambiental de las marcas, lo que, unido a la regulación, a las exigencias de los grupos de interés y a la propia convicción de las empresas, está impulsando la agenda ESG del sector.
Según el 53% de los encuestados, la sostenibilidad de la cadena de aprovisionamiento es el aspecto ESG que tendrá mayor peso en la agenda corporativa en los próximos 3 años, seguida de la gestión ambiental (43%) y la economía circular (37%)
Nuevas tecnologías, un reto para el sector
En la actualidad se oye mucho hablar de nuevas tecnologías, pero los fabricantes de gran consumo en España tienen grandes dificultades para implementarlas en los procesos con la finalidad de hacerlos más eficientes o de añadir valor a sus productos. Enrique Porta ha animado a "revisar los esfuerzos y asegurarnos de encontrar la manera de que estas nuevas tecnologías se incorporen a nuestros procesos corporativos".
Parte del problema es una cuestión de dimensiones. "El principal problema que encontramos a la hora de abordar ciertas tecnologías e innovación es el tamaño: el 95% de las empresas son pymes", ha explicado Mauricio García de Quevedo, director general de Fiab. "En el resto de sectores económicos vemos que siempre existe una empresa tractor que es top 10 mundial o top 5 europeo y sirve para liderar el proceso de innovación. Pero no es el caso en el sector de la alimentación".
A pesar de ello, ha defendido que "se está invirtiendo en sistemas ciberfísicos, big data, conectividad, impresoras 3D, nuevos productos e inteligencia artificial", entre otros. "El tamaño es un hándicap pero la fragmentación ha favorecido un ecosistema start-up y colaborativo", ha añadido Porta.
García de Quevedo ha expuesto que la alimentación es un sector muy innovador: "nos encontramos en un momento apasionante, hay una revolución en la industria que será una oportunidad para los talentos jóvenes: aparecen nuevos alimentos, se extraen proteínas de nuevas fuentes, etc."
En relación a esto, la CEO Iberia en Suntory Beverage & Food Spain ha defendido la importancia de la gestión de grandes bases de datos informáticos. "El dato es el nuevo oro, pero hay que saber pulirlo y manejarlo. Si transformamos el dato en insights y propuestas, será bueno para el consumidor y para nosotros. Queremos llegar al producto adecuado, en el momento adecuado y para el cliente adecuado".
En el horizonte cercano, la IA representa una gran oportunidad para fidelizar y comprender las preferencias de los consumidores, para hacer más eficientes los procesos y para garantizar que los empleados dediquen su tiempo a crear valor. "Aquí sí espero que el Gobierno regule para mitigar los riesgos y podamos sacar el máximo potencial de estas nuevas tecnologías disruptivas", ha defendido García de Quevedo. Sin embargo, España parte con desventaja respecto a otros países "debido a la falta de empresas tractoras".
Existe unanimidad en cuanto a la falta de tamaño y transversalidad en el sector de fabricantes de gran consumo en España, pero esto podría cambiar en el futuro cercano. "En los próximos meses podría haber dinamismo en cuanto a fusiones y adquisiciones. Un 35% de los encuestados considera que se involucrará en estas operaciones a lo largo de los próximos 12 meses", ha señalado Porta. Una vez se estabilice la subida de tipos y precios, las adquisiciones, join ventures, fusiones y ventas se acelerarán.
Innovación, la oportunidad de crear valor
La innovación es una de las salidas clave para reforzar la salida a esta crisis, en palabras de Sara de Pablos. En relación a su compañía, Suntory, ha explicado que necesitan "crear productos potentes que puedan sostener la diferencia de precio respecto a las marcas blancas, que cada día son más importantes. Nosotros no vamos a lo bueno, bonito y barato: ponemos en valor un producto que el consumidor tiene que estar dispuesto a pagar".
No se trata sólo de reforzar sabores (p. ej., en el caso de la nueva Schweppes de pomelo), sino de localizar ocasiones de consumo y de darles respuesta de la mejor manera. Por ejemplo, a partir del auge del tardeo posterior a la pandemia, Suntory creó Casera con Vermouth y con Sidra: en el tiempo y el lugar exactos para tener acogida entre los consumidores.
Otra opción es ofrecer soluciones con menos azúcar. La compañía está embarcada en un proceso por reducir drásticamente el azúcar en toda su gama: "En el corto plazo, el 99% de nuestros productos van a ser bajos o reducidos en calorías. Estamos yendo mucho más allá de las exigencias regulatorias en relación al azúcar, y hemos reducido en el 42% el contenido en azúcar de nuestros productos desde 2009. Trina y Sunny son low, los productos de La Casera todos son cero".
La innovación, ha advertido de Pablos, "requiere inversiones importantes: desde que se apuesta por una idea hasta que se lanza pueden pasar cerca de dos años. Además, unas innovaciones triunfan y otras no".
Internacionalización, una historia de éxito
La industria de alimentación y bebidas española ha exportado por valor de 60.000 millones de euros en 2022. Este año, ha notado García de Quevedo, "la facturación sigue subiendo, si bien en volumen hemos caído el 7%".
En cualquier caso, "la tendencia a la internacionalización de la industria alimentaria es una historia de éxito". Desde la Transición, España ha pasado de exportar el 5% de su producción en alimentos y bebidas a exportar el 40%. 18.000 pymes exportan de manera recurrente. Hace 20 años, el 95% de las exportaciones se dirigía a la UE. En la actualidad se encuentra en el 50%".
Los empresarios del sector siguen abriendo mercados y tienen pensado ampliar su actividad internacional. Según datos de KPMG, el 55% de los encuestados cuenta ya con presencia en otros mercados y prevé ampliarla a lo largo de 2023.
El foco está puesto, sobre todo, en Estados Unidos y unos pocos países europeos: Reino Unido, Alemania y Francia (sólo el 35% de los encuestados planea expandirse en otros países de la UE). Estados Unidos es la gran promesa de expansión: así lo considera el 47% de los empresarios consultados. "Es el gran mercado de valor del mundo", en palabras de Porta. "Siempre ha sido un mercado importante, pero nos han puesto muchas barreras administrativas desde el principio. Los aranceles fueron un jarro de agua fría", ha explicado el director general de Fiab. "Estados Unidos es el espejo del mundo, por la importancia que tiene en el mercado: ayuda a abrir mercados en Asia o América Latina. Todavía nos ponen aranceles a las conservas de pescado, aceite de oliva, producciones cárnicas, etc.
Desde Fiab y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación se realizan grandes esfuerzos para acompañar y asesorar a las pymes que quieren acudir a ferias en Chicago, Nueva York, Las Vegas, etc. También se da formación específica de negociación y contratos y se intermedia con negociadores americanos interesados en productos españoles.
"Si quitáramos las barreras arancelarias que quedan, iríamos mucho más rápido", ha sentenciado García de Quevedo.
Archivado en
No hay comentarios