Suben las ventas de alimentos orgánicos, una 'ola verde' respaldada en toda Europa
El halo de salud dietética y ambiental que rodea a este tipo de alimentos ha ayudado a impulsar su popularidad en muchos mercados, según los expertos.
La preocupación de los consumidores por mejorar su salud y la del planeta son tendencias que se han acelerado durante la pandemia y ambas tienen una gran importancia para la industria de alimentos y bebidas. Existe una creciente conciencia de que todos nosotros, a través de acciones como ser selectivos en lo que comemos, reducir el desperdicio de alimentos, conservar y reciclar recursos como los envases, podemos ser parte de la solución más que del problema relacionado con el cambio climático y la reducción de los daños al medioambiente global.
Así lo aseguran los profesores David Hughes y Miguel Flavián en un artículo en el que afirman que, indudablemente, el halo de salud dietética y ambiental que rodea a los alimentos orgánicos ha ayudado a impulsar su popularidad en muchos mercados. De hecho, el mercado de alimentos orgánicos en los EE.UU. experimentó un sólido crecimiento año tras año en las primeras dos décadas de este siglo y, luego, con la crisis sanitaria la tasa de crecimiento se aceleró hasta la cifra récord del 12,8% en 2020, representando 56.400 millones de dólares.
Casi el 6% de los alimentos vendidos en este país el año pasado fueron certificados como orgánicos, señalan estos expertos. Antes de la Covid, el 82% de los consumidores encuestados compraba alimentos y bebidas orgánicos al menos una vez al mes, el 18% a la semana y el 11% a diario, siendo los millennials el grupo más activo en estas compras.
Hughes y Flavián apuntan cinco razones principales por las que los consumidores optan más por comprar alimentos orgánicos en los EE.UU.:
1.- Los consideran más seguros para ellos y sus familias.
2.- No llevan pesticidas u otros productos químicos.
3.- Evitan antibióticos y hormonas de crecimiento.
4.- Evitan los OMG (Organismo Genéticamente Modificado).
5.- Los perciben como de mayor calidad.
Los autores de este artículo consideran "preocupantes" estas apreciaciones ya que creen que indican "preocupación por la seguridad de los alimentos 'normales'". "La etiqueta orgánica se considera prometedora como 'libre de transgénicos' y contribuye al atractivo de los alimentos orgánicos para muchos, ya que los productos transgénicos están muy lejos de ser populares", apuntan.
Los minoristas de EE.UU. se han apresurado a promover productos orgánicos de marca privada durante la pandemia, ya que la asociación de la marca de la tienda con una etiqueta orgánica les aporta una buena imagen.
En el Reino Unido, también se ha observado esta tendencia, ya que la demanda de compradores animó las ventas de productos orgánicos, que han aumentado el 13% en 2020, el nivel más alto en 15 años. Los alimentos orgánicos enlatados y envasados fueron los que más crecieron (20%), seguidos de la carne, las aves y el pescado (17%).
En Alemania, el mercado orgánico más grande de Europa, se observa el mismo patrón: el mercado orgánico ha crecido al doble de velocidad que el mercado convencional (crecimiento interanual del 22% en los supermercados) hasta alcanzar un récord de 15.000 millones de euros el pasado año. Las aves de corral, con un 70% de crecimiento, y las carnes rojas, el 55%, encabezaban la lista.
TENDENCIA RESPALDADA POR LOS GOBIERNOS DE LA UE
La opinión favorable de los consumidores sobre los alimentos orgánicos cuenta con el apoyo de las instituciones gubernamentales de la UE. Es el caso del Comisionado de Agricultura de la UE. Como parte del Pacto Verde europeo en un mundo post-Covid, se han establecido objetivos para alcanzar el 25% de las tierras agrícolas con agricultura orgánica y el 25% de la producción de alimentos para 2030 en los 27 países miembros.
Los autores del artículo recuerdan que actualmente, el 8,5% de las tierras agrícolas del bloque se cultivan orgánicamente, pero existe una variabilidad considerable por país que va desde el 0,5% (Malta) hasta el 25% (Austria). Cuatro estados miembros representaron más de la mitad de todas las tierras cultivadas orgánicamente en 2019: España (17,1%), Francia (16,2%); Italia (14,5%); y Alemania (9,4%). Juntos, tenían el 57,1% de la superficie ecológica de la UE-27. Suecia tiene la mayor proporción de cereales y hortalizas producidos orgánicamente: 6,5% y 19,5%, respectivamente.
El componente de producción y consumo de alimentos orgánicos del Pacto Verde de la UE tiene la intención de "restablecer el equilibrio en nuestra relación con la naturaleza". El plan tiene 23 acciones estructuradas en torno a tres ejes: impulsar el consumo, ayudando a los consumidores a tomar decisiones informadas; aumentar la producción; y mejorar la sostenibilidad del sector.
El presupuesto total de la UE para este plan en 2020 fue de 168.000 millones de euros, de los cuales el 35% (59 000 millones de euros) se destinó a la agricultura, el desarrollo rural y la pesca. Además, existe un importante apoyo político "verde" en algunos países de la UE (por ejemplo, el Partido Verde alemán es la corriente principal).
Hughes y Flavián aseguran que la dirección de la política agrícola de la UE y el Reino Unido es cada vez más "alentadoramente verde", con enfoque en los aspectos medioambientales y de bienestar animal. Esto puede aumentar los costos, aunque a la vez agrega beneficios sociales. La sabiduría aceptada es que los productos alimenticios de la UE / Reino Unido serán de "mayor calidad" y, por lo tanto, deben protegerse de los competidores de menor costo que producen alimentos de "menor calidad". Ello complicará seriamente la finalización de los acuerdos comerciales con países exportadores de alimentos internacionales como los EE.UU., Brasil y Nueva Zelanda, señalan.
En su opinión, la UE y el Reino Unido pueden construir un "muro verde" protector alrededor de sus fronteras y esto contará con un fuerte apoyo de los consumidores. Sin embargo, los exportadores de alimentos de la UE y el Reino Unido probablemente tendrán que hacer frente al rechazo de "ojo por ojo" de aquellos países que no están muy satisfechos con que sus exportaciones de alimentos estén etiquetadas como deficientes. "El resultado puede complacer a muchos europeos, es decir, un aumento de la autosuficiencia alimentaria en la UE y el Reino Unido, pero no, tal vez, a los economistas clásicos que promueven las ventajas del comercio internacional y la ventaja comparativa", concluyen.
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