Así reaccionan los clientes de un súper cuando tiran parte de su compra a la basura
Una campaña alerta contra esta lacra que lleva a que uno de cada tres alimentos que se producen acaben en la basura.
El desperdicio alimentario es un problema sobre el que cada vez existe mayor conciencia. Pese a ello, la cifra de alimentos que acaban en la basura es aplastante. Como recuerda Mercè Corina Pradas, Sustainability Project Manager en Packaging Cluster, "un tercio de la comida a nivel mundial se desperdicia".
Para alertar realmente sobre esta lacra, la ONG Enraíza Derechos ha llevado a cabo un experimento llamativo, y a la vez curioso, con clientes en un supermercado. En concreto, ha instalado cámaras ocultas en uno de estos establecimientos haciendo creer a los clientes que pasaban por caja que tiraba parte de su compra a la basura.
Se trata de una campaña que forma parte de un proyecto financiado por el Ayuntamiento de Madrid: "Por una cultura alimentaria sostenible en la Agenda 2030 madrileña, promoción de una ciudadanía global comprometida con la reducción del desperdicio de alimentos".
CLIENTES ESTUPEFACTOS
Como podemos ver en el vídeo que ilustra esta peculiar prueba, diferentes clientes pasan sus artículos por la caja. La persona que les atiende comienza a quitar parte de los alimentos alegando que son demasiados para ellos y que se van a estropear y los lanza a un cubo que tiene a su lado. Los clientes, estupefactos, no entienden qué está pasando y cuestionan al cajero, que acaba interpelando a alguno de ellos: "¿Me vas a decir que nunca se te ha puesto mala una lechuguita o un calabacín?", algo que la clienta no puede negar.
"Os estoy haciendo el trabajo sucio", llega a decir la persona que atiende la caja del supermercado que repite una y otra vez a los compradores que está seguro de que van a acabar tirando parte de toda esa comida. Ante esto, alguno de los clientes llega a contestar al empleado que si lo tira o no lo tira es su "problema". Llegados a este punto, el cajero responde con sorna: "Bueno, es el problema del planeta, digo yo ¿eh?".
Los nervios de los clientes van en aumento ante la situación. Y es que se les dice que el importe de la compra incluye también los alimentos que se han tirado al cubo. Las sonrisas llegan cuando, finalmente, se les advierte de que se trata de una "broma" que busca llamar la atención sobre el desperdicio alimentario.
A posteriori, los clientes, ya tranquilizados, reconocen que en casa siempre "algo se va" (a la basura) mientras otros se escudan en que las cantidades de algunos productos son demasiado grandes.
"Esto era una broma, el desperdicio alimentario no. Uno de cada tres de los alimentos que se producen en el mundo acaban en la basura. Mientras, 800 millones de personas siguen pasando hambre. Lo pagas tú, lo paga el planeta. Cambiemos la estadística, transformemos el mundo", advierte la ONG.
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