La UE pone coto a la "información alimentaria engañosa"

La paella valenciana elaborada sin arroz de Valencia o el vino Lambrusco sin uva italiana serían dos casos hipotéticos que tienen los días contados. En breve entrará en vigor el ordenamiento que pretende acabar con estas prácticas.

Paella valenciana / Archivo
Redacción

17 de febrero 2020 - 13:53

La Unión Europea (UE) se ha propuesto acabar con las prácticas por las que se comercializan productos que indican un país de origen pero que se elaboran con ingredientes principales procedentes de países distintos. El próximo 1 de abril entrará en vigor en la Unión Europea el ordenamiento que pretende acabar con esta situación.

Básicamente, lo que quiere el ordenamiento europeo es que aquellos alimentos que en su envase o etiquetado indiquen un país de origen o procedencia, detallen también la procedencia de su ingrediente primario o principal si es diferente. En el reglamento se especifica cómo se indicará la procedencia de ese ingrediente, lo que se puede hacer con referencias como 'UE', 'fuera de la UE' o 'UE y fuera de la UE, entre otros, recoge Efeagro. También se podrá optar por indicar que el ingrediente primario no es originario del país de procedencia del alimento.

Sería el caso de la paella valenciana pero elaborada con arroz proveniente de China o un lambrusco que en su etiqueta indica "italiano" pero la uva usada es de otro país. Son dos casos hipotéticos que podrían ser reales y que, según el organismo europeo, constituyen "información alimentaria engañosa" que induce a error al consumidor.

Habrá, eso sí, algunas excepciones. En concreto, la salchicha Fráncfort no estará sujeta a esta normativa ya que la UE entiende que es ya tan famosa que los consumidores no la asocian con su origen.

El uso de símbolos nacionales, los colores de una bandera, monumentos, paisajes y hasta personas famosas en el envase de un alimento son indicadores del origen y, por consiguiente, se ve afectado por la normativa comunitaria. No obstante, en ese último caso, la norma es más laxa y permite que se evalúe cada caso independientemente para valorar si es necesario o no detallar el origen del ingrediente principal.

Los productos con indicaciones geográficas protegidas (IGP o DOP) reconocidos por el Derecho comunitario no tienen que aplicar la norma.

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