El consumo moderado de vino reduce la incidencia de enfermedades cardiovasculares
Los consumidores de vino moderado (>15-70 g alcohol/día) muestran una reducción del 30% y del 70%, respectivamente, en la incidencia de eventos cardiovasculares”, afirma el Dr. Ramón Estruch, del Departamento de Medicina del Hospital Clínico de Barcelona.
En el Día Mundial del Corazón queremos recordar cómo el consumo moderado y responsable de vino puede reducir el riesgo de sufrir un infarto de miocardio o un accidente vascular cerebral, tanto en hombres como en mujeres.
Por un lado, hay que recordar que la enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte, y puede estar originada por múltiples factores, desde el tabaquismo a la diabetes pasando por la presión arterial alta o la obesidad.
Por otro lado, no hay que olvidar que el vino es uno de los alimentos esenciales de nuestra cultura mediterránea y que su consumo, en el marco de una alimentación y un estilo de vida saludable, aporta grandes beneficios al organismo.
Se ha observado, a través de múltiples investigaciones internacionales, que “el efecto de los consumidores ligeros (<5 g de alcohol/día) y moderados (5-15 g de alcohol/día) de vino frente a la mortalidad cardiovascular es de una reducción del 38% de la mortalidad por todas las causas. Además, los consumidores de vino moderado (>15-70 g alcohol/día) muestran una reducción del 30% y del 70%, respectivamente, en la incidencia de eventos cardiovasculares”, afirma el Dr. Ramón Estruch, del Departamento de Medicina del Hospital Clínico de Barcelona.
El efecto positivo de los polifenoles
Este año 2020, un estudio elaborado conjuntamente por la Anglia Ruskin University de Reino Unido, el Medical University de Viena (Austria), la North-West University (Sudáfrica) y el George Institute for Global Health de Sydney (Australia) destaca, por primera vez, los efectos beneficiosos del vino frente al resto de bebidas alcohólicas en la disminución del riesgo de cardiopatía isquémica. Y es que el vino se destaca de otras bebidas por su contenido en polifenoles, entre ellos el resveratrol, que lo convierten en una opción llena de propiedades saludables.
Además, los polifenoles presentes en el vino pueden contribuir a proteger contra enfermedades cardiovasculares, sobre todo las cardíacas. La capacidad antioxidante del vino aumenta el colesterol saludable para el corazón y mantienen el sistema inmune fuerte. Este tipo de colesterol bueno (HDL) ayuda a prevenir la acumulación de placas en las arterias, lo que también puede contribuir a evitar ataques cardíacos y accidentes cardiovasculares.
Otro tipo de polifenoles son los taninos que provienen de la piel y las pepitas de la uva, aportando propiedades astringentes y antiinflamatorias que actúan contras los radicales libres. Los taninos están muy presentes en la maceración del vino tinto y en los vinos blancos fermentados en barrica.
Los beneficios que aportan los polifenoles del vino en la salud vascular han quedado demostrados científicamente por un metaanálisis - que incluyó a 37 estudios sobre humanos – elaborado por la University of Birmingham (Reino Unido), el Garvan Institute of Medical Research de Darlinghurst (Australia) y del St. Vincent's Clinical School de Sydney (Australia). Este estudio concluye que los polifenoles del vino ayudan a mejorar la presión arterial sistólica. Un resultado muy relevante, ya que la presión sistólica elevada se asocia a la hipertensión y a enfermedades coronarias.
El vino como estilo de vida saludable
En España, al igual que en otros países mediterráneos con la misma tradición, el consumo de vino está asociado a aspectos sociales, a unas pautas de consumo moderado, siempre en combinación con comida y en un ambiente de socialización. En la actualidad, los consumidores se decantan por el vino como parte de un estilo de vida saludable, sostenible y de saber disfrutar de la vida, que contribuyen también positivamente a la salud.
Aunque numerosos estudios han demostrado los beneficios para la salud del consumo moderado de vino, la mayoría de los investigadores advierten que ello no es suficiente motivo para que alguien que no bebe comience a hacerlo por motivos de salud. De hecho, la recomendación general de los científicos suele ser preventiva advirtiendo que los beneficios para la salud del vino en un estudio en particular no garantiza que los no bebedores o abstemios deban comenzar a disfrutar de una copa al día para mejorar su salud.
Por último, es importante señalar que cualquier estudio sobre el vino y la salud no reemplaza el consejo médico de un profesional. Las personas, independientemente de si padecen cualquier enfermedad, deben consultar con su médico antes de tomar decisiones sobre el consumo de alcohol por su salud.
Otras referencias científicas:
- - Healthy lifestyle and life expectancy free of cancer, cardiovascular disease, and type 2 diabetes: prospective cohort study.
- BMJ. 2020 Jan 8;368:l6669. doi: 10.1136/bmj.l6669.
- - Nutrition, Thrombosis, and Cardiovascular Disease.
- Circ Res. 2020 May 8;126(10):1415-1442. doi: 10.1161/CIRCRESAHA.120.315892. Epub 2020 May 7.
Sobre FIVIN
La Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición - FIVIN es una entidad sin ánimo lucro dedicada a la investigación de los efectos beneficiosos del consumo moderado de vino sobre la salud. Los estudios que impulsa o promueve FIVIN están avalados y reconocidos por un comité científico formado por médicos e investigadores de reconocido prestigio.
Sobre el Dr. Ramón Estruch
El profesor Ramón Estruch es consultor sénior del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clinic (Barcelona) desde 2002. Es también profesor asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona desde 1996, miembro del Consejo Director del CIBER de Obesidad y Nutrición del Instituto de Salud Carlos III desde 2006 y miembro del Advisory Board of the ERAB (European Foundation for Alcohol Research) de la Unión Europea desde 2010.
Ha publicado más de 470 trabajos de revistas de alto impacto, incluidos 'The New England Journal of Medicine', 'JAMA', 'Lancet', 'Annals of Internal Medicine', 'Archives of Internal Medicine', 'Circulation' y 'American Journal of Nutrition', entre otros. En este contexto merece destacarse que los resultados del estudio sobre los 'Efectos de la dieta mediterránea en la prevención de la enfermedad cardiovascular' publicado en la revista 'The New England Journal of Medicine' en abril de 2013 ha sido el segundo artículo científico más leído en el mundo en el año 2013. Además, en el año 2018 ha sido nombrado uno de los científicos más influyentes del mundo ('Highly Cited Researcher' by Claryvate Analytics).
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