7 consejos para evitar la dependencia de alimentos dulces y grasos
Muchos de estos productos resultan altamente adictivos y es difícil resistirse a ellos, pero es posible burlar la tentación.
¿Quién puede resistirse al pasar por una chocolatería o pastelería o al ver en el súper el expositor de quesos, con decenas de variedades y sabores diferentes? Sin duda, hay alimentos cuyo consumo produce un gran placer al ser humano pero que resultan, a la vez, adictivos hasta extremos que complican seriamente nuestra salud.
Investigaciones recientes muestran que ciertos alimentos tienen la capacidad de excitar los centros cerebrales del placer. Esta cualidad los aproximaría a las drogas capaces de generar dependencia, recoge el portal cuerpomente.com. "El queso es adictivo como la morfina", afirman con insistencia investigadores que estudian los efectos adictivos de los alimentos.
Los hallazgos realizados al respecto ayudan a entender por qué muchas personas sienten predilección por alimentos que acaban perjudicándoles, pues están relacionados con la obesidad, las dolencias cardiovasculares, la diabetes, el cáncer o la alteraciones del estado de ánimo. El chocolate, el queso, la carne y los hidratos de carbono simple (pan blanco o repostería) liberan en el centro cerebral del placer sustancias parecidas a los opiáceos.
Y es que, en realidad, que se sienta la necesidad de la dosis diaria de uno o varios de los alimentos mencionados en buena parte es resultado de procesos químicos cerebrales de los que no se es plenamente consciente.
7 CLAVES PARA CONTROLAR LA TENTACIÓN
Pero la tentación puede controlarse. Para ello, lo primero es observarse a uno mismo y hacer examen de conciencia para descubrir qué factores emocionales pueden estar detrás de un deseo exagerado de recompensas culinarias. A partir de aquí, conviene introducir algunos cambios en la dieta.
Estos son algunos consejos básicos:
1.- UN BUEN DESAYUNO
Satisfacer razonablemente el apetito por la mañana tras 9 o 10 horas de ayuno es la mejor manera de no arrastrar un hambre que se convierta en ansiedad y se satisfaga con un atracón de alimentos tentadores. Una combinación de frutas, infusión, yogur o leche vegetal, muesli o pan integral es la más adecuada.
2.- ELEGIR BIEN LOS ALIMENTOS PARA ESTABILIZAR LA GLUCOSA
Las legumbres, las verduras, las frutas y los cereales integrales no provocan las subidas y bajadas de la glucosa que acompañan a los productos refinados (pan y arroz blanco, azúcar, repostería, miel, refrescos...). Lo importante es evitar las subidas rápidas de los niveles de azúcar en la sangre.
3.- OBTENER DE 30 A 40 CALORÍAS POR KILO DEL PESO CORPORAL IDEAL
Así se evita una dieta demasiado restrictiva que resulta contraproducente: el cuerpo deja de sintetizar una hormona controladora del apetito llamada leptina. Además hay que distribuir la ingesta diaria entre tres y cinco tomas y elegir alimentos que proporcionen una alta concentración de vitaminas y minerales.
4.- FUERA LOS ATRACONES
Estos pueden ocurrir diariamente, mensualmente (coincidiendo con el ciclo de las mujeres) o anualmente (con el cambio de las estaciones). Por ejemplo, el deseo de chocolate puede reducirse con una dieta baja en grasa y alta en fibra porque reduce la producción de estrógenos, que están implicados en el hambre de chocolate.
5.- HACER EJERCICIO Y DESCANSAR LO SUFICIENTE
Estas medidas son tan importantes, por lo menos, como las dietéticas. Favorecen que el cuerpo administre correctamente el gasto y la obtención de energía. Por otra parte estimulan la producción de endorfinas, favoreciendo sensaciones de bienestar que regulan y complementan las procedentes de los alimentos.
6.- REALIZAR ALGUNAS SUSTITUCIONES
Prescindir del azúcar y de los edulcorantes durante dos semanas por lo menos: en su lugar, utilizar en cantidades muy moderadas de miel o sirope de manzana. Reemplazar la carne por alternativas vegetales (legumbres, tofu, seitán), y sustituir el queso por aguacate, patés vegetales o levadura de cerveza, cuyo aroma es parecido.
7.- AYUNO TERAPÉUTICO
Para eliminar adicciones el ayuno terapéutico puede resultar también muy eficaz, como afirma el psicólogo Douglas. Se trata de borrar el mal aprendizaje de los gustos a través de un periodo a base de agua, bajo control médico, para a continuación introducir los alimentos haciendo hincapié en las frutas frescas, las hortalizas y las verduras, los cereales integrales, las legumbres, los frutos secos y las semillas.
Después de dos o tres meses de dieta controlada, los alimentos naturales resultan totalmente satisfactorios y los alimentos "de sabor intensificado" no resultan apetecibles.
Si la idea de un ayuno total te produce respeto, puedes intentar una completa abstinencia de los alimentos que causan la adicción, algo que funciona mucho mejor que intentar consumirlos con moderación.
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