Transformar el menú para la nueva generación

Marcas de productos y de restauración se esfuerzan en comprender cómo atraer a la Generación Z

Juan Andrés Lattuf (Cloudtown), Marta Sierra (McCain) y José Luis García (Goiko) / Redacción FRS

Que el alimento que van a probar está bueno es algo que los jóvenes que forman parte de la Generación Z dan por hecho. El verdadero reto de quienes tratan de seducirles es construir una experiencia completa que llene su estómago y genere un recuerdo tan bueno como para que vuelvan.

"El sabor es lo más importante", incide Marta Sierra, Marketing Manager de Foodservice Iberia en McCain. Durante su participación en HIP, Sierra reflexiona sobre el acto social que supone salir a comer: "Salen a comer y a socializar". Por ello, "la experiencia tiene que ser excitante, emocionante, tienen que estar ante un producto colorido, divertido e instagrameable", defiende.

Es algo con lo que está de acuerdo José Luís García, CMO de Goiko. "La calidad no la puedes tocar", de manera que el producto que percibe el cliente tiene que responder a las expectativas, algo especialmente relevante en el caso de la Generación Z. "Una de las cosas que hemos visto es que la Generación Z es el rechazo hacia la sensación fake. Si la imagen no se corresponde con el producto real que ofreces pierdes confianza y credibilidad".

Para Juan Andrés Lattuf, director I+D de Cloudtown, la clave está en que "el cliente quiere realidad". El consumidor apela al sabor y a una mejora de la calidad constante. Y, como dice Sierra, conseguir innovar sin que eso vaya en detrimento de los estándares del producto.

De hecho, Sierra subraya esa exigencia del consumidor que quiere "tenerlo todo": cuidarse, un buen sabor, pasarlo bien y, en definitiva, una experiencia integral. Por ello, las marcas se esfuerzan para conseguir ese tipo de producto.

Conectar con su público

Pero todo eso es insuficiente si lo que se vende es invisible para el público. "Es difícil estar al día con esta generación tan conectada", comenta el CMO de Goiko. El principal desafío es alcanzar y retener a los jóvenes: "Si no te identifican con su forma de pensar, no vas a conseguir ese engagement".

Y existe otro obstáculo que distingue a esta generación: "El problema de las marcas es que somos marcas. El cliente no quiere marcas, quiere contenido". Así, García explica que, en su experiencia, lo que mejor funciona es el contenido más aleatorio, aquellos en los que ni siquiera se habla de ningún producto.

Sierra puntualiza que, en las redes sociales, tienen mucho más éxito las publicaciones improvisadas, en comparación con aquellas en las que se habla de un producto. En ese sentido, recalca la importancia de comunicar productos sabrosos y, a la vez, conseguir conectar con su público.

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