Barcelona Wine Week se marca como objetivo hacer crecer al sector a nivel internacional

El crecimiento de Barcelona Wine Week no significa obviar los retos que tiene por delante. La presentación que ha tenido lugar este miércoles en el Casino de Madrid da fe de que, si bien la feria se consolida y alcanza su tercera edición, cuenta con objetivos ambiciosos para la próxima edición, que se celebrará del 6 al 8 de febrero en Barcelona.

Javier Pagés, presidente de Barcelona Wine Week, explica durante la presentación que la feria "empieza a ser un clásico y se ha asentado con éxito". A sus ojos, eso significa que hay interés por el sector, además de oportunidades para crecer. Uno de sus objetivos, dice Pagés, consiste en "crear negocio y rematar el negocio ya existente".

Esa ambición depende sobre todo de que se perciba mayor valor a nivel mundial del vino español. "Tenemos pendiente escalar en el valor y la calidad percibida", comenta, lo que encaja con la pretensión de que esta se convierta en una "feria mundial" que ayude a los caldos españoles a traspasar las fronteras.

En total, se espera que participen 700 bodegas, un 15% más que en la anterior edición. Sumado a eso, 60 denominaciones de origen y otros sellos de calidad también estarán presentes. En suma, eso hace que en estas fechas se haya superado ya el 90% de ocupación con grandes firmas confirmadas como Protos, Matarromera, Rioja Vega, Pago de los Capellanes, Recaredo y Freixenet, entre otros.

Según explica Pagés, este corolario de marcas dan cuenta de la consolidación de la feria. Por su parte, el director general de Alimentaria Exhibitions, José Antonio Valls, incide en que el propósito principal continúa siendo atrapar "nuevas oportunidades de negocio".

Al igual que Pagés, sostiene que el negocio internacional es la palanca donde debe asentarse el crecimiento, tanto del sector en sí como de la feriaa. En ese sentido, destaca la participación de 500 compradores internacionales, que proceden de los principales mercados estratégicos: Estados Unidos, Canadá, Alemania, Países Bajos, Colombia y Bélgica, entre otros.

Mientras, los compradores españoles ascienden a 1.300. Con estas cifras, Valls cree que la feria puede aspirar a posicionarse al mismo nivel que Alimentaria, que en su última edición obtuvo unos resultados positivos. Por otro lado, tanto Pagés como Valls coincidieron en señalar las numerosas ponencias que tendrán lugar durante el evento.