El sector alerta: "Sin prorroga de los ERTE, la situación de la hostelería es insostenible"
La caída de la actividad del sector a mediados de septiembre acumula una pérdida del 45%. La consecuencia de no prorrogar los ERTE podría ser superar los 125.000 cierres de establecimientos, el 40% del total, según Fedishoreca.
La caída de la actividad del sector de la hostelería en el primer semestre ha sido de más del 50% y a mediados de septiembre acumula una pérdida del 45%, según los datos del estudio de la Federación Española de Empresas de Distribución a Hostelería y Restauración (Fedishoreca) sobre la reapertura de la Hostelería. Por este motivo, el director general de esta entidad, José Manuel Fernández Echevarría, alerta de que si no se produce una "prórroga de los ERTE", y con las restricciones actuales, la situación del sector "es insostenible".
Desde esta entidad se estima que los 56.000 establecimientos cerrados actualmente (el 18,2%) aumentarían como mínimo a 95.000 (el 30%) y según el escenario final se podrían superar los 125.000 cierres de establecimientos de hostelería, que suponen el 40% del total.
La patronal de la distribución al canal Horeca asegura así que la prórroga de los ERTE en la hostelería a partir del 30 de septiembre "es imprescindible para que las empresas y autónomos que eran viables antes de la pandemia y se encuentran en esta situación temporalmente, puedan recuperarse en el futuro cuando finalicen las restricciones".
Echevarría añade además que con las nuevas restricciones a la hostelería, las ventas en la primera quincena de septiembre vuelven a caer a niveles del mes de junio con una pérdida del 32% en relación con el año anterior. Y, según la tendencia, prevé que la evolución prevista para los próximos meses vaya "a peor".
Para la Federación, en estas circunstancias, la flexibilidad de los ERTE por fuerza mayor es "clave" y está permitiendo que se mantengan activas muchas empresas y autónomos con sus puestos de trabajo. Estas empresas, además, incorporan a sus trabajadores a medida que la actividad de cada empresa lo requiere. "No se puede abandonar a las empresas de hostelería en este momento crítico, con las importantes restricciones que tienen impuestas y con cada vez más zonas afectadas. Supondría perder todo lo que se ha conseguido hasta ahora con los ERTE", afirma Fernández Echevarría.
LOS MÁS AFECTADOS
Según los estudios realizados por Fedishoreca, desde el inicio de la desescalada, la hostelería ha podido reabrir, pero con importantes restricciones y afectada en su actividad con distintos impactos según la zona donde opera y el tipo de establecimiento. Como zonas más afectadas han estado las que concentran turismo extranjero y hoteles y el centro de las ciudades en general, tanto por el turismo como por las oficinas y el teletrabajo.
Los tipos de establecimientos con más impacto negativo han sido los hoteles, con un alto porcentaje de cerrados, los que no tienen terraza y los que dependen de la barra. En general ha caído especialmente la actividad en la hora del desayuno y en el menú de mediodía, lo que ha obligado a muchos a abrir solo por las tardes.
La patronal recuerda que a partir del mes de julio se han incrementado las restricciones a la hostelería reduciendo gran parte de sus posibilidades de actividad y afectando desde el cierre total de pubs y ocio nocturno, al cierre de las barras (en muchos establecimientos es su actividad principal), a las restricciones de aforo al 50% en interiores y terrazas, hasta las limitaciones horarias con obligación de cierre a las 10 de la noche. Estas restricciones se dan cada vez con mayor frecuencia y en ciudades más importantes de diferentes comunidades autónomas.
"La situación sería insostenible sin los ERTE ya que permiten adaptar el personal a la actividad para las empresas del sector, para los distribuidores que las abastecen y para otras empresas dependientes de su actividad", insiste esta entidad.
Asimismo, insiste en que si no se prorrogan los ERTE y además se mantiene la limitación de seis meses sin despidos, todos los establecimientos o empresas con caída en la actividad no podrán ajustar el personal a sus necesidades y la situación no será viable para ellas. Los establecimientos todavía cerrados (o que han tenido que cerrar después de reabrir) por la falta de actividad en su zona o tipo de establecimiento, tendrían que prescindir de todo el personal hasta ahora en ERTE y cesar en la actividad.
Otra consecuencia, es que el personal que se acoge a los ERTE perderá su empleo y muchas empresas cerrarán perdiéndose también el empleo del personal que no está en ERTE.
Para Echevarría, "las empresas no pueden soportar la actual caída de negocio e ingresos sin poder ajustar los empleados. Desde Fedishoreca pedimos que se puedan mantener los ERTE mientras duren las restricciones a la hostelería y los niveles actuales de la crisis sanitaria".
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