Cajero de supermercado, ¿un oficio en peligro de extinción?
Una nueva generación de tecnologías amenaza la supervivencia del oficio. Al mismo tiempo, los clientes dicen valorar cada vez más la calidez y el trato humano. Los retailers tratan de responder a este dilema de maneras muy diferentes.
Los cajeros de supermercado han sobrevivido a varias oleadas de innovaciones que prometían acabar con su medio de vida. Una de las más importantes ha sido la de las cajas de autopago, que en los últimos años han sufrido un estimable retroceso en numerosas cadenas de supermercados.
Enseñas como Walmart, Target o Costco han descubierto que sus trabajadores les ayudan a prevenir hurtos, además de proporcionar la calidez y humanidad que esperan muchos de sus clientes, en especial los de más edad. El caso más llamativo en esta tendencia son las 'cajas parlantes' de la enseña neerlandesa Jumbo, en las que sus clientes pueden disfrutar de una compra sin prisas y conversar con los cajeros.
Sin embargo, una nueva generación de tecnologías adaptadas al comercio alimentario amenaza una vez más el oficio de cajero. Carritos inteligentes, etiquetas RDIF, básculas de frutas y verduras impulsadas por IA y nuevos formatos de tienda autónoma podrían hacer superfluo o reducir considerablemente el ámbito de los cajeros.
¿Menos empleos o más empleos en otras áreas del súper?
No obstante, sostiene Miguel Murta, director de Retail de Sensei, esto no es necesariamente una mala idea. "Varios estudios sugieren que el mayor impacto de la nueva tecnología no se traducirá en destrucción de empleo sino en cambios cualitativos en el empleo, sobre todo en relación a la intensidad y autonomía del trabajo", defiende Murta.
Las nuevas tecnologías podrían acabar con el trabajo repetitivo y estresante de los cajeros, pero no a costa de prescindir de ellos. En buena medida, su tiempo podría dedicarse ahora a atender mostradores de productos frescos —de alto valor añadido para sus compañías— o a pasar más tiempo resolviendo problemas y consultas de los clientes.
"Además, gracias al uso de datos internos de tienda, podrían ayudar a optimizar la presentación de los productos y la reposición de los mismos, gestionar el inventario de manera más eficiente y anticipar futuras demandas, creando de esa forma un ambiente de trabajo más fluido y productivo", sostiene Murta.
Es posible que algunos consideren las previsiones del director de Retail de Sensei como demasiado optimistas, pero los primeros datos de The Economist al respecto apuntan en la misma dirección. Por el momento, la inteligencia artificial ha servido más para crear nuevos empleos (con los que gestionar la nueva tecnología) que para destruirlos.
Tal vez, el término clave es 'por el momento'. Sin embargo, no hay que olvidar que cada nueva oleada de automatización ha despertado su propia reacción entre los clientes a favor de un trato más humano.
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