Lanzar un 'Nutriscore' que mida el pedigrí francés de los alimentos: “¿están locos estos galos?”

El Gobierno francés propone poner en marcha una "puntuación de origen" en los alimentos como medida de protección a los agricultores del país. En medio de respuestas generales de apoyo, Michel-Edouard Leclerc advierte: “Expresar proteccionismo sería suicida para nuestras exportaciones"

Arriba, la ministra Olivia Gregoire; en el centro, Michel-Edouard Leclerc; y a la derecha, Alexandre de Palmas.
Carlos Azofra

24 de febrero 2024 - 12:50

“¡Están locos estos romanos!” La frase célebre de “Asterix el Galo” bien podría aplicarse en estos momentos al Gobierno y a primeros espadas de la distribución francesa, ahora enfrascados en la idea de poner en marcha una especie de 'Nutri-Score' que mida esta vez el pedigrí francés de los productos de alimentación para proteger a los agricultores del país en pleno fragor de tractoradas y sabotajes. Sería una especie de 'Franco-Score'. La historia tiene tintes de cómic y pura comedia clásica francesa.

La ocurrencia del Gobierno francés de estudiar la puesta en marcha una "puntuación de origen" en los artículos, para facilitar la inspección de su procedencia, pronto ha sido apoyada por líderes de la distribución francesa, espoleados todos por la ola ultranacionalista que recorre la opinión pública del país y que les hace colocarse en primera línea del debate tanto en medios de comunicación de masas como en redes sociales.

La propuesta de la ministra francesa de Consumo

La propuesta de lanzar un "Origine Score" fue lanzada el jueves por la ministra francesa de Consumo, Olivia Grégoire, invitando a los actores de la industria agroalimentaria a trabajar sobre esta “importante cuestión” en las próximas semanas.

Así pues, el Gobierno francés desea que se introduzca rápidamente una "puntuación de origen", basada en el Nutri-Score -que ya se utiliza para los valores nutricionales-. Según LSA, el trabajo ya realizado por el colectivo En Vérité, que reúne a sesenta actores de la industria alimentaria, sobre un logotipo que exprese claramente el origen de los ingredientes y el lugar de fabricación, podría servir como punto de partida. En 2019, Intermarché ya había lanzado una iniciativa similar bajo el nombre "Franco-Score". Al año siguiente, E.Leclerc siguió con su iniciativa "Savoir d'Achat Marque Repère".

Nutri-Score indica en el envase el nivel de saludabilidad de un producto de la A a la E.

La ministra de Consumo desea que este debate escale “a largo plazo” a nivel europeo para “demostrar que podemos lograr algo beneficioso para nuestros consumidores y agricultores”. El próximo año se revisará la normativa europea sobre información en los envases.

Carrefour Francia: compromiso incondicional

Alexandre de Palmas, CEO de Carrefour Francia desde que dejara la filial española hace seis meses, no ha tardado en manifestar su apoyo incondicional: “Sí, queremos comprometernos aún más con el origen francés de nuestros productos de marca de distribuidor y nuestros productos frescos. También estamos a favor de la iniciativa liderada por la ministra Olivia Gregoire, para informar mejor a los consumidores sobre el origen de los productos y promover mejor el origen de Francia”.

Además, responde positivamente a todas las demandas que los representantes del sector agrícola han hecho a Carrefour Francia:

Para mostrar su compromiso con sus reivindicaciones, de Palmas ha publicado las cartas que dice haber remitido tanto a Arnaud Rousseau, presidente de la FNSEA -la Federación Nacional de Sindicatos de Operadores Agrícolas-, como a Arnaud Gaillot, presidente de la Jóvenes Agricultores.

La carta de apoyo de Alexandre de Palmas a las organizaciones agrarias.

Respuesta conjunta de la gran distribución francesa

El mismo 23 de febrero que Alexandre de Palmas (Carrefour) enviaba una carta individual a Arnaud Rousseau, presidente de la FNSEA, los líderes de la gran distribución francesa también le remitieron una carta conjunta donde, al tiempo que muestran su compromiso con la agricultura, la soberanía alimentaria y la remuneración justa de los productores, aportan su visión de la situación a raíz de la crisis agrícola.

En este sentido, reclaman que se eliminen barreras a su competitividad, normas y cargas innecesarias y desproporcionadas que aumentan los costes de producción de los agricultores franceses en comparación con sus homólogos europeos. Explican que las múltiples leyes aprobadas en los últimos años complican la protección de los ingresos de los agricultores. "Sin transparencia sobre el precio pagado por los grandes fabricantes a los agricultores, ¿cómo podemos garantizar un precio justo?"

La respuesta conjunta de la distribución francesa.

Al tiempo que están a favor del uso de contratos tripartitos para todos los productos hortofrutícolas frescos, la leche, la carne y los huevos, se comprometen a "reforzar la transparencia sobre el origen de la materia prima", como ha propuesto la ministra Olivia Grégoire.

También aprovechan para revindicar la utilidad de las centrales de compras internacionales: "negociar a nivel europeo con las multinacionales, que lideran estrategias europeas o incluso globales, para lograr mejores precios para los consumidores franceses".

Para resolver la crisis de confianza que afecta al sector agroalimentario, proponen trabajar en una carta de buenas prácticas, en colaboración con la Comisión Europea, para garantizar que las negociaciones con los grandes fabricantes no se realicen en detrimento de los ingresos de los agricultores.

Y, por último, recuerdan que la gran distribución de alimentos no puede hacerlo todo ("representa menos de la mitad de las salidas de las explotaciones agrícolas francesas, el 35% para los productos lácteos, el 47% para el ganado vacuno, el 48% para las aves de corral..."), por lo que debería "ampliarse las obligaciones de la ley Egalim tanto a la restauración como a los mayoristas industriales!"

El liderazgo de Michel-Edouard Leclerc

Por su parte, Michel-Edouard Leclerc, presidente de la cadena líder en Francia, con el 24% de cuota y creciendo, está demostrando gran valentía al denunciar la "burda manipulación" de un Gobierno que, en lugar de asumir su responsabilidad en la solución de las demandas del campo, pergeñó la encerrona de enfrentar en un "gran debate" a agricultores encolerizados con líderes de la distribución, con motivo del actual Salón Internacional de la Agricultura: "No tengo ninguna intención de hacerme el tonto útil de una operación de distracción, ni de ser rehén de estrategias políticas vinculadas a las próximas elecciones europeas". Finalmente, este debate no se produjo.

Si bien es partidario de mejorar la información al consumidor sobre el origen de los productos, “añadiendo detalles (esenciales) en las etiquetas”, duda de la idoneidad de crear una nueva escala de puntuación: "No estoy seguro de que deba convertirse en otro ‘score’; entre el "EcoScore", el "PlanetScore", el "remunerascore", el "Nutri-Score” (…) “acabaremos consiguiendo que el consumidor se pierda abarrotando de señalizaciones los envases”.

“No imprimimos una etiqueta al mismo tiempo que fabricamos el producto, por lo que tenemos que anticipar los suministros con mucha antelación... y asegurarlos. Pero los consumidores aprecian este esfuerzo. Esto tal vez desemboque en una ‘preferencia nacional’, no tengo ninguna duda, al menos para quienes tienen los medios o las ganas”, explica.

Michel-Edouard Leclerc advierte de la incoherencia de una estrategia que puede tener efectos negativos: “¡Se olvidan de que ellos mismos importan sus insumos y su maquinaria agrícola y, sobre todo, de que también exportamos a nuestros vecinos!”

“Más que expresar proteccionismo, que sería suicida para nuestras exportaciones, se trata de dar la mano a los consumidores que no les impida comer jamón ibérico con un vino de La Rioja. ¡Un placer exótico en un contexto bien iluminado!”, concluye.

Los políticos proponen, los consumidores votan

Cartas individuales y conjuntas a los representantes del sector primario, entrevistas en radio y televisión, posts en redes sociales... los líderes de la distribución salen a defenderse como consecuencia del interés mostrado por la sociedad francesa en encontrar una solución a la crisis del campo. ¿Pero cómo hacerla viable? ¿Están locos estos galos?

Los políticos buscan capitalizar una corriente de opinión que parece decantarse por comprar más productos franceses en detrimento de los extranjeros, pero no hay que olvidarse que los consumidores votan cada día con sus decisiones de compra. Y siguen queriendo comprar barato.

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