Onitsha, el mercado de alimentos más grande de África
Valorado en 5 mil millones de dólares, este mercado de Nigeria alberga a más de 25.000 comerciantes y preconiza muchas de las tendencias en boga en el retail, desde la fusión tienda/restauración hasta la idea del establecimiento experiencial.
Cada mañana, decenas de miles de personas cruzan a pie o en automóvil el puente sobre el río Níger que comunica la ciudad residencial de Asaba con Onitsha, sede del mercado más grande de África.
Es también el lugar con el aire más contaminado del mundo, pero eso no parece importar a todas las personas que vienen a trabajar aquí: Onitsha, para los nigerianos, es sinónimo de prosperidad, alimentos, platos preparados y un sinfín de artículos que no pueden encontrarse en ningún otro lugar de África y tal vez del mundo.
En realidad, Onitsha preconiza todas las tendencias en boga en el retail contemporáneo, desde la fusión tienda/restauración hasta la idea del establecimiento experiencial.
Un mercado valorado en 5 mil millones de dólares
En este lugar se intercambian cada año mercancías por un valor de 5 mil millones de dólares, de acuerdo con un informe de 2016 procedente del gobierno nigeriano. En el Onitsha Market tienen su sede más de 25.000 comerciantes, que ocupan más de 3.000 establecimientos a lo largo de un espacio que, antes de la guerra civil nigeriana, alcanzaba casi 7 hectáreas.
En la actualidad, los puestos improvisados con madera, lona y hojalata conviven con las grandes estructuras de cemento construidas por el gobierno. Como relataba un funcionario del gobierno a Thomas A. Johnson, reportero de The New York Times: "Nuestro objetivo es eliminar gradualmente estos mercados polvorientos, frágiles y embarrados donde sólo se puede comprar a base de sudor y lágrimas".
Estas circunstancias, sin embargo, no han impedido que prosperara. Onitsha es, en palabras del periodista polaco Ryszard Kapuscinski, "el punto al que llevan todos los caminos y senderos del África de la compraventa". En este lugar se pueden encontrar arroz, alubias, pescado, cacahuetes, plátanos, mandioca, cocos, mijo, semilla de palma y muchos otros alimentos, pero también se pueden comprar caucho, madera, partes de bicicleta, componentes eléctricos, ropa, motos, iPhones e incluso barcos.
El lugar, que ya existía como punto de intercambio antes de la llegada de los europeos, prosperó con la llegada de los portugueses y luego con los ingleses. En la actualidad es sede de editoriales y escritores, y uno de los lugares clave para el éxito de Nollywood, la multimillonaria industria del cine nigeriana: 51 Iweka Road, uno de los mayores distribuidores de cine del país, tiene su sede en el mercado de Onitsha.
Como en muchos otros mercados de África occidental, en Onitsha predominan las mujeres: ellas son quienes dirigen buena parte de los comercios. Esta preeminencia femenina proviene de la época de las guerras tribales, cuando sólo se confiaba en las mujeres para moverse de una aldea a otra.
Onitsha, entre el comercio y la restauración
En la interminable sucesión de personas y comercios, de tiendas de lona montadas sobre palos y grandes anuncios publicitarios sobre paredes desnudas de ladrillo y hormigón, existe un olor que no abandona nunca al visitante: "el olor a suya o carne especiada", apunta Ruth Mclean, reportera de The New York Times en África occidental. Y es que Onitsha no es sólo un mercado: también es un gran restaurante.
Los comercios alternan con los puestos de comida sedentarios o ambulantes, y a veces comparten espacio. Kapucinsky informa que, durante su visita a Onitsha, "filas de mujeres vendían platos calientes: arroz con salsa de especias, tortas de cassava, batatas asadas, sopa de cacahuetes. Otras comerciaban con la limonada local, el ron y la cerveza de plátanos".
Tal vez, después de todo, no hemos hecho más que redescubrir algo muy antiguo.
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