¿Puede el supermercado de surtido corto europeo triunfar en Estados Unidos?
En un plazo de cinco años, Aldi Süd podría convertirse en la segunda cadena del país, sólo por detrás de Walmart. Analizamos las claves de su ascenso.
La inesperada oposición de la Federal Trade Comission (FTC) a la adquisición de Albertsons por parte de Kroger ha abierto la posibilidad de que Aldi Süd se convierta, en el plazo de pocos años, en la cadena de supermercados más grande de Estados Unidos, sólo por detrás de Walmart.
Como informamos a inicios de este mes, Aldi Süd prepara una gran inversión de 9 mil millones de dólares en Estados Unidos para abrir un total de 800 nuevos supermercados —que se sumarán a los 2.400 con los que ya cuenta la enseña— antes de concluir 2028.
El discounter alemán ha apostado muy fuerte a su expansión al otro lado del Atlántico desde hace años. De acuerdo a la consultora inmobiliaria JLL, ha abierto cerca de 100 tiendas al año en Estados Unidos, un ritmo considerablemente más rápido que el de cualquiera de sus rivales, incluyendo a Lidl y Aldi Nord (que es propietario de Trader Joe's pero no ha desembarcado con sus propias tiendas).
El año pasado Aldi Süd anunció la compra de cerca de 400 supermercados Winn-Dixie y Harveys en Alabama, Florida, Georgia, Luisiana y Mississippi, muchos de los cuales remodelará como tiendas Aldi. A inicios de este mes, Jason Hart, director de Aldi Süd Estados Unidos, anunció que la compañía elevaría este ritmo de aperturas, hasta alcanzar las mencionadas 800 tiendas adicionales en cinco años.
Una orquesta bien afinada
Buena parte del éxito de la enseña alemana puede achacarse a su modelo comercial, radicalmente opuesto al de las grandes cadenas estadounidenses.
Un supermercado tipo en Estados Unidos cuenta con 31.000 referencias. En cambio, el surtido medio de una tienda de Aldi Süd sólo dispone de 1.600 referencias, lo que se encuentra por debajo de la mitad de Trader Joe's (4.000 referencias) y Costco (3.800), dos de las cadenas más frugales del país norteamericano en este aspecto.
La cadena se ha concentrado en un surtido muy reducido pero bien seleccionado de productos básicos, lo que le permite contar con tiendas más pequeñas y reducir sus costes de alquiler y electricidad.
Cerca del 90% de sus referencias son de marca propia. No cuenta con mostradores de carne fresca, queso o panadería, y presenta sus productos en cajas de reparto, todo lo cual le permite emplear a menos personas para reponer y atender a sus clientes. La enseña paga buenos salarios a sus directivos y jefes de tienda, pero no ofrece bonus a sus trabajadores.
Si Aldi Süd sostiene el ritmo y la fusión Albertsons-Kroger no llega a puerto, dentro de cinco años se convertirá en la cadena con más tiendas en Estados Unidos, sólo después de Walmart —que en la actualidad cuenta con 4.700—.
Puede que el gigante norteamericano juegue en otra liga, pero eso no impedirá que Aldi trate de arrebatarle un pedazo de la tarta. El modelo frugal y minimalista de los discounter alemanes, establecido por Theo y Karl Albrecht en la Alemania de posguerra, también gusta en el país de la exuberancia y los grandes formatos.
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