Shein y Temu: ¿deberían el Gobierno y la Unión Europea pararles los pies?
"Hay que detener estas prácticas demenciales", señalan empresarios españoles y líderes del retail. Representan la nueva invasión comercial china a base de productos de bajísimo precio que amenazan la sostenibilidad del estado del bienestar en Occidente, por no hablar del desastre medioambiental que suponen los millones de pedidos enviados a nuestras casas desde el otro lado del planeta.
Las compañías chinas Shein y Temu son especialistas en precios bajos. Shein, en lo relativo a la moda; Temu en prácticamente todo, desde productos de belleza hasta botellas de agua.
Temu, que llegó a España en abril de 2023, es una de las aplicaciones móviles más descargadas en nuestro país y en el mundo occidental, al tiempo que Shein amenaza con romper el mercado de la moda.
Las dos compañías se han aprovechado de una legislación laxa (la Unión Europea sólo cobra aranceles a partir de pedidos de 150 euros) para inundar el mercado de productos a bajo precio, fabricados bajo parámetros que no cumplen los requisitos europeos en materia laboral o medioambiental.
Por si fuera poco, ambas compañías, en su estrategia de dumping comercial, se apoyan en Correos como principal operador logístico en España, "empresa pública que ha perdido en el año 2022 más de 217 millones de euros", señala Alfonso Jiménez, responsable comercial de Stow Group. "Estamos haciéndoles un descuento en los gastos de transporte con nuestros impuestos", insiste.
Naturalmente, esto ha despertado un gran malestar entre los comerciantes y fabricantes de nuestro país, que acusan a los retailers chinos de ser auténticos destructores de valor. "Shein y Temu son lo peor que nos podía pasar", defiende Laureano Turienzo, el mayor experto de retail en lengua española.
"Hay que detener estas prácticas demenciales", sostiene Juan Ricardo Hidalgo, gerente de Primor. "A partir de una determinada cantidad de dinero, es absolutamente ilegal vender desde el extranjero y no tributar. Es ilegal no pagar aduanas, no tener control de productos cosméticos no regulados, etc. (...). Hace falta una unión de las empresas para detener estas prácticas demenciales".
Francia toma medidas
Muchos se preguntan si el Gobierno español debería tomar cartas en el asunto para parar los pies a estos gigantes del comercio online.
De hecho, en Francia ya han tomado cartas en el asunto. El pasado 14 de marzo, Christophe Béchu, ministro francés de Transición Ecológica y Desarrollo Sostenible, presentó un proyecto de ley por el que las empresas que oferten más de mil productos diarios tendrán que aumentar su precio progresivamente, llegando hasta los diez euros más por pieza de aquí a 2030.
"El problema de estas plataformas es que el número de sus referencias es abrumador y sus productos pueden estar fabricados con un 97% de plásticos", explicó el ministro a Le Figaro.
El proyecto de ley es un traje a medida para Temu y Shein y no afectará a otras cadenas de fast-fashion como Zara y H&M.
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