David Abeijón (Lidl): "Hemos optimizado nuestra cadena de suministro desde el origen"
Su estructura minimalista permite a Lidl mantener los precios siempre bajos. El enorme ritmo de aperturas augura que los costes unitarios seguirán bajando.
El gran avance de la marca blanca en los últimos años no hubiera sido posible sin el gran impulso de las cadenas de surtido corto, que se han convertido en un refugio para los consumidores españoles frente a la inflación.
En el caso de Lidl, el discounter contaba en España a inicios de 2022 con el 5,5% de cuota de mercado. Hoy se sitúa en el 6,4%, casi un punto por encima, un ritmo de avance que sólo supera Mercadona (+1,7% en el mismo periodo), el líder indiscutible de la distribución española.
La logística es uno de los cimientos que explican su éxito. "Hemos optimizado nuestra cadena de suministro desde el origen, de manera muy consciente. Evitamos todos aquellos aspectos que no aporten valor", explica David Abeijón, director de Logística del discounter, durante el 14º Congreso Aecoc de Supply Chain.
"Con más de un 80% de marca propia, nuestra cadena de suministro nos permite obtener precios bajos desde el origen, optimizar gracias a la agregación de volúmenes e implementar tecnología para mejorar la eficiencia de nuestros procesos", precisa el directivo.
Minimalismo, tecnología... y ladrillo
La cadena alemana cuenta con un surtido de sólo 3.000 referencias, casi tres veces menos que Mercadona, lo que le permite enfocarse en garantizar la eficiencia de procesos y la calidad de sus productos.
Un surtido más pequeño significa más rotación, más ventas por metro cuadrado y un uso más eficiente del espacio, tanto en tienda como en almacén, dado que las necesidades de inventario son menores.
Al gestionar una cartera reducida de proveedores no sólo reduce sus costes unitarios gracias a la agregación de volúmenes, sino que estimula la competencia entre fabricantes por ofrecer productos de calidad. Menos espacio para cada fabricante significa que sólo los mejores se harán un hueco en sus estanterías.
"Nuestra propuesta de valor está en el precio, es cierto. Pero queremos garantizar la mejor calidad al menor precio", defiende el director de Logística de la enseña.
Recientemente, Lidl ha invertido en nuevas tecnologías como sistemas de previsión de la demanda, para reducir roturas de stock —"uno de los elementos clave", reconoce Abeijón—; y etiquetas electrónicas, que deberían elevar la productividad del trabajo.
Entre 2022 y 2024, la enseña prevé superar las 100 aperturas, una expansión formidable que elevará más del 15% el número de sus establecimientos. Además, durante el mismo periodo ha inaugurado dos nuevos centros logísticos en Escúzar (Granada) y Constantí (Tarragona) y prepara un tercero en Martorell (Barcelona), que será la "mayor inversión logística desde que llegó a España".
El gigante alemán está sentando los cimientos de una estructura que le permitirá reducir aún más sus costes, paso previo indispensable a plantar la batalla a los grandes distribuidores de nuestro país.
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