Eroski sigue desinvirtiendo: turno para seis hipermercados
Se han vendido al gestor especialista ICG. Eroski seguirá en ellos en régimen de alquiler. La compañía aborda actualmente una negociación con la banca por un importe de 1.566 millones de euros.
Eroski sigue desinvirtiendo y ahora le ha tocado el turno a seis hipermercados donde la cadena desarrolla su actividad en régimen de alquiler y cuyos términos principales de los contratos de arrendamiento continuarán vigentes. Estos activos se han vendido al gestor especialista ICG. La transacción incluye cinco inmuebles propiedad de la sociedad inmobiliaria Armuco SL, en la que Eroski participa en un 45% de su capital y un sexto perteneciente íntegramente a Eroski. La compañía no ha especificado qué tiendas son.
La operación parece que alcanza algo más de 100 millones de euros, según varias informaciones.
Según informa la compañía en un comunicado, esta operación le ha permitido recuperar la inversión financiera que mantenía en la sociedad inmobiliaria Armuco. La cooperativa ha sido asesorada en esta operación por Cushman & Wakefield y por los asesores legales DJV Abogados y LKS Abogados.
La venta se enmarca dentro de las desinversiones en activos no estratégicos que está llevando a cabo Eroski durante los últimos años para reducir su deuda y cumplir los plazos acordados con sus acreedores.
El director financiero de Eroski, José Ramón Anduaga, ha valorado muy positivamente la operación en un momento en el que el mercado inmobiliario en España ha vuelto a recuperar el interés de los inversores. "Es una operación que acelera nuestro plan de transformación hacia una empresa más competitiva y más focalizada en nuestras fortalezas", ha destacado.
Eroski recuerda que ha cumplido con todos sus compromisos con las entidades financieras y durante los últimos tres años ha amortizado deuda por un total de 646 millones de euros. Actualmente aborda una negociación con la banca por un importe de 1.566 millones de euros para seguir reduciendo su desapalancamiento financiero a un ritmo ajustado a la generación de recursos y las inversiones. Al inicio de la crisis, la deuda con las entidades finacieras superaba los 3.800 millones de euros.
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