Brutus: pocos supermercados han tenido una mascota igual

Se llamaba Brutus y le ponían de apellido Morrisons, en honor a la cadena británica de distribución que siempre visitaba. Hablamos en pasado porque ha fallecido, pero siempre estará en el recuerdo del supermercado galés al que acudía cada día. Era un miembro más de la plantilla; era un cliente más de la tienda. Ahora, el gato Brutus sigue allí y se quedará para siempre gracias a una estatua de bronce financiada por los compradores y por la propia compañía. Lo decimos en el titular: pocos supermercados han tenido una mascota igual...

Para conocer los detalles de esta historia viajamos a la localidad de Saltney, en la región galesa de Flintshire. Brutus recorría todos los días los 200 metros que separaban su casa del supermercado que Morrisons tiene en el municipio y allí se encontraba más cómodo que en ningún otro sitio. Con su curiosidad felina, recorría todos los huecos de la tienda, saludaba a cualquier cliente que entraba por la puerta y se echaba unas siestas en alguno de los carritos.

Era, incluso, todo un reclamo para el supermercado, con personas que se acercaban a la tienda solo para ver el animal. Su popularidad fue creciendo hasta el punto de que contaba con un perfil en Facebook. Pocos tienen su número de seguidores: 12.500.

Una enfermedad incurable se lo llevó hace pocos meses, pero no ha abandonado el supermercado. Los clientes de la tienda llegaron a donar unas 4.000 libras (casi 4.600 euros) para poder encargar una estatua de bronce en su honor. Hasta Morrisons colaboró con la iniciativa ofreciendo más de 1.000 euros.

La escultura mide cerca de 50 centímetros y se quedará para siempre en la tienda. "Pensamos que un monumento conmemorativo serviría para que los clientes pudieran seguir saludando a Brutus", dice la dueña del gato, quien señala que era "un animal fantástico y muy querido por todos". "Era parte de la familia; esta estatua mantendrá viva su memoria", comenta, por su parte, Christine Joy, gerente del supermercado.

Ya en 2016 os contamos la historia de otro gato que 'era dueño' de un supermercado Sainsbury en un barrio de Londres. Dos ejemplos que demuestran que un súper puede tener mascota...