De Pescanova a los supermercados: la industria quiere una subida de sueldos al estilo Mercadona
Con la inflación desbocada, los trabajadores exigen subidas salariales como las que realiza cada año la cadena presidida por Juan Roig. El problema surge en la dificultad de realizarla sin repercutir en otros factores como el precio o la rentabilidad de la empresa.
Este miércoles 15 de diciembre se ha publicado la actualización del Índice de Precios de Consumo (IPC) que afronta el final del año con una nueva subida de tres décimas en noviembre -hasta el 5,5% - que lo sitúa en su nivel más alto en 29 años.
Un escenario de inflación que hace prever turbulencias en la economía española y que afecta muy especialmente al sector del gran consumo y la alimentación.
Por un lado, se produce un incremento de costes (energía, materias primas, etc.) que ataca directamente a la línea de flotación de fabricantes y distribuidores. Por otro, un encarecimiento del nivel de vida que empobrece a los trabajadores del sector, nada boyante por otra parte en lo relativo a sueldos.
Con este escenario, son numerosos los sectores que han comenzado a exigir aumentos salariales acordes a la coyuntura económica. Esta semana hemos visto como los trabajadores de Nueva Pescanova se han lanzado a la calle para reclamar un convenio colectivo "digno" que contemple un incremento salarial acorde al aumento del IPC.
El comité de empresa de la compañía denuncia que Nueva Pescanova apenas ha ofrecido a sus empleados una subida salarial del 0,5% no consolidable para este año y que el aumento total alcance un 3% en los cuatro años de vigencia del convenio. "Una tomadura de pelo absoluta", denuncia la presidenta del comité Candelaria Martínez. En este sentido, la representante sindical llama a "luchar por una subida salarial digna" que se sitúe en torno a la del IPC, "tal y como hacen Mercadona y Lidl, que son clientes", recuerda.
SUPERMERCADOS: LA SUBIDA DE MERCADONA QUE MUCHOS NO PUEDEN SEGUIR
Los sindicatos, que este mismo miércoles han vuelto a pedir una subida del salario mínimo interprofesional (SMI) hasta los 1.000 euros mensuales y el de convenio, a 1.100 euros, ponen el dedo en la llaga al recordar la subida de salarios de Mercadona. Recordemos que la cadena presidida por Juan Roig mantiene su política de aumentar los sueldos cada año al mismo nivel que el IPC, por lo que la subida para sus trabajadores en 2022 alcanzará previsiblemente ese 5% que marcan los precios.
El problema, lamentan algunos analistas expertos en gran consumo, viene cuando se produce una suerte de "efecto llamada" que otros retailers no son capaces de asumir. "Buena parte de la industria lo considera una provocación, cuando en paralelo Mercadona se resiste a admitir incremento de precios por el mayor coste de fabricación", señala en declaraciones a Food Retail & Service uno de los expertos consultados.
Un lamento que llega porque, en la práctica, las marcas pierden margen al verse obligadas a vender un producto a un precio que ya no refleja lo que ha costado hacerlo. Esto supone una pérdida de competitividad que Mercadona o Lidl, con una cuota de mercado de casi el 25 y 7%, respectivamente, pueden permitirse e incluso ahondar en ello subiendo salarios al nivel del IPC. A otras cadenas, sin embargo, la realidad les pesa mucho más que al distribuidor valenciano o al gigante alemán. "No se puede subir sueldos si no creces. O quizá sí, pero comprometiendo la estabilidad de la compañía", señalan.
Pese a todo, se están haciendo esfuerzos para mantener la ansiada paz social en un momento de turbulencias en el mercado. Hace unos días, los trabajadores de los supermercados de Castilla y León desconvocaban la huelga prevista para estas navidades. En un principio, la patronal proponía una subida del 0,5% anual, lo que llevó a la convocatoria del paro. Finalmente, sin embargo, se ha acordado el 15% de incremento salarial en cinco años, una subida que situará los sueldos en 1.200 euros mensuales para 2026.
¿Se puede, por tanto, subir sueldos? Parece claro que la respuesta es que sí (a los acuerdos alcanzados nos remitimos). El problema para algunos fabricantes llega en los márgenes de negociación. "Mercadona no va a permitir que proveedores como Pescanova les suba el precio de los productos, por lo que la industria tiene complicado subir los salarios, cosa que va a seguir haciendo Mercadona". La pescadilla que se muerde la cola, nunca mejor dicho.
UN SECTOR ESENCIAL CON UN SUELDO SECUNDARIO
Desde el comité de empresa de Nueva Pescanova recuerdan que los trabajadores "fueron a trabajar durante la pandemia y a jugar su vida y la de sus familiares" en un momento en el que "no había ni medidas de seguridad". En declaraciones a Europa Press, la presidenta del comité ha reprobado las condiciones propuestas por la empresa, que "ganó más dinero" durante la etapa más dura de la covid-19.
Esa es otra de las bazas que juegan los trabajadores. "Durante la pandemia se ha destacado el carácter esencial de los trabajadores de la industria alimentaria, no sólo en los supermercados, y sin embargo este reconocimiento no se ha visto reflejado en las nóminas", señalan a FR desde el sindicato UGT. "Es cierto que algunos distribuidores sí lo han hecho vía primas; ahora es momento de que todos lo hagan, al menos, para compensar el aumento del coste de la vida".
Veremos quien es capaz de aceptar este reto sin morir en el intento.
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