Los supermercados, listos para ofrecer la omnicanalidad que el consumidor demanda
El sector deberá seguir gestionando la crisis sanitaria con la mirada puesta en la innovación digital, asegura Felipe Medina, secretario general técnico de Asedas.
Sostenibilidad y transformación digital son ya dos retos indispensables en el desarrollo del retail alimentario. Así lo ha expuesto Felipe Medina, secretario general técnico de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas) en una entrevista a Cocampo en la que ha incidido, además, en la importancia de que la distribución proporcione la omnicanalidad que el consumidor está demandando.
"El comercio es un sector tremendamente importante para nuestra economía y nuestra sociedad. Estamos hablando en España de más del 13% del producto interior bruto y del 17% del empleo, la mayoría con contratos fijos. Los trabajadores necesitan que a la empresa se les facilite esa transición digital para servir cada día mejor a los clientes cuyas demandas cambian cada vez más rápido. Demandan un servicio a través de dos canales: físico y digital, esa omnicanalidad de la que todo el mundo habla y que las empresas de distribución están obligadas a proporcionar", ha explicado.
Sin duda, la Covid-19 ha supuesto un antes y un después en todos los órdenes y también en el canal alimentario. "Hay un reto de fondo derivado de la pandemia, que es seguir gestionando esta crisis sanitaria en la que el sector agroalimentario está comportándose de manera excepcional. Desde el inicio de la pandemia supimos que la escasez de alimentos no iba a ser un problema añadido a la crisis sanitaria", ha expuesto Medina.
LOS BENEFICIOS DE LA INNOVACIÓN DIGITAL
El secretario general técnico de Asedas asegura que toda la innovación digital trae "grandes beneficios" para la producción agraria, "sobre todo en la mejora de los rendimientos y de la rentabilidad de las explotaciones agrícolas y ganaderas". "Disminuye costes y facilita su gestión. Una buena conexión a internet y unas aplicaciones tecnológicas bien desarrolladas permiten hacer una gestión más propia del siglo XXI a través de sensores, cámaras o indicadores que permitan al gestor de esa explotación tener más herramientas disponibles y mayor facilidad para la toma de decisiones diaria. Donde llega una buena conexión de internet las posibilidades de la población que allí vive se ven incrementadas y es unánime la llamada a que en las zonas rurales se disponga en la mayor brevedad posible", añade.
En cuanto a los avances tecnológicos que han hecho avanzar al sector de la distribución, Medina pone el acento en el comercio electrónico, que ha experimentado "un gran impulso" a raíz de la crisis sanitaria. "Una gran cantidad de consumidores vio un valor añadido en la compra online para poder mantenerse en casa sin salir. Hemos cifrado que más del 80% de los que rompieron esa barrera de hacer la compra online manifiestan que lo van a seguir haciendo. Eso se va a seguir desarrollando aunque hoy por hoy, especialmente para productos frescos, la mayor parte del comercio sigue estando en las tiendas físicas".
Otro aspecto que marca la diferencia en el sector es su presencia en la denominada 'España vaciada'. "Todas las zonas rurales disponen de una gran red de establecimientos de alimentación que tienen una importancia vital en la conservación y el mantenimiento de la vida en los pueblos. No tenemos en España los llamados 'desiertos alimentarios' como en Estados Unidos, donde hay una gran parte de la población que tiene la tienda de alimentación más cercana a treinta minutos de su casa. Eso no ocurre en nuestro país y me atrevería a decir que tampoco en la mayoría de territorios de Europa y eso es una gran ventaja para frenar esa despoblación", argumenta.
AISLAR PRÁCTICAS DESLEALES
Finalmente, preguntado por su valoración de la reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria, Felipe Medina precisa que hay que tener muy claro para qué puede servir y para qué no. "La ley de la cadena lo que pretende es aislar prácticas comerciales desleales que no están generalizadas y que se pueden dar en cualquier eslabón independientemente del tamaño de la empresa, la posición que ocupe en la cadena o del producto", explica.
"Esta última reforma incorpora una serie de prácticas que deberían estar prohibidas y que nos ha obligado a incrementar levemente ese listado de prácticas desleales que ya teníamos en España desde 2013. Nosotros valoramos que la ley de la cadena sigue apostando por los contratos por escrito, por la estabilidad y la lealtad de las relaciones comerciales, como esta reforma ha mantenido ese espíritu creemos que debemos seguir en esa línea", concluye.
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