Estos son los costes 'invisibles' que se pagan por la compra en el súper
"Hay unos costes que no pueden o no quieren incorporarse al precio final. Pero que no salga en el ticket de compra no significa que no lo acabemos pagando de una forma u otra", señala un estudio de El Pa Sencer Cooperativa.
Comprar en el supermercado conlleva una serie de costes 'invisibles' que, si bien no aparecen en el ticket ello no significa que se acaben pagando de una forma u otra. Así lo asegura un estudio de El Pa Sencer Cooperativa que recoge el diario La Vanguardia y que pone en duda uno de los mitos más extendidos: la cesta de la compra con productos de proximidad y ecológicos no es más cara que la cesta de la compra comprada en las grandes superficies.
Tras realizar una comparación del gasto anual de una persona que adquiere sus productos en el sistema alimentario convencional con otra que compra en una cooperativa de consumo, este análisis subraya el hecho de que la producción agroecológica carece de un impacto negativo en el territorio. "Por el contrario, ya sabemos que la compra de productos ecológicos, de temporada y de proximidad es un acto que ayuda a luchar contra problemas tan graves como el cambio climático o la pérdida de fertilidad de la tierra. También sabemos que apoya con precios justos y remuneradores al pequeño campesinado que cuida del territorio, a la vez que son alimentos mucho más sanos y nutritivos".
El estudio muestra que, además, esta compra no es necesariamente más cara que la cesta comprada en los canales convencionales. De hecho, concluye que el coste crematístico es prácticamente el mismo.
"Con frecuencia leemos que los precios de los alimentos no incluyen algunas 'externalidades'. Es decir, hay unos costes que, por diferentes razones, no pueden o no quieren incorporarse al precio final que pagamos. "Cuando vamos al supermercado pagamos una cantidad más escasa de lo que realmente pagamos, es necesario saber que una parte de los gastos de esta agricultura industrial la soportamos toda la población a partir de subvenciones satisfechas, en parte, gracias a nuestros impuestos. El mayor gasto, sin duda, es el presupuesto adjudicado a la PAC", dice el informe.
A este respecto, añade datos específicos. "Los pagos básicos de la PAC del año 2019 en Cataluña fueron de 237 millones de euros, de este total solamente el 4,8% se destinó a pequeños agricultores y jóvenes. Si los 225 millones restantes los dividimos entre la población de Cataluña, representan unos 32 euros anuales per cápita".
Asimismo, recoge un estudio de la Fundación Mundo Rural, según el cual "la sobreexplotación y contaminación de los acuíferos genera un gasto anual de 756 millones de euros en Cataluña. A partir de este dato se podría calcular que la contaminación de la agricultura industrial es responsable del 40% y, por tanto, debemos añadir 42 euros al coste per cápita anual".
El estudio se pregunta, además, cuántas veces se paga la comida de las cadenas industriales globalizadas. Pues la cesta que refleja el coste anual de la cesta convencional es de 1.752,10 € por año y persona, según los datos del consumo alimentario en los hogares, del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Si a estos le añadimos los costes 'invisibles' descritos en este estudio, el coste total alcanza los 2.189,10 euros. Resumiendo, 437 euros extras que no aparecen en ningún lado. Y haciendo un cálculo hipotético considerando que las familias consumieran el 100% de la cesta en las cooperativas de consumo, el coste total sería de 1.752,54 euros.
CUATRO RECOMENDACIONES
Por todo ello, si se compara la conformación de la cesta saludable y la cesta que la mayoría de la población consume habitualmente, el informe de El Pa Sencer Cooperativa resuelva que:
1.- Es necesario consumir más verdura y fruta. Sólo se consume el 75% de lo que se recomienda. Las frutas más consumidas (66%) son las naranjas, los plátanos, las manzanas, el melón, la sandía y las mandarinas. Por lo que respecta a las verduras, las más consumidas son el tomate, seguido de la cebolla, el pimiento, las lechugas, el calabacín, las zanahorias y la judía verde.
2.- Conviene aumentar mucho más el consumo de legumbres. Sólo se alcanza el 16% de la cantidad recomendada.
3.- Se debe reducir el consumo de carne a las cantidades recomendables y habría que priorizar las que son de procedencia de producción ecológica o de ganadería extensiva. Durante el año 2019, el gasto per cápita en carne fue del 20,38% del total y el consumo total fue del 47,7 kg anuales por persona. De esta cantidad, 35,47 kg eran de carne fresca, 11,47 kg en forma de embutidos y 0,79 kg de carne congelada. Respecto a la carne fresca, la más consumida es la de pollo (12,50 kg) y la de cerdo (10,48 kg).
4.- El consumo de pescadosupera en más del doble la cifra de recomendaciones. De productos de pesca, en 2019 se consumieron 23,66 kg: 11,86 kg de pescado; 7,24 kg de marisco, molusco o crustáceos, y 4,58 kg de conservas. La principal especie consumida fue la merluza (22,6% del total) y el salmón con el 11,6%.
No hay comentarios