La inflación vuelve infiel al consumidor de alimentos eco
La mitad de estos compradores ha cambiado ya a marcas no ecológicas más baratas. Los menos fieles son los que compran productos eco para bebé; los más leales, los que consumen productos de limpieza eco, según un estudio.
El cambio de hábitos de los consumidores es una realidad, en especial desde la pandemia de Covid-19. Pero la inflación está teniendo también una enorme influencia en los compradores, en especial en los ecoactivos. De hecho, el 55% de los consumidores de alimentos eco ya ha cambiado a marcas no ecológicas más baratas o tiene la intención de cambiar a marcas no ecológicas debido al coste de vida actual, según el estudio 'Connecting with eco-conscious consumers' de Kantar.
"Todos llevamos un consumidor ecologista y responsable en el interior, pero muchos no son capaces de desarrollarlo por una cuestión puramente monetaria", afirma a este respecto Juan Carlos Gázquez-Abad, profesor colaborador de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC.
El contexto económico de estos pasados meses no ha ayudado. La media del índice de precios de consumo (IPC) ha sido el 8,4% más elevada que la del año anterior, una variación que no se superaba desde 1986. "Si al elevado coste que tienen este tipo de productos le unimos el encarecimiento de la vida (luz, energía, alimentación básica, transporte, etc.), es evidente que las aspiraciones ecológicas van a ser aparcadas, a la espera de que el coste de los productos/servicios ecológicos y la capacidad económica del comprador se equiparen un poco más", añade.
Ante esta situación, el 41% de los consumidores compra más productos reutilizados; el 24% compra más artículos de segunda mano o, por ejemplo, gasta menos; el 41% come menos 'fast food' o cocina más en casa (el 54% lo hace más). Entonces, cabe la duda de si la aspiración por la conciencia ecológica supera a la acción o al revés. Neus Soler, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, lo tiene claro: "El consumidor ecoactivo es producto de los valores que tiene, pero aún y teniéndolos, la situación económica condicionará que adopte un comportamiento más ecoactivo o menos, independientemente de sus valores".
Según el estudio, el 23% ya ha cambiado de marca, el 32% probablemente cambiará de marca, el 28% quizá lo hará y solo el 17% no lo hará. ¿Es infiel a sus valores? "No se trata de infidelidad, se trata de necesidad. Probablemente, el consumidor querría seguir siendo ecoactivo, pero si no existen posibilidades económicas de hacerlo, tendrá que dejar de serlo. Posiblemente, muchos de estos consumidores que han cambiado de marca o los que indican que cambiarán, modificarán nuevamente su comportamiento cuando su situación económica —o la situación económica del entorno— vuelva a ser favorable", afirma Gázquez-Abad.
Efectivamente, según los datos, el 63% afirma que es probable que vuelva, el 9% lo cree poco probable y el 29% no está seguro de volver a comprar marcas sostenibles cuando el coste de la vida baje. Soler añade que una mala economía "no debe perjudicar siempre al ecoactivismo", es decir, ese consumidor privado puede dejar de consumir productos eco (debido a la economía) pero continuar reciclando y potenciando la economía circular.
Para esta experta, es importante remarcar a qué se deben esos porcentajes de duda: "Hay distintos factores que lo explican. La expectativa no cumplida de que el precio del producto ecológico pueda bajar (la cadena de valor y bajar el IVA de estos alimentos); la pérdida de confianza de los consumidores en el producto, por las prácticas fraudulentas que se han ido produciendo; y la información que el consumidor tiene ahora, pueden hacer que se cuestione la relación coste/beneficio personal".
CONSUMIDORES ECO MÁS FIELES
De entre todos los consumidores, los más fieles son los compradores de productos de limpieza eco. El 20% de los consumidores que compran productos de limpieza de marcas sostenibles no tienen intención de cambiar a marcas no ecológicas. "La mayor ventaja de los productos de limpieza ecológicos es que no incluyen componentes químicos y tóxicos que pueden dañar la salud. Además, la diferencia de precio no es tan acusada", comenta Soler. Pero, principalmente, es la salud el detonante. "Esta mayor conciencia ante productos químicos menos peligrosos y perjudiciales puede estar detrás de este resultado", advierte Gázquez-Abad. De todas la categorías analizadas es la que tiene una tasa menor de abandono.
En cambio, la que encabeza la lista es la de productos de bebé. El 36% de los consumidores ya ha abandonado las marcas sostenibles, aun siendo un sector muy sensibilizado. "El alto porcentaje de abandono se debe al alto coste que supone mantener el consumo ecoactivo en este caso, dada la frecuencia con que deben comprarse productos y los gastos derivados que supone la crianza", comenta Soler. "Esta industria es de las principales candidatas a que el consumidor abandone marcas más sostenibles pero mucho más caras", concluye Gázquez-Abad.
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