El miedo al coronavirus impacta en la economía y en el consumidor
Cambio de hábitos de compra, millones de comentarios en las redes sociales, impacto negativo en las cuentas de muchas empresas, interrupción del suministro o paradas en la producción son algunas de las consecuencias de la extensión de la epidemia.
La preocupación por el coronavirus en todo el mundo se ha convertido ya en tema de atención no sólo para los medios de comunicación sino en el día a día de los ciudadanos. En España, como ya os hemos venido informando, la psicosis que ha generado esta epidemia ha traspasado el ámbito sanitario y se ha instalado en la rutina de los consumidores, que ven cómo el virus está creciendo por momentos entre la población, por lo que ya han empezado a cambiar sus hábitos de compra.
Sin duda, el coronavirus va a marcar el año 2020. El cierre de fábricas en China, el desplome de las Bolsas como consecuencia del potencial riesgo de expansión del virus, las paradas de la producción o la interrupción del suministro de mercancías son algunas de las evidencias que está dejando esta crisis.
Muchos países ya van tomando medidas. Italia, por ejemplo, acaba de aprobar un decreto-ley de urgencia que impone guardar un metro de distancia entre las personas para luchar contra el contagio. Y es que la globalización, positiva en muchos aspectos, también puede ser un riesgo en este tipo de situaciones.
LAS REDES SE HACEN ECO
Las conversaciones en la red sobre esta epidemia se han multiplicado. De hecho, según datos de un estudio de Ipsos, en términos generales, se registraron una media de un millón de menciones diarias entre el 15 de enero y el 9 de febrero. A partir de ese momento, se observó un descenso del 50% de comentarios y publicaciones sobre este asunto hasta el día 22. Pero tras la confirmación de casos en Italia y España las redes vuelven a ser reflejo de la preocupación y hay un repunte de las menciones que llegan a superar los dos millones el 26 de febrero, primer día en el que se registraron más contagios fuera de China que dentro.
La tasa de mortalidad se postula como la gran cuestión que más dudas plantea, seguida de la posibilidad de expansión por nuestro territorio. También el impacto económico de esta pandemia preocupa a los españoles, tanto a nivel macroeconómico como a nivel más personal.
CONSUMO DE ALIMENTOS
Como apuntábamos, la incidencia que está teniendo esta epidemia se ha dejado sentir en el consumo de ciertos productos. Basta recordar la situación que estuvo viviendo el norte de Italia (donde pudimos ver largas colas en los supermercados, por ejemplo) para abastecerse de los alimentos básicos.
En España, el temor al contagio ha hecho que encontrar productos como el gel desenfectante de manos sea prácticamente misión imposible ya que se ha agotado en supermercados (como Mercadona) y en farmacias. O las toallitas antibacterianas que llevan en Amazon desde 2014 y que jamás han estado fuera de stock y ahora, por primera vez, también se han agotado. Lo mismo sucede con las mascarillas, que han desaparecido de las farmacias o que han llegado a multiplicar su precio por cuatro en Internet. Está claro que mientras para algunas empresas o sectores esta situación puede llegar a ser la ruina, para otras se convertirá en una oportunidad de hacer negocio.
Por su parte, un estudio de Tiendeo demuestra que se han incrementado considerablemente las búsquedas de alimentos no perecederos (o más duraderos), como pasta, aceite, galletas, arroz, conservas o congelados, además de básicos del hogar, como el papel higiénico.
Asimismo, algunos fabricantes han manifestado ya las repercusiones que tendrá la epidemia en sus cuentas. Es el caso de Diageo. El fabricante británico de bebidas espirituosas, calcula que reducirá las ventas orgánicas netas de la compañía en un rango de entre 269 y 388 millones de euros en su ejercicio 2020, que concluirá el próximo mes de junio. Asimismo, Danone ha anunciado que espera un impacto negativo en relación con el coronavirus de unos 100 millones de euros en sus ventas del primer trimestre.
Todo ello ha llevado a la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc) a recomendar "no caer en el alarmismo" y seguir las pautas marcadas al respecto por el Ministerio de Sanidad. La entidad recuerda la "llamada a la calma" de la directora de Salud Pública de la Organización Mundial de la Salud (OMS), María Neira, que ha asegurado que es "irracional y desproporcionado" que se agoten las mascarillas y los geles desinfectantes por miedo al coronavirus. En su opinión, el descenso de casos que se está registrando en China (donde la nueva cepa fue identificada a finales de 2019) "podría significar que se ha tocado techo".
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